Hariri arroja la toalla y deja al Líbano (aún) sin gobierno

Por RFI

Vacío de poder. El primer ministro designado de el Líbano, Saad Hariri, anunció este jueves que renuncia a la formación de un nuevo gobierno casi nueve meses después de su nombramiento. El país está sumido en la peor crisis socioeconómica de su historia y nada anticipa aún una mejoría.

Hariri fue nombrado primer ministro en octubre de 2020, pero no pudo formar un gabinete para lanzar reformas fundamentales que permitiesen desbloquear la ayuda internacional. El primer ministro explicó que en una reunión con el presidente Michel Aoun, éste le reclamó cambios en la lista del gobierno que él no quiso hacer.

“Está claro que la posición (de Aoun) no ha cambiado sobre esta cuestión y que no somos capaces de ponernos de acuerdo”, indicó Hariri, que en los últimos meses ha mantenido varios desacuerdos con el presidente.

Líbano lleva sin un gobierno plenamente operativo desde la dimisión del gabinete actualmente en funciones tras la devastadora explosión en el puerto de Beirut en agosto de 2020, que dejó más de 200 fallecidos y miles de heridos.

La parálisis política coincide con la peor crisis económica del país, con una depreciación histórica de su moneda, una inflación disparada, despidos masivos y agravación de la pobreza.

Primer aniversario de la explosión

El tres veces primer ministro, Saad Hariri, fue nombrado primer ministro el 22 de octubre de 2020, un año después de su caída bajo la presión de la calle.

El gobierno actual, encargado de los asuntos de actualidad, había dimitido tras la devastadora explosión en el puerto de Beirut (más de 200 muertos, miles de heridos) el 4 de agosto de 2020, un golpe de gracia para una población ya arrodillada.

Casi un año después, las partes siguen enfrascadas en sus habituales regateos en un país multiconfesional aislado por los barones de las distintas comunidades.

La enorme explosión fue provocada por un incendio en un almacén del puerto que albergaba toneladas de nitrato de amonio almacenadas “sin medidas de precaución”, según las autoridades. Además de los más de 200 muertos, la explosión hirió a más de 6.500 personas y destruyó barrios enteros de la capital libanesa.

Una investigación local aún no ha dado resultados, sin que nadie haya rendido cuentas. Las fuerzas de seguridad dispararon el martes gases lacrimógenos contra los manifestantes enfurecidos que protestaban ante el domicilio en Beirut de un ministro acusado de bloquear la investigación de la explosión.

Antes de Hariri, Mustafa Adib, un diplomático poco conocido nombrado a finales de agosto para formar gobierno, también fracasó ante la resistencia del partido a su propuesta de gabinete.

con AFP

 

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