¿Qué tienen en común los bebés murciélagos y los bebés humanos?

Muchos están de acuerdo en que, al menos físicamente, los murciélagos no son los animales más atractivos, por lo que parecería una locura compararlos con los bebés humanos. Pero un nuevo estudio ha revelado que, a pesar de los millones de años de diferentes vías evolutivas que los separan, las crías de ambos grupos tienen algo en común.

Es probable que nadie haya escuchar a un murciélago hablar, pero esto no quiere decir que no se comunican. Lo curioso es que, de acuerdo con los nuevos hallazgos, aprenden a hacerlo desde que son crías y de una forma bastante similar a la de nosotros: balbuceando. Los hallazgos se publicaron en la revista Science, pero te los describimos a continuación.

 

El balbuceo para aprender a comunicarse

Como muchos saben, cuando somos bebés, los humanos usamos el balbuceo para practicar los sonidos del hablar. Por primitivo y básico que parezca, esto es una gran hazaña a temprana edad, considerando el gran control que hay que ejercer sobre el aparato vocal.

Hace más de 17 años, Mirjam Knörnschild, ecóloga del comportamiento animal en el Museo de Historia Natural de Berlín, descubrió que los murciélagos también balbucean a temprana edad. Su hallazgo generó escepticismo entre los colegas científicos, pero en su nuevo trabajo arroja evidencia aún más convincente de ello.

Las crías de murciélago y los bebés humanos aprenden a comunicarse de forma similar

Ella y otros investigadores querían comprender cómo aprenden a comunicarse las crías de murciélagos con alas de saco (Saccopteryx bilineata). Para ello, se dedicaron a registrar 216 balbuceos emitidos por 20 bebés salvajes en Costa Rica y Panamá con ayuda de equipos de sonido ultrasónico para procesar las “sílabas” en cada uno. Luego convirtieron fragmentos de audio en espectrogramas, gráficos que muestran el tono y la intensidad del sonido a lo largo del tiempo.

Bebé caucásico balbuceando.

Con la información organizada, el siguiente paso fue analizarla. Por ello, procedieron a buscar ocho características del balbuceo de los bebés en las grabaciones de murciélagos. Fue así como descubrieron que estos últimos también exhibían dichos rasgos, incluida la repetición de sílabas y el ritmo de los sonidos.

 

Al igual que los humanos, estos animales voladores deben ejercer un control desafiante sobre su aparato vocal para aprender a comunicarse. Su contexto es bastante diferente al nuestro, comenzando por su hábitat salvaje. Dentro de este, dependen de sus llamadas y de la ecolocalización para viajar en cierta dirección y encontrar comida; la vocalización es necesaria incluso para el cortejo y el apareamiento tan vital para la continuidad de su especie.

Balbuceo: una práctica vocal común entre especies muy diferentes

“Es asombroso ver un comportamiento de práctica vocal tan similar que conduce al mismo resultado: adquirir un gran repertorio vocal”, dice Ahana Fernández, ecóloga de comportamiento animal en el Museo de Historia Natural de Berlín y coautora del estudio.

Durante su juventud, los pájaros cantores también se valen del balbuceo para entonar más adelante sus deslumbrantes vocalizaciones de canto. Pero, en general, hay pocos ejemplos de este comportamiento en mamíferos no primates. Este estudio proporciona una prueba de que los murciélagos también balbucean durante el desarrollo de sus habilidades vocales de una forma sorprendentemente similar a la de los bebés humanos.

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