El hospital público francés agoniza
Por: Raphael Moran/Radio Francia
Agotados por 10 años de restricciones de presupuestos, los médicos, enfermeros y paramédicos de los hospitales públicos de Francia se movilizan para exigir más recursos y mantener la calidad del sistema de salud francés. El estado actual de los hospitales ya no permite atender a la población dignamente, denuncian. Reportaje en París.
A alrededor de las 7 de la noche, Micheline ingresó al hospital con una fiebre de más de 40 grados. Se le administró un paracetamol y se la clasificó como paciente de nivel 3 que debía ser atendida en máximo 60 minutos.
Pero aquella noche de diciembre, llegaron cerca de 240 personas en este servicio de urgencias cuya capacidad máxima es de 160 pacientes.
Cinco horas después de su ingreso al hospital, llamaron por fin a Micheline. Nadie contestó. Micheline había sido registrada bajo un nombre erróneo. El personal de recepción, desbordado por la llegada de pacientes como ocurre con frecuencia, no verificó si el nombre inscrito en la pulsera de la paciente era el correcto.
Al amanecer, alguien del equipo descubrió el cuerpo inerte de Micheline en una camilla. Una investigación reveló que padecía meningitis. Pero lo que mató a Micheline fue la saturación del servicio de urgencias.
El caso de Micheline causó estupor en Francia. Los pacientes que fallecen abandonados en la camilla de un pasillo de hospital son pocos. ¿Cómo pudo ocurrir un caso así en un país que, durante muchos años, presumía de tener uno de los mejores sistemas de salud del mundo?
La respuesta la tienen los mismos médicos, enfermeros, y empleados de hospitales que desde hace ocho meses entablaron huelgas y manifestaciones que alcanzaron su punto culmen el pasado 14 de noviembre.
Por primera vez, un colectivo de directores de hospitales firmó un texto con un mensaje contundente que resume Frédéric Adnet, jefe de urgencias del Hospital Avicennes en Seine-Saint-Denis, al micrófono de RFI: “Actualmente el hospital público está colapsando debido a la falta de atractividad. Se nos está yendo el personal médico, se van a otros establecimientos de salud donde las condiciones de trabajo son más atractivas”.
Adnet, quien también asume el cargo de jefe de los servicios de urgencias del departamento de Seine-Saint-Denis, cuenta: “El hospital público francés de hace 20 años no se comparaba con las condiciones que tenemos hoy en día. Ya no tenemos los recursos para cumplir con nuestra misión”.
Los médicos abandonan el hospital
En los estudios de RFI el día de la movilización histórica del personal médico, Adnet insiste en que se necesita “contratar a 800 enfermeras porque faltan candidatos. El hospital público ha perdido su atractividad”.
Esa situación ha llevado a una movilización sin precedentes de los personales de salud. De toda Francia llegaron médicos, paramédicos, internos de medicina, enfermeros, urgentistas para clamar este mensaje: las condiciones laborales en los hospitales son inaceptables.
“Los dirigentes toman decisiones erróneas. La contraloría francesa recomienda un aumento del 4% del presupuesto de hospitales. El gobierno solo quiere dar un 2%. El hospital no debería sufrir recortes. ¡Si falta dinero es que falta financiamiento!”, denuncia Mathieu, un joven neumólogo de 29 años que salió a protestar en las calles de París con su bata color turquesa.
Odile por su parte ha recorrido 300 kilómetros con sus colegas enfermeras, vestidas de bata blanca. Se aleja un poco de la multitud para contarnos su hartazgo: “Yo conocí épocas en las que siempre había cinco o seis camas disponibles todo el tiempo. Ahora nunca es así. Al contrario, la dirección hace todo para sacar a los pacientes del hospital porque hay filas de pacientes esperando desde hace 24 o 48 horas en urgencias”.
Y ejemplifica: “En 10 años en el hospital de Cholet han suprimido 50 camas disponibles pero la actividad aumentó en un 47% en los servicios de urgencias. Hemos tenido a pacientes con extensiones de cables de oxigeno por falta de espacio. Teníamos que darles una cucharita que tenían que arrojar para avisarnos en caso de problema”, recuerda la enfermera.
Lógica empresarial destructiva
Las organizaciones sindicales y el colectivo Inter Urgences exigen contratación de personal médico, aumento de sueldos, congelados desde hace 10 años e inversiones en los hospitales.
Todos los médicos y enfermeros que hemos entrevistado en esta manifestación coinciden en que la situación se ha deteriorado en los últimos 10 años. Y no como fruto del azar. Es el resultado de una política pensada para ahorrar costes.
En 2009, el gobierno de Nicolas Sarkozy decretó que el presupuesto de cada hospital sería calculado en función del número de actos médicos… Una lógica empresarial demoledora que incitó el personal de salud a multiplicar el número de cirugías y a dedicar cada vez menos tiempo para los pacientes. La presión laboral genera síndromes en el personal como el desgaste profesional.
A la falta de recursos se suman otros factores: el aumento demográfico y una población francesa que envejece y que, por ende, necesita más cuidados médicos. En los rankings de los servicios de salud del mundo, los hospitales franceses se mantienen entre los 15 mejores. La medicina es gratuita y universal. Pero los recursos ya no permiten atender a todo el mundo en buenas condiciones como antes.
La respuesta de Emmanuel Macron
Ante este grito desesperado del personal de salud francés, el gobierno de Emmanuel Macron ha presentado dos proyectos de reforma que incluyen entre otras medidas salir de la lógica empresarial en los hospitales, aumentar el número de estudiantes en medicina, impulsar las consultas online para pacientes que viven lejos de los centros médicos.
En días recientes, el tono del presidente de la República ha cambiado y ha prometido un tercer plan de inversión para los hospitales.
El presidente francés y su administración intentan a toda costa calmar la cólera social en los hospitales que se suma a la de otros sectores como la educación, la policía o los transportes. Un descontento que podría aglutinarse el 5 de diciembre próximo con un llamado al paro nacional.