De contaminante a proteína: Científicos descubren cómo alimentar al ganado con dióxido de carbono
La industria ganadera es una de las más contaminantes actualmente. Esto debido a la cantidad anual de metano que liberan los animales al ambiente. No tanto al volumen de dióxido de carbono. Sin embargo, una empresa emergente ha decidido apostar por un nuevo enfoque para los gases de efecto invernadero y convertir en proteínas comestibles las emisiones de dióxido de carbono.
Una idea innovadora que se posiciona por encima del uso de larvas para alimentar al ganado. En esencia, porque puede acabar con la deforestación y la sobrepesca al mismo tiempo que contribuye a descarbonizar el planeta.
“Protón”, la nueva proteína hecha a partir de dióxido de carbono
La empresa Deep Branch logró diseñar un proceso de transformación bioquímica para convertir el CO2 gaseoso en un sólido llamado “Protón”. Esto debido a que se convierte, literalmente, en un polvo de protones.
Como sabemos, el dióxido de carbono proviene de muchas fuentes. Podemos encontrarlo al quemar la madera, al exhalar o mientras encendemos el auto. Pero en todos los casos, está formado por una molécula lineal de un átomo de carbono ligado a dos átomos de oxígeno (O = C = O). Con lo cual es posible fermentar el gas en el CO2 para dejar únicamente el polvo sólido.
Para desarrollar esta proteína, los científicos pusieron el dióxido de carbono en un tanque de fermentación. Luego, le añadieron varias moléculas de hidrógeno como fuentes de energía para iniciar el proceso celular. Y así, después de un par de horas de secado, lograron obtener un polvo de protones.
“Esta es la misma tecnología utilizada para hacer enzimas en biotecnología, o incluso para elaborar cerveza. Solo que ahora creamos un polvo que se utilizará como ingrediente en un alimento animal sostenible”.
Peter Rowe, licenciado en biología molecular y fundador de Deep Branch
Curiosamente, su contenido proteico es superior al 70%. Lo que es mayor al valor nutricional de la soja natural, que tiene solo un 40% de proteína. Por lo tanto, es el suplemento ideal para el ganado vacuno y bovino que, al igual que los seres humanos, requiere de grandes cantidades de proteína para llevar a cabo sus funciones vitales.
Un nuevo alimento que podría salvar los ecosistemas
Por increíble que suene, alrededor del 80% de la cosecha de soja del mundo se utiliza para alimentar a los animales. En especial a las vacas, pues necesitan de mucha proteína para crecer fuertes y satisfacer la demanda de carne de res y productos lácteos.
El problema es que esta agricultura de soja impulsa la deforestación, el calentamiento global y la pérdida de hábitats, ya que se utilizan grandes extensiones de tierra para cultivar rápidamente. Incluso fomenta la sobrepesca en cierta forma pues, a falta de soja, algunos animales pueden consumir harina de pescado.
Ambas conductas ponen en peligro los ecosistemas al igual que el efecto invernadero, por lo que encontrar un suplemento alimenticio mucho más sostenible era algo que la industria necesitaba desde hace décadas.
En este sentido, una proteína hecha a partir de dióxido de carbono puede frenar varios factores de riesgo que están impulsando el cambio climático. Así como mejorar la economía circular y sostenible.
Sin embargo, tener una gran idea puede no ser suficiente para cambiar el mundo.
El dióxido de carbono en proteínas todavía no es un producto comercial
Al ser Deep Branch una industria privada, necesita de inversores que le ayuden a desarrollar el proyecto e instalaciones para producir en masa este polvo. Algo que suele ser muy difícil tanto en el campo comercial como en el científico, pues hay muy pocas firmas que apuestan por productos experimentales.
El equipo de científicos cree que las universidades y los gobiernos deberían fomentar la participación de capital para que las grandes ideas no se queden en un estudio.