¿Existe una relación entre la resiliencia psicólogica y el estrés?
Probablemente todos hemos experimentado esa sensación de frustración y miedo que surge cuando pensamos o hacemos algo. Pero es menos probable que conozcamos que la solución a estos episodios de estrés puede estar en una capacidad innata en nuestro cerebro, la resiliencia.
Estrés y resiliencia, ¿cómo se relacionan?
Antes que nada deberíamos dejar claro algunos términos. La resiliencia psicológica es la habilidad que tiene nuestro cerebro para adaptarse a las situaciones y superarlas.
La compleja regulación de la emoción por parte del cerebro y las consecuencias del cambio son el foco de la resiliencia psicológica y la psicopatología de la vulnerabilidad. Los pensamientos y sentimientos son químicos y eléctricos”
Dr. Charney, psiquiatra experto en trastronos de ansiedad
Al igual que el estrés, que se genera como una reacción a un estímulo desagradable o desconocido, la resiliencia también se encuentra relacionada al cerebro. Concretamente, a los neurotransmisores, neuropéptidos y hormonas que median los mecanismos neuronales.
“Nuestra sociedad está experimentando más estrés que nunca, lo que lleva a resultados físicos y psiquiátricos negativos”, explican los investigadores de la Universidad de Yale.
En busca de corregir esto los científicos han desarrollado diversos estudios. Todos ellos encaminados a determinar el impacto de esa relación entre la resiliencia psicológica y el estrés en nuestro cuerpo.
Nuestro cuerpo es el primer indicador del estrés
Uno de los estudios más reconocidos en torno al estrés es el de los Grimage, en donde los investigadores observaron a 444 adultos de entre 18 y 50 años en New Haven.
Se les preguntó a los adultos sobre su salud actual, cuánto estrés acumulado tenían y cuanto era su nivel de resiliencia o autocontrol. Tras esto, se tomaron muestras de sangre para realizar el control de metilación.
Con metilación nos referimos al proceso por el que el ADN regula la expresión genética y renueva las células. Cuando el cuerpo se encuentra en estado de estrés, la metilación no se produce adecuadamente, causando que las células envejezcan con mayor rapidez.
El resultado no fue del todo sorprendente, se demostró que aquellos con menor metilación eran quienes habían reportado un peor manejo del estrés. Incluso llegando a desarrollar otras patologías crónicas como la resistencia a la insulina o la sensibilidad suprarrenal.
Pero curiosamente, también encontraron que no todas las personas que tenían niveles crónicos de estrés presentaban estos problemas. En su lugar, eran solo aquellos que no presentaban una regulación emocional y el autocontrol, ambos factores de la resiliencia.
Este estudio ayudó no solo a determinar la relación entre el estrés y la resiliencia, sino que comprobó que esta última podría reducir significativamente los efectos negativos y patológicos asociados al estrés, según Zachary Harvanek.
¿Manejando el estrés con resiliencia?
Si bien muchos estudios apoyan la relación entre la resiliencia psicológica y el estrés, los científicos advierten que aún no se ha determinado si el estrés realmente puede ser manejado solo con el autocontrol.
Si se pudiera establecer un perfil para identificar a aquellos con predisposición a la vulnerabilidad frente a los predispuestos a la resiliencia, sería de gran beneficio tanto para los modelos de prevención como para los de tratamiento”
Dr. Charney
Sin embargo, por el momento, deberemos utilizar métodos más convencionales para mejorar la resiliencia psicológica, y por tanto, el estrés.
En este sentido, el Dr. Charney, aconseja la regulación de la motivación como un método para manejar el estrés. Esto debido a que el autocontrol y la regulación de la resiliencia psicológica no son exactamente habilidades fáciles de desarrollar.
Por tanto, lo que plantea es la visión del estrés como el causante y supresor de sus propios síntomas. Todo ello a través de la adopción de una nueva mentalidad denominada “New science of stress”.
Sin embargo, la psicóloga Alia Crum, nos facilita la tarea de entender este mindset , destacando las tres prácticas que debemos tener en cuenta para mejorar la resiliencia durante un episodio de estrés, los cuales son:
- Reconocer el estrés cuando lo experimentes y observar cómo te impacta psicológica y físicamente.
- Reconocer que el estrés es una respuesta a algo que te importa e intentar conectarte con la motivación positiva detrás.
- Aprovechar la energía que te da el estrés.