El dolor de un adiós: ¿Por qué las despedidas son tan difíciles?

Recientemente, el mundo se conmocionó con la noticia de que el ídolo Lionel Messi abandonaba al Barça, uno de los clubes de fútbol más importantes del mundo. Y, que además le abrió las puertas al deporte rey y le brindó la oportunidad de convertirse en el astro que es hoy día.

Sin embargo, cuando llegó el momento de despedirse formalmente, Messi se fue en llanto y comenzó su conferencia de prensa hecho un mar de lágrimas. En su voz se notaba la tristeza por dejar atrás al club que lo vio crecer como profesional. Pero, ¿por qué las despedidas son tan difíciles? ¿El dolor que causa un adiós puede ser algo colectivo?

No es fácil cerrar etapas

Lionel Messi llorando

Las lágrimas del astro argentino nos dejan un mensaje bastante claro: no es fácil decir adiós. No es fácil despedirse de un club que lo recibió cuando apenas tenía 13 años, siendo una pulguita como muchos los llaman. De una entidad deportiva que creyó en él y en su potencial.

Cuando el FC Barcelona comunicó que no podía renovar el  contrato del astro del fútbol ni Messi, al igual que sus fanáticos y prácticamente todo el mundo futbolero, se lo podía creer. Lo recibió como un balde de agua fría, dice, porque era una noticia que no esperaba. Sin dudas, es uno de los momentos más tristes de su carrera, pues duele dejar atrás algo a lo que amas.

Messi le dedicó gran parte de su vida al Barça, experimentó la euforia de sus victorias y los ratos amargos de sus derrotas. Más de la mitad de su vida giró en torno a este club, a sus costumbres, valores y estrategias de juego. De ahí, lo difícil de decir adiós y cerrar un ciclo tan largo. No obstante, consigo se lleva el recuerdo de haber conquistado 35 títulos con uno de los mejores equipos de fútbol del mundo.

Para Messi, esta despedida ha sido dolorosa, pero es una pérdida que se puede superar, puesto que se limita a una ausencia temporal que conlleva tiempo y distancia, según explica la psicóloga infantojuvenil y especialista en pedagogía, Celia Rodríguez.

Es difícil salir de nuestra zona de confort

Messi en medio del campo de fútbol

Si bien somos conscientes de que las despedidas son inevitables y que muchas veces los cambios son necesarios, cuando intentamos salir de nuestra zona de confort hay una voz interna que nos frena e impide continuar con nuestros planes.

Desde que Messi comunicó en un burofax su intención de abandonar el club, se encendieron las alarmas. Si bien la decisión se revirtió, la posibilidad de una posible rotación seguía latente, básicamente porque las negociaciones no eran muy claras.

Es probable que el temor a lo desconocido, a pensar en la posibilidad de formar parte de un equipo que pese a la calidad de sus jugadores no ha logrado conquistar la Champions League (para ese entonces sonaba mucho la idea de un posible cambio al París Saint-Germain o PSG) no le haya permitido ver la realidad. Ni mucho menos salir de su zona de confort, ya que su casa, sus amigos, el colegio de sus hijos, todo prácticamente giraba en entorno a la ciudad de Barcelona.

En ese sentido, la psicóloga Rodríguez explica que las despedidas implican inseguridades, cambios en nuestro comportamiento, modo de pensar, gasto de energía e incluso pérdida de tiempo. Por ello pensar en perder el control sobre una determinada situación, provoca que sintamos miedo por desconocer lo qué nos espera y se nos complique salir de nuestra zona de confort.

Brené Brown, profesora e investigadora de la Universidad de Houston, opina que:

La zona de confort es donde nuestras dudas y nuestra vulnerabilidad son mínimas. Donde creemos que tendremos acceso suficiente al amor, comida, talento, tiempo, admiración. Donde sentimos que tenemos algo de control”.

¿El dolor que causa una despedida puede ser colectivo?

Fanático llorando por la despedida de Messi

Tras conocerse la noticia de la salida de Messi, la fanaticada del Barça se conmocionó y se aglomeró en las inmediaciones del Camp Nou para protestar y exigir la renovación de contrato del ídolo argentino.

De hecho, por las redes sociales se viralizaron imágenes de hinchas entristecidos y hasta llorando desconsolados por el adiós de su jugador estrella. No cabe duda de que el astro argentino mueve masas y, cómo no, si guió al FC Barcelona a conseguir más de 30 copas. Para la fanaticada, el adiós de Messi significa no volver a ver a su ídolo vestir la camisa de su equipo favorito.

 

En vista del impacto que ha causado a nivel mundial el adiós de Messi y del dolor que ha generado en miles de fanáticos, esta despedida se considera como colectiva. En La mente es maravillosa, lo definen de la siguiente manera:

El trauma colectivo es un efecto psicológico compartido por un grupo determinado de personas que han vivido de manera conjunta, un mismo hecho adverso. Ese efecto suele generar a menudo un cambio en la sociedad o una búsqueda de nuevos significados vitales”.

Replantearnos el futuro

Lionel Messi mostrando la camiseta del PSG

Evidentemente decir adiós es difícil, puesto que involucra sentimientos que nos impiden cerrar ciclos y salir de nuestra de zona de confort. No obstante, muchas veces es necesario, por ende debemos estar preparados para afrontar los cambios.

Hace pocos días, Messi expresaba que vivía uno de los peores momentos de su carrera y que lamentaba abandonar al Barcelona. No obstante, tras su llegada a Francia sus emociones cambiaron. La fanaticada del PSG lo esperó en el aeropuerto y en el Parque de los Príncipes (estadio del PSG) para darle una calurosa bienvenida y demostrarle entusiasmo por su incorporación al equipo.

Con su llegada se abre un abanico de posibilidades para el equipo francés y se incrementan las posibilidades de ganar muchos títulos, así como la tan anhelada Champions y, por supuesto, de generar mucho más ingresos. Con respecto a este último punto, la camiseta de Messi con el número “30” se agotó en una hora. Al respecto, el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, comentó:

Messi es el único jugador del mundo que tiene seis Balones de Oro y nuestros fans están muy emocionados de poder verle aquí, es algo espectacular, no tengo palabras para expresar lo que representa tener a Leo Messi en nuestra plantilla”.

Por su parte, Messi manifestó sentirse muy emocionado de compartir cancha nuevamente con Neymar Jr. y tener como compañeros a jugadores de la talla de Sergio Ramos y Kylian Mbappé.

“Decir adiós es un proceso complicado, pero que es un proceso por el que tenemos que pasar. Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que lleva su tiempo, por lo tanto no podemos pretender superarlo en un par de días o inmediatamente. Es normal que ese adiós nos cueste porque es un proceso de reubicación psicológica, lleva su tiempo y debemos tomarlo con calma”, agrega la psicóloga Rodríguez.

Aunque al principio las despedidas pueden ser dolorosas y, dependiendo de las circunstancias pueden causarnos miedo e inseguridades, son necesarias. Debemos aprender a replantearnos el futuro, tal como lo ha hecho Messi al comprender que los cambios son etapas de la vida y que debemos permitirnos sanar.

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