¿Dudas sobre tu personalidad? No hagas el famoso test de 16 personalidades
Probablemente hayas visto en más de una ocasión a alguien compartiendo su tipo de personalidad con una ilustración similar a la de la imagen destacada en este artículo. Quizás incluso nuestros lectores han hecho ese mismo test basado en la teoría de Myers-Briggs y se han sentido identificados. Y si bien es un test que funciona para entretenernos, quizás no es la mejor opción al tratar de identificar los rasgos de nuestra personalidad.
Por si no sabes de qué se trata, el test de personalidad de Myers-Briggs consta de varios tipos de personalidades que son identificadas con la siguiente nomenclatura:
- E o I por Extraverted (extrovertido) o Introverted (introvertido)
- S o N por Sensing (sensorial) o Intuiting (intuitivo)
- T o F por Thinking (pensamientos) o Feeling (sentimientos)
- J o P por Judging (juzgadores) or Perceiving (perceptores)
Así, una vez terminado el test de 93 preguntas, los resultados se basarán en la combinación de estas letras. En este sentido, el test de Myers-Briggs ofrece 16 tipos de personalidades distintas que, se supone, resumen todos los tipos de personalidad existentes.
Ha sido tan popular este test que la industria que produce y comercializa la prueba hace alrededor de 20 millones de dólares cada año, y unas 2 millones de personas toman este test en el mismo lapso de tiempo. Entonces, ¿por qué decimos que no es tan acertado? Para explicarlo, vamos a revisar su historia.
Así se hizo el test
Las responsables de esta prueba de personalidad fueron las estadounidenses Katharine Briggs y su hija, Isabel Myers, quienes en la década de 1940 habían estudiado los trabajos del psicólogo Carl Jung publicados en 1921 bajo el nombre de ‘Psychological Types’.
Sin embargo, ni Briggs ni Myers eran psicólogas ni científicas sociales. Brigs siempre había sido una ama de casa que sentía pasión por la psicología, mientras que su hija, Myers, escribía novelas de misterio.
Sin embargo, los estudios en los que se basaron Myers y Briggs fueron teorías de Jung que no habían sido probadas en su totalidad. Incluso, el propio psicólogo difería en la idea de encasillar los tipos de personalidad y aseguraba que los “tipos” que había identificado eran solamente tendencias que había observado.
¿Por qué es ineficaz?
Según lo que publicó Jung en 1921, los humanos se dividen en perceptores y juzgadores, pero estos a su vez se dividen en dos: el primero, en quienes prefieren sentir emocionalmente e intuir; y el segundo, en quienes prefieren pensar o sentir físicamente. Estos, además, podían categorizarse como extrovertidos o introvertidos.
Pero esto ocurrió antes de que la psicología fuera una ciencia empírica. Según Adam Grant, psicólogo organizacional de la Universidad de Pensilvania, “Jung literalmente los inventó basándose en sus propias experiencias”.
Al momento en el que Myers y Briggs decidieron estudiar las teorías de Jung, recibieron la ayuda de Edward Hay, un gerente de recursos humanos de un banco de Filadelfia, y adaptaron las definiciones de Jung a distintas categorías y crearon preguntas que podrían determinar en cuál encajarían mejor.
En 1975, la prueba fue adquirida por la empresa CPP y se popularizó, dejando de lado todo lo que había advertido Jung y encasillando a los tipos de personalidad.
No existe tal cosa como un extrovertido puro o un introvertido puro. Un hombre así estaría en el manicomio”.
Así afirmaba el psicólogo tiempo después de reevaluar su teoría sobre los tipos de personalidad, asegurando que, si bien estas eran formas útiles de pensar sobre las personas, no podía ocurrir así al cien por ciento. Así lo afirma Grant:
Los científicos sociales contemporáneos rara vez estudian cosas como si se toman decisiones basadas en sentimientos o en cálculos racionales, porque todos usamos ambos. Todas estas categorías crean dicotomías, pero las características de cada extremo son independientes entre sí o, a veces, incluso van de la mano”.
Debido a esto, actualmente en el mundo de la psicología no se habla tanto sobre rasgos de personalidad, sino de estados de personalidad, pues los seres humanos normalmente nos encontramos en algún punto medio entre cada categoría determinada por Myers y Briggs.
Entonces, ¿por qué es tan popular?
Los seres humanos estamos tratando de entendernos a nosotros mismos constantemente, al punto que afirmaciones genéricas como las que aparecen en los horóscopos nos atrapan y nos hacen pensar “¡Claro! Así soy yo”, tal como ocurre con el efecto Forer.
Pero sumado a esto, hay que mencionar que el test de personalidad Myers-Briggs es casi netamente positivo. A diferencia de otras pruebas psicológicas, el Myers-Briggs no separa a las personas en adaptativas o inadaptadas, funcionales o disfuncionales, estables o neuróticas. Este toma las partes de la personalidad y las categoriza en fortalezas y debilidades, y de hecho termina siendo una descripción halagadora, como “virtuoso”, “defensor” o “protagonista”.
Pero debido a nuestra naturaleza cambiante, y a la inexactitud del test, nuestros resultados podrían variar. Así lo dice el filósofo Roman Krznaric:
Si vuelves a tomar el examen después de solo un intervalo de cinco semanas, hay alrededor de un 50% de probabilidad de que caigas en una categoría de personalidad diferente en comparación con la primera vez que lo hiciste”.
Alternativas al test de Myer-Briggs
El hecho de que el test de personalidad de Myer-Briggs no sea tan acertado no significa que no existan otras pruebas que sean más acertadas.
Uno de ellos es el Modelo de los Cinco Grandes o The Big Five Personality Test, el cual se basa en la creencia de que la mayoría de las personas encarnan cinco rasgos básicos de personalidad. Puedes hacerlo en inglés ingresando aquí.
Otro es el Eneagrama de la personalidad o The Enneagram test, el cual reúne nueve rasgos de personalidad con 27 subtipos. También puedes tomar este test aquí.
Y por último, te recomendamos el test EQ de Goleman creado por la Global Leadership Foundation. Se basa en cuatro cuadrantes de la inteligencia emocional y ayuda a entender las emociones que guían tu comportamiento. Lo puedes hacer aquí.
Pero si lo que quieres es algo mucho más específico o si buscas ayuda para tratar algún rasgo de tu personalidad o comportamiento, te invitamos a consultar con un personal que pueda guiarte en este proceso. Recuerda que las personalidades son únicas y la complejidad humana no puede encasillarse en un solo resultado.