Drogas inteligentes: ¿existen límites legales y éticos para su uso?
Las drogas inteligentes se han vuelto muy populares en los últimos años, pero una duda que nos deja esta creciente popularidad es si realmente su uso es legal y ético en las personas saludables.
Muchas personas deciden recurrir a las drogas inteligentes para alcanzar un mejor rendimiento académico o laboral.
Tanto el metilfenidato, como el piracetam, la memantina y el modafinilo poseen efectos positivos en el desempeño cerebral. Dicen que el consumo de estas sustancias ayuda a las personas a estar en alerta y enfocadas para el aprendizaje.
Sin embargo, todas estas drogas en realidad son fármacos para tratar ciertos tipos de enfermedades como el TDAH, el Parkinson o el Alzheimer. Todos los estudios que se han hecho hasta el momento sobre los beneficios de estas sustancias están dirigidos a personas con estos trastornos y enfermedades. Aún se desconocen los verdaderos efectos y riesgos para las personas sanas.
Las drogas inteligentes más populares
Las nuevas generaciones cayeron a los pies de las llamadas drogas inteligentes pues se dice que aumentan las capacidades mentales.
Una de las más populares es el piracetam, una droga creada para generar somnolencia en las personas. Sin embargo, su creador, Corneliu Giurgea, se percató de que esta droga podía mejorar significativamente la memoria en los consumidores.
En la actualidad, el nombre comercial del piracetam es Noortropil, y los estudiantes lo utilizan para mejorar el desempeño académico. Es un medicamento de venta libre, que también demostró ser efectivo contra la epilepsia.
En algunos países como el Reino Unido se puede conseguir con receta previa, mientras que en Estados Unidos aún no se aprobó para uso médico.
Otra droga inteligente es la memantina, conocida comercialmente como Akatinol. La memantina es un medicamento efectivo para tratar al Alzheimer, porque retrasa el deterioro cognitivo.
Muchas personas la están usando para estimular el intelecto. Pero su consumo inadecuado conlleva sus riesgos, estos incluyen dificultad para respirar o alucinaciones.
Tampoco queremos dejar pasar al modafinilo, un estimulante que requiere de prescripción médica. Comercialmente se lo conoce como Modiodal y los especialistas lo recomiendan para el tratamiento del síndorme hipersomnia, o somnolencia excesiva.
También es óptimo para tratar trastornos psiquiátricos, esclerosis múltiple, Parkinson y fatiga crónica.
En la actualidad se emplea para tratar a los adultos con TDAH, pero la OMS lo desaconseja su uso en niños. En ellos podría causar confusión, insomnio, desorientación, trastornos digestivos y cardiovasculares, y hasta alucinaciones.
Capítulo aparte para el Ritalin y las anfetaminas
El metilfenidato y las anfetaminas también han ganado popularidad entre las personas que buscan mejorar la concentración. El nombre comercial del metilfenidato es Ritalin mientras que a las anfetaminas se las conoce como Adderall.
El Ritalin en principio se usó para tratar trastornos de aprendizaje. En la actualidad se utiliza para tratar a pacientes con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Sin embargo, algunas personas recurren al Ritalin y a las anfetaminas para mejorar la energía mental y la motivación para trabajar.
Se ha comprobado que el metilfenidato mejora la memoria y también el funcionamiento congnitivo en general. Pero es un medicamento que debe ser suministrado por personal de salud, es lo que advierte la OMS. Si se consume sin supervisión médica, cabe la posibilidad de desarrollar intolerancia al fármaco.
Las anfetaminas, por su parte, son suplementos nootrópicos con efectos importantes en la mente de las personas, pero con consecuencias a largo plazo. Puede llegar a ser muy adictiva para quienes la consumen.
Sustancias que funcionan pero con consecuencias
Las drogas inteligentes tienden a ser adictivas, como el Adderall y el Ritalin. Estas dos sustancias acarrean efectos secundarios tales como pérdida de cabello, insomnio, nerviosismo, dolores de estómago, ansiedad, entre otros.
Aunque se hable mucho de sus beneficios a nivel cognitivo, no hay suficiente evidencia para comprobar que realmente mejoran las capacidades mentales en personas sanas.
Sucede lo mismo con el piracetam, que tampoco posee suficiente respaldo científico respecto a sus cualidades en individuos saludables.
La mayoría de estas drogas, principalmente las llamadas nootrópicos, necesitan prescripción y supervisión médica por los diferentes efectos adversos a la salud que estas pueden generar.
Drogas inteligentes y esteroides
Entre las drogas inteligentes que se vinculan con los esteroides está la creatina monohidrato, un suplemento dietético que viene en dos presentaciones: en forma de píldora y en polvo. Este último se puede agregar a los batidos y bebidas.
Las últimas evidencias científicas sugieren que la creatina puede mejorar tanto la memoria de trabajo como la inteligencia. Pero es más popular entre los culturistas que la usan para incrementar su musculatura.
En este grupo también se encuentran los llamados Biohackers, drogas estimulantes que se emplean para alterar la propia biología y las habilidades.
Los suplementos deportivos y los esteroides anabólicos se han convertido en el producto estrella de una industria que ha ido en crecimiento en las últimas décadas, facturando millones de dólares anuales.
Pero, al igual que las drogas inteligentes, también poseen efectos secundarios en la salud.
Las personas con psicopatologías preexistentes, pueden experimentar problemas de conducta, que por lo general deriva en dependencia, síntomas de abstinencia y depresión.
Asimismo, causan múltiples efectos psicológicos ansiedad, sicosis, irritabilidad, entre otros problemas.
La lista de efectos secundarios de los esteroides anabólicos es muy extensa. En general, causa desórdenes en el sistema cardiovascular e hipertensión.
Mientras que para cada género hay problemas específicos. En hombres puede desencadenar en infertilidad y problemas en el sistema reproductor. Además, problemas graves en la próstata como el cáncer e hipertrofia prostática.
En las mujeres, disminución de la menstruación, ovarios poliquísticos, acné, virilización y pérdida de cabello.
Como su consumo es ilegal en algunos lugares, puede que se presente el riesgo de contraer HIV y otras enfermedades como hepatitis, debido a que se utiliza la misma jeringa y aguja para suministrar la sustancia a varias personas.
Límites legales y éticos del consumo de estas sustancias
El uso de las llamadas drogas inteligentes se está convirtiendo poco a poco en un problema de salud pública en muchos países.
En este contexto aparecen los límites éticos, pues, aunque las drogas inteligentes sean legales, no está autorizada la venta sin prescripción médica. Por esa razón, muchas personas deciden recurrir a prácticas sospechosas para conseguir sus dosis de estas sustancias.
Estados Unidos es uno de los países que ha visto un crecimiento en el consumo de drogas inteligentes en los últimos años. Esto se debe a que los medicamentos de este tipo son más fáciles de conseguir en contraposición con las drogas ilegales.
Gran parte de las personas que deciden recurrir a las drogas inteligentes son estudiantes universitarios, que recurren a ellas para mejorar su memoria y mantener la concentración.
Las implicaciones éticas y legales de la utilización de estas drogas inteligentes para aumentar el rendimiento son claras: no es ético pero tampoco debería ser legal. Lo mismo ocurre con las sustancias que se emplean para mejorar el rendimiento físico y el aumento de la musculatura.
Por sobre todo, los límites éticos y legales de las drogas inteligentes se hacen más notorios cuando aparecen los riesgos en la salud si se suministra a personas saludables.