¿En qué se parecen la risa de los bebés humanos y la de los chimpancés?

Si bien estudiar individuos adultos puede ser mucho más práctico y seguro que hacerlo a temprana edad, los primeros años de vida podrían tener muchas pistas sobre nuestros orígenes evolutivos. Como prueba, un estudio publicado recientemente en la revista Biology Letters que revela que la risa de los bebés humanos se parece mucho más a la de los chimpancés que a la de sus homólogos adultos.

Escuchando la risa de bebés humanos

El estudio surgió de trabajos previos que reportaron que, cuando los humanos adultos se ríen, lo hacen solo exhalando. A pesar de ello, nuestros parientes, los chimpancé, inhalan y exhalan al reír. Debido a nuestros vínculos evolutivos prácticamente innegables, surgió interés por determinar el porqué de estas diferencias.

Risa de bebés de diferentes orígenes étnicos.

Los investigadores de la Universidad de Leiden, el University College de Londres y la Universidad de Ámsterdam trabajaron juntos en un experimento divertido. Básicamente, reunieron a un grupo de adultos humanos voluntarios para que escucharan la risa de bebés.

Uno de los grupos, conformado por 117 personas, se encargó de indicar el momento de la inhalación y la exhalación mientras escuchaban la risa de los bebés. El segundo, conformado por 102 personas, tenía la tarea de calificar cuán agradable y contagioso era el sonido.

Los bebés inhalan y exhalan mientras ríen; los humanos, solo exhalan al reír

Después de analizar los datos con detenimiento, llegaron a una conclusión bastante curiosa. Todo indicaba que la risa de los bebés era más similar a la de los chimpancés que a la de los humanos adultos.

Los resultados mostraron que la risa de los bebés era más placentera y contagiosa durante la exhalación que durante la inhalación. Quizás por ello es que los bebés suelen dejar de reír mientras inhalan a medida que crecen.

El porqué del parecido de la risa de los bebés humanos y la de los chimpancés

En busca de una explicación para ello, los investigadores plantearon dos hipótesis. Una de ellas reside en la anatomía de la garganta, que es más parecida entre los bebés humanos y los chimpancés adultos en comparación con la de los humanos adultos.

Otra, no necesariamente excluyente, es que los humanos desarrollan su propia risa y, de cierta forma, aprenden a reir de manera diferente a medida que envejecen. Su principal guía para ello parecen ser las personas que los rodean, generalmente humanos ya adultos. En cambio, los bebés lo hacen de una forma más primitiva.

 
Chimpancés acostado riéndose.

Los investigadores creen que los bebés humanos se ríen de forma muy espontánea en respuesta a cosas que consideran graciosas. Sin embargo, a medida que envejecen y adquieren conocimiento y experiencia, estos gustos cambian. Esto forma una parte fundamental de su proceso de integración en grupos y adaptación a diferentes entornos.

Si lo analizamos más a fondo, tiene algo de sentido. Siendo adultos, ¿nos causan gracia las mismas cosas que cuando éramos niños o bebés? Probablemente muchos no lo recuerden, pero bastará con comparar en tiempo real el comportamiento en diferentes edades para concluir que no.

La risa en la naturaleza

La risa ha sido objeto de estudio en muchas ocasiones, principalmente por el hecho de que juega un papel importante en las relaciones sociales. De hecho, en TekCrispy hablamos en una oportunidad sobre su origen.

Esta no es la primera vez que la ciencia llega a una conclusión similar. En lo que respecta a la risa, estudios previos demostraron que es común entre algunas especies de simios y algunos roedores.

Además, recientemente reportamos otro hallazgo peculiar que involucra a las capacidades vocales de los bebés. Al parecer, estos aprenden a vocalizar de la misma forma en que lo hacen los murciélagos: con balbuceos. Y aunque no se trata de sus ancestros más cercanos, no deja de ser interesante.

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