Francia: ser recolector de basura en tiempos de coronavirus
Por Radio Francia Internacional
Los encargados de la limpieza siguen trabajando en los locales de las empresas, los recolectores de basura continúan recogiendo la basura y los centros de gestión de desechos tampoco han dejado de funcionar. A menudo se trata de tareas ingratas, y ahora peligrosas, pero tan esenciales que deben continuar llevándose a cabo a pesar de los riesgos.
or David Baché
Cuando llega, muy temprano en la mañana, las oficinas están aún más vacías de lo normal. La atmósfera es extraña, pero Malika Ghoulam, directora de una empresa de limpieza en París, está orgullosa de seguir haciendo su trabajo.
“Es importante, es un servicio, y tú eres un proveedor de servicios, así que tienes que respetar el contrato”. La realidad de su tarea se ha vuelto completamente distinta. “Todo ha cambiado”, continúa Ghoulam, “en primer lugar porque el lugar donde trabajo está cerrado. Sólo quedan unos pocos empleados, encargados de tareas de seguridad y servicios de informática. Es todo muy extraño, pero sigo aquí. Me protejo, sigo las reglas y me gusta hacer mi trabajo”, asegura.
Una vez terminada su labor, Malika se dirige directamente a casa, sin demora, para reducir los riesgos. Pero con el sentimiento de haber cumplido con su deber.
Basura y enfermedad extra
Es este mismo sentimiento el que motiva a Judicaël Dissaké a subir detrás de su camión de basura en Vénissieux, cerca de Lyon. “Tengo un deber hacia mis conciudadanos”, dice. “No puedo dejar los cubos de basura afuera con el riesgo de que generen aún más bacterias y enfermedades. Pero aun así me hice la pregunta de si debo seguir trabajando, porque mi madre es diabética y es probable que le lleve a casa este virus. Si no lo hago yo, será otra persona, porque tenemos el deber de ir a trabajar todos los días”, agrega.
“Sin gel, sin máscara, sin traje”
Pero sentirse responsable no significa que no puedas ir a trabajar con un nudo en el estómago. Especialmente cuando las condiciones de protección están lejos de ser ideales. “Tengo mucho miedo de contraer este virus”, dice con una voz que no tiembla. “No tengo ningún gel para las manos, ni mascarilla, ni mono”, precisa. “La dirección nos dio agua con gas y jabón, e incluso, en otros camiones, aceite corporal para limpiarnos las manos. Lo único que pudieron implementar fue la distancia de un metro, y ni siquiera, en el camión no se respeta mucho. Tratamos de no pensar mucho en ello y volver rápidamente a casa con nuestra familia, en lugar de pasar siete horas detrás de nuestro camión y ser susceptibles de contraer este virus”.
Judicaël Dissaké no quiere llegar a eso, pero si sus condiciones de protección no mejoran, él y sus colegas dejarán de trabajar. Por el momento, en cualquier caso, la recogida de residuos es casi normal.
25% menos de residuos
Syctom es el organismo público encargado del tratamiento de los residuos domésticos en París y sus alrededores: 85 municipios, 6 millones de habitantes, el 10% de la población francesa. “Las autoridades locales gestionan las colectas, y éstas se llevan a cabo en todo el territorio de Syctom (la región parisina)”, dice Martial Lorenzo, director general de Syctom. “No he oído, por el momento, que haya lugares donde no se haga la recolección. Creo que en toda Francia la recolección se realiza en condiciones tensas pero normales”, explica.
En los últimos diez días más o menos, la cantidad de residuos ha disminuido en la región parisina de Île-de-France: un cuarto menos. La caída de la actividad económica, en particular en bares y restaurantes, explica esta disminución en la producción de basura. Syctom continúa procesando las miles de toneladas de residuos que aún deben ser tratadas a diario. “Tenemos sitios prioritarios, que son plantas de incineración, y están funcionando con bastante normalidad”, asegura Marcial Lorenzo. “Por otro lado, de los seis centros de clasificación que llevan a cabo la separación selectiva, sólo uno sigue en funcionamiento. Pero en la mayoría de los casos, nos las arreglamos para redirigir la colecta de envases a sitios que todavía están en funcionamiento”.
Con algunas pocas excepciones, casi todos los empleados de Syctom siguen trabajando. Sus instrucciones son respetar los gestos de barrera al virus y las medidas de distanciamiento. Además del equipo de protección (cascos, guantes, gafas) que es habitual incluso en tiempos normales en los sitios de tratamiento de residuos, el director de Syctom explica que ha recibido máscaras protectoras. Gracias a sus operadores y al apoyo del Estado, estima que tiene reservas para al menos un mes.