Francia exporta a América Latina pesticidas tóxicos que prohíbe en su propio suelo
En Europa, una ONG suiza denuncia el doble rasero de las autoridades francesas en materia medioambiental. Mientras que el país ha prohibido la venta en su territorio de varios pesticidas particularmente tóxicos, 14 de estas sustancias siguen exportándose al extranjero. Varios países latinoamericanos importaron estos agroquímicos peligrosos para la salud humana y el ecosistema.
En una investigación publicada esta semana, la ONG suiza de defensa del medioambiente Public Eye denuncia que a pesar de que Francia prohíbe ciertos pesticidas altamente peligrosos para la salud humana y el medioambiente, las empresas que los elaboran siguen exportándoles hacia varios países del mundo incluyendo Latinoamérica.
De cerca de 7.500 toneladas de productos agroquímicos tóxicos exportados desde Francia a pesar de su prohibición, la picoxistrobina representa el 40% del volumen total.
“Es un fungicida prohibido en 2017 en la Unión Europea porque presenta un riesgo muy elevado de daños al genoma humano. Se usó mucho en los cultivos de cereales y de soja”, recuerda Laurent Gabell, experto en asuntos agrícolas y autor de la investigación de Public Eye.
Sin embargo, según datos obtenidos por la ONG a través de las leyes de transparencia, en 2022 se exportaron 2.900 toneladas de picoxistrobina pura, principalmente hacia Brasil donde la sustancia se utiliza en los cultivos de soja. “Representa más de 250 millones de dólares de venta para la empresa Corteva”, subraya Gabell. “Lo increíble es que, en principio, desde inicios del 2022, se prohíbe en Francia las exportaciones de pesticidas prohibidos en Francia”, alerta el experto.
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La ley francesa prohíbe desde enero de 2022 vender al extranjero pesticidas, insecticidas y fungicidas prohibidos en suelo francés. Pero varias empresas agroquímicas aprovecharon las debilidades de la ley y lograron exportar en total 7.475 toneladas de estos productos, alerta Laurent Gabell, experto en agricultura y autor del informe.
“La práctica sigue porque la ley prohíbe únicamente la exportación en forma de producto finalizado. Pero la sustancia pura se puede seguir exportando, y fue el caso de la picoxistrobina. La empresa luego fabrica el producto final en el país de importación”, denuncia la ONG.
El informe reporta también la exportación de fenamidona, otro fungicida prohibido en la Unión Europea desde 2018 por su peligrosidad para la salud humana y las aguas potables. A pesar de ello, “hubo exportaciones a Brasil, Colombia, México y Chile”, detalla Gabell.
El gobierno francés validó también permisos de exportación a América Latina de productos insecticidas neonicotinoides peligrosos para las poblaciones de abejas. “Las autoridades francesas dieron luz verde a 94 solicitudes de exportación de las empresas Bayer, BASF, Syngenta y Nufarm para exportar insecticidas que matan las abejas, compuestos de imidacloprid, tiametoxam, clotianidina o fipronil”, indica la investigación. En total, se exportaron 1.800 toneladas de estos productos a países como Guatemala, Rusia, Estados Unidos, Ucrania, India, Indonesia y Japón, donde la legislación es más permisiva.
Para que las empresas transnacionales dejen de exportar estos productos agrícolas tóxicos, la ONG exige una prohibición a escala europea. Una decisión varias veces aplazada en un contexto de presión de los grupos de presión que defienden los intereses de la industria agroquímica y de la agroindustria.