Grace Hopper, la militar que revolucionó la programación informática
El mundo de la programación en la informática siempre ha sido no menos que complicado, aunque como todo avance tecnológico, este se ha ido simplificando con el paso del tiempo, al punto que cada vez es un poco más accesible para todos. Una de las personas que más contribuyó a que esto ocurriera fue Grace Hopper, una militar pionera de la informática.
Hopper nació en Nueva York en 1906 en el seno de una familia llena de personalidades importantes, como sus dos abuelos: el ingeniero civil John Van Horne y el almirante de la Armada de los Estados Unidos Alexander Russell. Este último había sido su adoración y su modelo a seguir desde niña, aunque su pasión se inclinara más hacia las ciencias y las matemáticas.
En 1928 se graduó del Vassar College con títulos en matemáticas y física, y dos años después estaba culminando su maestría en matemáticas en la Universidad de Yale. Su sed de conocimientos aún era muy grande, por lo que comenzó a cursar un doctorado en matemáticas y física matemática en Yale mientras trabajaba enseñando en su primera alma máter.
Grandes oportunidades
Entre 1920 y 1930 comenzó a ocurrir algo inusual en la historia que no se volvió a ver sino hasta 1980: la cantidad de mujeres que estaban obteniendo títulos de doctorados había aumentado exponencialmente. Hopper fue una de las profesionales que aprovechó esta oportunidad, aunque destacó debido al área en la que se había profesionalizado, la cual estaba representada en su mayoría por hombres.
Con la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, las oportunidades laborales aumentaron para las mujeres. En vista del conflicto, Hopper fue una de las que decidió que ayudaría a su país y, a pesar de haber sido rechazada en una oportunidad, continuó aplicando a la Reserva Naval de Mujeres hasta que fue aceptada en 1943.
Fue asignada al Proyecto de Computación de la Oficina de Buques de la Universidad de Harvard y allí trabajó de la mano de Howard Aiken, quien desarrolló la Calculadora automática controlada por secuencia de IBM, más conocida como Mark I. Esta era una de las primeras computadoras electromecánicas de la historia y funcionaba leyendo códigos a través de una máquina perforadora en cinta.
La Mark I tenía como objetivo calcular las trayectorias de los cohetes, pero para poder darle a entender a la máquina lo que era necesario calcular, había que traducir el “lenguaje humano” al “lenguaje computacional”. Esto se lograba utilizando complicadas operaciones matemáticas que se traducían en códigos, los cuales eran plasmados a través de la máquina perforadora de cinta para que el equipo pudiera dar con la orden.
Hopper y su equipo llevaron a cabo cálculos ultrasecretos que traducían a la Mark I y que también le proporcionaban a otras áreas del ejército, como los números utilizados por John von Neumann en el desarrollo de la bomba de plutonio lanzada sobre Nagasaki, Japón.
Sin embargo, Hopper estaba segura de que debía existir una forma más sencilla para poder darle órdenes a las computadoras, así que se puso a trabajar en ello.
Una pionera en la programación
Luego de la guerra, Hopper permaneció en Harvard como investigadora en ciencias de la ingeniería y física aplicada, con lo cual ayudó en el desarrollo de las computadoras Mark II y Mark III. Sin embargo, a pesar de su trabajo en la institución, nunca fue ascendida ni se le otorgó la titularidad que se merecía, así que en 1946 abandonó el proyecto.
En 1949 se mudó a Filadelfia para trabajar como matemática senior en la Eckert-Mauchly Computer Corporation. Allí llevó a cabo sus trabajos más influyentes, como por ejemplo su aporte en la creación de la UNIVAC I, la Computadora Automática Universal.
Este dispositivo, a diferencia de las computadoras Mark, podía leer códigos a través de letras y números, con lo cual el tedioso trabajo con la cinta perforadora se agilizaba un poco. Así ella, junto a su equipo de programación, desarrolló el primer “compilador” de lenguaje de computadora llamado A-0, con el cual pudieron traducir el código matemático en código binario legible por máquina y se hizo posible escribir programas para múltiples computadoras en lugar de una sola.
Posteriormente, su equipo desarrolló Flow-Matic, el primer lenguaje de programación que utiliza comandos similares al inglés. Este utilizaba palabras normales en inglés con el objetivo de que los procesadores de datos, que no eran expertos en matemática o ingeniería, pudieran manejar el lenguaje informático con más comodidad. Básicamente logró que muchos más profesionales pudieran acceder a la programación.
Con el desarrollo de nuevos lenguajes, en 1959 finalmente desarrollaron COBOL (abreviatura en inglés de “lenguaje común orientado a los negocios”). Este se convirtió en el primer lenguaje informático comercial estandarizado. Una década más tarde, este se había convertido en el principal lenguaje de programación utilizado en el mundo.
“Amazing Grace”
En 1966, Hopper tuvo que retirarse de la Armada como comandante, lo cual ella describió posteriormente como el día más triste de su vida. Sin embargo poco tiempo después, luego de que cumplió los 60 años, fue convocada de nuevo debido al aumento de las operaciones en el sudeste asiático.
En este contexto, el ejército necesitaba ayuda en el área informática para estandarizar los múltiples lenguajes informáticos que eran utilizados en la Marina. Así se mantuvo activa durante 19 años más, época en la cual se ganó el apodo de “Amazing Grace”.
A lo largo de su vida, esta pionera de la programación informática recibió más de 40 títulos honoríficos, incluyendo la medalla de la Cruz Wilbur Lucius de Yale, que recibió en 1972; y la Medalla Nacional de Tecnología otorgado por el presidente George Bush en 1991, el cual es el premio de tecnología más alto en el país.
A sus 79 años, Hopper se retiró como contraalmirante siendo la oficial en servicio con la edad más avanzada en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. A partir de entonces, comenzó a trabajar como consultora senior en relaciones públicas en Digital Equipment Corporation, empresa en la que estuvo hasta un año antes de su muerte en 1992.
De estudiante a profesora, oficial y programadora, Grace Hopper pasó a la historia como una de las mujeres más persistentes y versátiles que han pisado este mundo. Sin duda alguna, será recordada por muchos años más como la “Amazing Grace” que siempre demostró ser.