¿Cuándo y por qué se redujo el cerebro humano? Las hormigas nos dan la respuesta
Nuestro cerebro no siempre fue lo que es ahora; para poder llegar a este punto, tuvo que atravesar una extensa secuencia de cambios a lo largo de miles de años. Uno de los más resaltantes para la ciencia ha sido el tamaño que, según un nuevo estudio, se redujo hace aproximadamente 3,000 años. Sorprendentemente, los científicos a cargo usaron las hormigas como modelo para explicar el cambio de tamaño del cerebro humano.
Un equipo multidisciplinario de investigadores estuvo a cargo de este trabajo y constató el importante papel que jugó la convivencia comunitaria humana en el cambio del tamaño del cerebro. Sus hallazgos se publicaron en Frontiers in Ecology and Evolution.
El cerebro humano no solo aumentó de tamaño con la evolución; también se redujo
Numerosos estudios han revelado que el cerebro humano ha aumentado de tamaño a lo largo de nuestra historia evolutiva. Esto está muy bien documentado, y en algún momento se consideró un indicio de inteligencia aunque está descartado; sin embargo, hay algo de lo que se habla menos pero que parece ser un hecho: también ha experimentado una disminución del tamaño desde el Pleistoceno.
“Un hecho sorprendente sobre los seres humanos de hoy es que nuestros cerebros son más pequeños en comparación con los cerebros de nuestros antepasados del Pleistoceno”, explicó el coautor, el Dr. Jeremy DeSilva, del Dartmouth College. Pero los científicos no tenían muy claro cómo, por qué ni cuándo exactamente ocurrieron estos cambios.
El cerebro humano se redujo hace 3,000 años
En un esfuerzo por comprenderlo, un equipo multidisciplinario del que formó parte DeSilva se propuso estudiar los patrones históricos de su evolución. Lo curioso fue que decidieron comparar los hallazgos de este paso con las sociedades de hormigas para obtener una visión más amplia del porqué.
Primero analizaron un conjunto de datos de 985 cráneos humanos fósiles y modernos descubriendo que los cerebros humanos aumentaron de tamaño hace 2,1 millones de años y hace 1,5 millones de años, efectivamente durante el Pleistoceno. Y aunque nuestra lógica podría llevarnos a esperar que siguiera aumentando, luego de ello el proceso fue en picada. El tamaño del cerebro humano se redujo hace unos 3,000 años, durante el Holoceno, algo totalmente inesperado.
Según los resultados del estudio, el aumento del tamaño coincide con lo que se sabía sobre la evolución temprana del género Homo y sus consecuencias. Entre ellas, por ejemplo, la modificación de la dieta y la nutrición, así como el establecimiento de grupos sociales más grandes.
Hormigas como modelo de inteligencia colectiva para estudiar el cambio de tamaño del cerebro humano
Pero encontrar una explicación a ello no sería fácil teniendo fósiles como único recurso directo. Por ello recurrieron a las hormigas, que a pesar de ser insectos, viven en sociedades con altos niveles de interacción, socialización y colaboración.
A pesar de que las sociedades de hormigas y humanas son muy diferentes y, de hecho, se han desarrollado de por diferentes vías, tienen aspectos en común. Por ejemplo, la toma de decisiones en grupo, la división del trabajo y la producción de su propia comida (agricultura). Estas similitudes con las hormigas podrían servir de guía en la comprensión de los cambios de tamaño del cerebro humano.
Entonces exploraron los modelos y patrones computaciones del tamaño del cerebro de la hormiga obrera; también la estructura y el uso de energía en algunos clados, como la hormiga tejedora Oecophylla, la hormiga cortadora de hojas Atta o la hormiga común de jardín Formica.
La expansión de la inteligencia colectiva pudo haber influido en el cambio de tamaño
Así descubrieron que la cognición a nivel de grupo y la división del trabajo entre las hormigas juegan un papel en la variación adaptativa del tamaño del cerebro, y estos podrían haber influido en los humanos.
Es decir, el desarrollo de la inteligencia colectiva puede llevar a los cerebros a adaptarse para mejorar la eficiencia, y uno de los cambios que pudo haber aplicado el nuestro fue la disminución del tamaño. Quizás por ello también sirve de referencia para determinar la cantidad de amigos que tenemos.
También debemos tomar en cuenta que los cerebros consumen mucha energía, y que este consumo también dependerá del tamaño; por tanto, cerebros más pequeños como los de las hormigas consumirán menos.
La externalización del conocimiento en las sociedades humanas (y, por ende, la división de diferentes tareas) puede haber liberado a nuestros cerebros de la gran carga de almacenar toda la información disponible en todo momento. En consecuencia, sus necesidades energéticas pudieron haber disminuido y, con ellas, el tamaño de este órgano complejo.
“Proponemos que esta disminución se debió a una mayor dependencia de la inteligencia colectiva”, agregó Traniello. “La idea de que un grupo de personas es más inteligente que la persona más inteligente del grupo, a menudo llamada la ‘sabiduría de las multitudes’”.
Sin embargo, aún hay mucho que comprobar antes de darlo por hecho.