Conoce los Trovants, las piedras de Rumanía que crecen y se reproducen

La Tierra no para nunca de sorprendernos con los múltiples y complicados procesos que se dan sobre ella. Entre uno de los más sonados últimamente tenemos el de las piedras de Rumanía, conocidas como Trovants, que tienen la capacidad tanto de crecer como de reproducirse.

La antropóloga y escritora Hailey Brotze nos recordó sobre la existencia de tan particulares formaciones rocosas a través de una publicación en When on Earth. Ahora, nosotros te contaremos todos los puntos más resaltantes sobre las piedras “vivas” de Rumanía y cómo pueden existir en primer lugar.

¿Qué son exactamente los Trovants?

A simple vista, los Trovants de Rumanía podrían confundirse con piedras comunes. De hecho, la única característica visual que los hace resaltar un poco son sus formas curvas, circulares o cilíndricas, desprovistas de bordes duros.

Sin embargo, lo que realmente llama la atención sobre dichas piedras se encuentra en las evidencias halladas en su interior. Después de años de investigaciones, los minerólogos han logrado determinar que dichas rocas cuentan con un núcleo de piedra sólida y que sus capas externas, constituidas por arena y carbonato de calcio, son las que ofrecen la maleabilidad necesaria para que las formaciones rocosas puedan “crecer y reproducirse”.

Trovants grandes.
Crédito: michalz86. Vía iStock/Getty Images.

Un fenómeno que, según parece, se ha estado dando desde hace al menos 8 millones de años. De acuerdo a las investigaciones que se han hecho al respecto todos los Trovants de Rumanía empezaron su vida como pequeños pedruscos que poco a poco crecieron hasta convertirse en las piedras de más de 10 metros que conocemos ahora.

¿Cómo crecen los Trovants de Rumanía?

En un principio, no fue fácil explicar por qué específicamente algunas piedras de Rumanía parecían tener tal cualidad de crecimiento, ya que solo hay Trovants en partes muy específicas del mundo. Pero, luego de múltiples análisis, se llegó a la conclusión de que el particular fenómeno se debía a la presencia de altas cantidades de carbonato de calcio en el agua.

Cada vez que las aguas se evaporan, condensan y luego se liberan en forma de lluvia, el carbonato de calcio lograba caer directamente sobre los Trovants. Dichas rocas luego desatan una reacción química entre el carbonato de calcio y la arena que hay en su superficie, lo que poco a poco les suma masa y volumen.

Asimismo, durante ese proceso partes de la roca también pueden desprenderse para generar un nuevo pedrusco Trovant. Uno que, con el tiempo, crecerá igual que sus predecesores.

¿De dónde salieron los Trovants?

Por lo que se sabe hasta la fecha, los Trovants aparecieron en Rumanía hace al menos 6 millones de años como consecuencia de fuertes terremotos ocurridos en la zona. Debido a ellos, se crearon reservorios de arena en los que podrían proliferar las piedras “vivas”

Entonces… ¿Las piedras de Rumanía están “vivas”?

Trovants pequeñas.
Vía koshionline.com

Esa es una pregunta engañosa. Según nos recalca Brotze, los Trovants de Rumanía comparten características tanto con las piedras como con las plantas. Por lo que, hasta la fecha, no se ha llegado a un consenso sobre si deberíamos o no considerarlas como seres “vivos”.

Por los momentos, se les puede mencionar de tal modo haciendo referencia a sus patrones de crecimiento y reproducción. Sin embargo, sería simplemente como una etiqueta llamativa y no como una clasificación oficial que ayude a describir lo que son los Trovants.

¿Por qué no se habla más de tan particular fenómeno?

En la actualidad, la UNESCO ya ha clasificado a los Trovants como monumento de la humanidad. Por eso, la mayoría de sus yacimientos en Rumanía, Rusia, la República Checa y las estepas de Kazajstán se encuentran protegidos por la organización.

En otras palabras, los Trovants de Rumanía –y del resto del mundo– si han sido notados y apreciados por sus raras cualidades tomadas de las piedras y de las plantas. Sin embargo, tal apreciación no ha llegado con tanta fuerza al ojo público.

Todo debido a que el proceso de crecimiento de Trovants es realmente lento. De hecho, según los minerólogos, las misteriosas piedras aumentan solo entre 4 y 5 centímetros cada mil años. Por lo que a simple vista nunca podríamos sospechar de los procesos que constantemente se gestan en ellas.

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