¿Interpretamos los emojis como imágenes o como palabras? Este estudio tiene la respuesta

Los emojis se han convertido en un elemento importante del discurso moderno, pero pocos se han preguntado si a nivel de nuestro cerebro su interpretación es igual a las palabras. Pero ¿quién en medio de una buena conversación por Whatsapp se preguntaría semejante cosa?

Probablemente pocos, pero la curiosidad de los científicos hace presencia incluso en procesos tan automáticos en nuestra realidad actual como el envío de mensajes textuales. Un nuevo estudio publicado en la revista Computers in Human Behavior revela detalles sobre eso. Y, respondiendo a la duda inicial, no interpretamos los emojis igual que las palabras. Te explicamos por qué.

Los emojis son parte importante del discurso moderno

Emojis de caras en pantalla.

Antes de que se extendiera el uso de los móviles, nos limitábamos a colocar ? y sus variantes en nuestros mensajes en el salón de clases. Luego, la revolución de Messenger y posteriormente de los teléfonos inteligentes convirtió los emojis en una especie de norma informal para comunicarnos. Hoy son un elemento infaltable en las redes sociales.

Y aunque está tan integrado en nuestro “vocabulario”, el nuevo estudio ha revelado que nuestro cerebro no procesa los emojis como palabras. En realidad los percibimos como imágenes, por lo que tardamos más en interpretar su significado o alusión que con las palabras.

Una prueba de lectura con palabras y emojis

Antes de llegar a esta conclusión, los investigadores hicieron una prueba de lectura en línea entre 52 hablantes nativos de alemán. A los participantes se les dio una oración cuyas palabras se presentaban una a una en una pantalla; algunas de las oraciones también reemplazaban palabras por emojis.

También midieron el tiempo de lectura de cada participante en cada oración. Luego, les hicieron preguntas sobre cada una de ellas para determinar si las habían entendido correctamente.

La comparación de los tiempos reveló que la mayoría de las personas era capaz de comprender con precisión oraciones con un emoji que reemplazaba una palabra. Sin embargo, esto les tomaba alrededor de 350 milisegundos más que cuando la oración solo contiene palabras.

En promedio, fueron 456 milisegundos para leer solo palabras y 804 milisegundos para leer oraciones con un emoji sustituyendo alguna. Y aunque la diferencia es significativa, en ambos casos el proceso ocurre sumamente rápido.

¿Por qué interpretamos más lentamente los emojis que la palabras?

 

El ligero retraso podría atribuirse a que nuestro cerebro interpreta los emojis primero como imágenes, no como palabras. Por lo tanto, hay una paso adicional que alarga el procesamiento.

Primero nuestro cerebro reconoce la imagen que representa el emoji, y luego debe asociarlo con una o varias palabras. Dependiendo del contexto, escogerá el significado que más se adecúe y lo interpretará como tal. Pero claramente esto es más rápido y fácil con palabras.

El significado también depende del contexto

Los investigadores también notaron que cuando una palabra se reemplaza por un emoji que se puede interpretar en otra palabra con la misma pronunciación, nuestro cerebro solo tarda unos 900 milisegundos en descubrir el significado de acuerdo al contexto. Por ejemplo, la imagen de un ratón cuya palabra asociada también podría hacer referencia al hardware de un ordenador.

“En el primer paso, se produce una activación conceptual visual”, explican los autores . “Si este paso no es suficiente para la generación de un enunciado significativo, se recupera la información fonológica de la entidad léxica para acceder a significados adicionales, y se debe suprimir el concepto original activado”.

Jóvenes de diferentes etnias enviando diferentes emojis en sustitución de palabras en sus teléfonos.

En muy poco tiempo nuestro cerebro puede extraer todo un léxico de palabras que podrían coincidir con la imagen antes de interpretarla como una u otra. Esto confirma además que la interpretación de los emojis por parte de nuestro cerebro está sujeta al contexto y palabras en que se presente.

También destacan que las personas con un alto nivel de alfabetización en emojis no se desempeñaron mejor en la tarea de emojis homófonos que los demás. “En este caso, el hecho de que alguien esté acostumbrado a los emoji ya no es útil”, explica la lingüista Tatjana Scheffler del Instituto de Estudios Alemanes de la Ruhr-Universität Bochum.

Y aunque parezcan hallazgos triviales, ciertamente pueden ser útiles para quienes estudian la comunicación humana. ¿Será que los humanos del futuro analizarán estas expresiones como lo hacemos ahora con las pinturas rupestres de nuestros ancestros? Si lo seguimos estudiando nosotros probablemente no sea así. Una pregunta más interesante sería por cuánto tiempo más mantendremos los emojis en nuestro discurso.

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