En medio de la polémica, también salió a la luz una investigación que revela que el hermano de la congresista fue condenado en EE.UU. por narcotráfico.

Por RT Internacional

El pasado martes, el Congreso colombiano inició una nueva legislatura y se eligieron las nuevas autoridades del Legislativo para el período 2021-2022.

En el Senado fue elegido presidente Juan Diego Gómez Jiménez, del Partido Conservador; mientras que la titularidad de la Cámara de Representantes quedó en manos de Jennifer Arias, del Centro Democrático, en movimiento político del expresidente Álvaro Uribe.

No pasaron muchas horas para que estallara un escándalo, que se centró en Arias, quien antes de llegar al Congreso fue participante del concurso de belleza Señorita Colombia, en 2007, en representación del departamento del Meta; luego, afiliada al Centro Democrático, fue directora del partido en la misma entidad; y, en 2015, fue candidata a la alcaldía de Villavicencio.

El miércoles, la periodista María Jimena Duzán publicó en su cuenta en Twitter una vieja y controversial fotografía de la ahora presidenta de la Cámara de Representantes, donde se ve a la congresista posando con una pistola, aparentemente en un estudio fotográfico.

“Esta foto de la nueva presidente de la Cámara de Representantes Jenifer Arias debería ser explicada y con lujo de detalles”, escribió Duzán, quien aseguró que había tratado infructuosamente de contactar a la legisladora para que diera su versión.

La periodista indicó que el jefe de prensa de Arias le “insinuó que era una foto para una fiesta de Halloween“.

Por su parte, el también periodista Yohir Akerman publicó  otra fotografía, que habría sido tomada en la misma sesión en la que Arias simula disparar con el arma.

“Bienvenida la legislatura con la nueva presidenta de la Cámara de Representantes, Jennifer Kristin Arias Falla. Esperemos que defienda el orden y la libertad”, dice el texto de Akerman que acompaña a las imágenes.

Estallido en las redes

La publicación de estas imágenes provocó una polémica en las redes sociales, con personas a favor y en contra de la congresista. Quienes han defendido a la legisladora, alegan que las publicaciones y comentarios en su contra evidencian la “misoginia, machismo y clasismo” que hay en el país.

Entretanto, otros, que piden explicaciones por las fotos, señalan que “no es porque sea mujer o se le este sexualizando” sino porque la imagen “hace apología al delito”.

Hasta el momento, Arias no se ha pronunciado respecto a este tema. En su cuenta en Twitter replicó un mensaje del estratega político Miguel Jaramillo Luján, quien dijo que prefiere que sus “clientes políticos” lideren temas importantes, antes de dar explicaciones por sus disfraces.

“Si mis clientes políticos tuvieran que explicar cada foto de Halloween a cada periodista; dejarían de liderar temas importantes para los cuales es más útil su tiempo. Los prefiero en lo segundo”, escribió Jaramillo.

Familiares condenados y los “narcopilotos”

Pero además de la polémica por las fotografías, también salió a la palestra pública que el hermano de la congresista, Andrés Eduardo Arias Ochoa, fue condenado en EE.UU. por narcotráfico.

En una investigación que publicó a principios de julio la Fundación Paz y Reconciliación, señalan que Arias Ochoa “aceptó cargos de narcotráfico en marzo de 2008 ante la Corte del Distrito Sur de Florida”.

El hermano de la congresista habría caído por una trampa que le tendió un agente infiltrado de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de EE.UU., quien supuestamente le vendería cocaína y heroína para comercializarla en territorio estadounidense.

“Arias le pide la cocaína a la fuente [el agente encubierto] y esta le pide que le muestre el dinero, este lo lleva hacia su carro y le muestra un sobre blanco con alrededor de 15.000 dólares en billetes de 100 y de 20 dólares. Inmediatamente después, Arias fue capturado por la DEA”, dice el documento.

Además de eso, la investigación también reveló que el padre de la legisladora, Luis Eduardo Arias Castellanos, fue condenado el 21 de enero de 1993 a 40 meses de prisión por homicidio. “El 5 de noviembre de 1992, Arias Castellanos asesinó a un hombre en el barrio La Esperanza de Villavicencio con su arma de fuego”, dice el informe.

Al ser cuestionada por las acciones de sus familiares, Arias, en entrevista con RCN, dijo que su familia no es narcotraficante ni tiene un entorno familiar turbio.

Sobre su hermano, comentó que “se equivocó y pagó por la mala decisión que tomó”; mientras que sobre el asunto judicial que vinculó a su padre manifestó que “se vio involucrado en una situación accidental”.

“Mi papá llegó a un sitio donde estaba una persona que tenía un arma, esa persona empezó a discutir con mi papá, mi papá se trató de defender, el arma se disparó y el señor lamentablemente falleció“, fue la explicación de la congresista.