Investigadoras de Ciencias Químicas de la UAZ trabajan en prueba para evaluar la inmunidad colectiva del COVID-19
La vacuna para frenear la pandemia por el coronavirus SARS-COV-2, aún está en proceso de
desarrollo. En ese sentido, demostrado la gravedad del brote viral y su propagación, que se
contabiliza al día de hoy, en más de 4 millones de casos y más de 285 mil muertos en todo el
mundo, abre la necesidad de crear respuestas rápidas por parte del sector salud y de los científicos
para evitar una de las mayores amenazas para el sistema sanitario.
Para tal efecto, docentes investigadoras de la Unidad Académica de Ciencias Químicas de la
Universidad Autónoma de Zacatecas (UACQ-UAZ), Irma Elizabeth González-Curiel y Susana
Godina González, trabajan en pruebas para identificar personas inmunes al COVID-19, que sería
determinar la presencia de anticuerpos en individuos que tuvieron contacto con algún enfermo o
bien, los que están recuperados.
Este método -señalaron las investigadoras-, no es el mismo que se efectúa para determinar la
infección activa, la cual se hace por medio de la prueba molecular mejor conocida como PCR -por
sus siglas en inglés, Polymerase Chain Reaction -, y que es la que se realiza actualmente para
confirmar los casos vigentes del COVID-19, pues detecta directamente el material genético del
virus en las muestras tomadas de secreciones respiratorias del paciente.
Por el contario, esta otra técnica nace de un arduo trabajo donde se encontró que el virus o agente
patógeno, es capaz de desarrollar una respuesta inmunológica, traducida en la producción de
anticuerpos contra este virus que podría generar una inmunidad colectiva o lo que llamarían los
especialistas una “inmunidad de rebaño”, afirmaron.
“Entre la población humana, los individuos susceptibles, no inmunes, pueden beneficiarse a partir
de la inmunidad colectiva generada por los individuos recuperados, hasta el punto en que se bloquea
la transmisión del agente infeccioso. Por estos motivos, se pretende desarrollar un tamizaje
poblacional que permita evaluar la seroprevalencia de los anticuerpos, a fin de mitigar la
vulnerabilidad en los grupos de riesgo y como consecuencia el desconfinamiento y la re-activiación
económica del Estado, centrada en sus ejes productivos que son: el sector minero; sector turístico y
sector educativo, enfocado este último, principalmente a la atención de la comunidad universitaria”.
El procedimiento del tamizaje poblacional para la evaluación de la inmunidad
colectiva ante SARS-CoV-2
Para el tamizaje, indicaron las investigadoras, se recolectará muestras sanguíneas de los pacientes
recuperados, de sus contactos y de población no expuesta al virus, posteriormente se separará y se
procesará el suero o plasma “en el plasma vamos a encontrar los anticuerpos, el plasma se va
incubar en una superficie donde se encuentran las proteínas del virus. Si hay anticuerpos contra el
virus estos se van a adherir a las proteínas porque las van a reconocer. Con este marcaje se mide
cuántos anticuerpos quedaron pegados a la placa”. El procedimiento antes mencionado, se
denomina ELISA indirecto, que es una prueba para detectar anticuerpos en la sangre. Los resultados
de las pruebas tardan un promedio de 90 a 100 minutos.
Los desafíos para la técnica: González Curiel y Godina González
Las científicas universitarias, subrayaron que, el mayor desafío que representa esta técnica ya
examinada en México y en otras partes del mundo, es poder probar su eficiencia y por otro lado
extender el impulso de la inmunidad del paciente, “este procedimiento no está catalogado como un
tratamiento para el coronavirus, debe entenderse que es una medida temporal que podría ayudar
hasta que se disponga de una vacuna”.
Además, se espera estimar la seroprevalencia de los anticuerpos ante SARS-CoV2-COVID-19 en
los pacientes recuperados del Estado; determinar la seropositividad de los anticuerpos en los
contactos de primer grado (contactos directos) de los pacientes recuperados del Estado, y establecer
asociaciones entre la seropositividad respecto a los factores de edad, sexo, comorbilidades,
demográficos y socioeconómicos, para apoyar a la vigilancia epidemiológica que permitan la toma
de decisiones oportunas, eficaces y eficientes, tanto del personal médico como de los gobernantes,
en la atención, contención de la enfermedad y redistribución de recursos de acuerdo a las
necesidades de las instituciones.
Finalmente, las docentes investigadoras Irma Elizabeth González-Curiel y Susana Godina
González, externaron que ninguna de las pruebas puede remplazar a otra, ya que para combatir la
pandemia de COVID-19, es necesario unir esfuerzos que favorezcan a todos. Igualmente, resaltaron
algunos de los beneficios y los resultados que se esperan, como serian:
Otorgar inmunovigilancia en los grupos de mayor riesgo ubicados en Zacatecas, dando prioridad a
la comunidad universitaria; transmitir conocimiento de la seroprevalencia frente a SARS-CoV2
como medida de protección que permita sentar la base de la vigilancia epidemiológica en la
comunidad universitaria; trabajar en la elaboración de un mapa epidemiológico que permita conocer
la distribución de la inmunidad colectiva con base a la seroprevalencia, y por último, dar a conocer
los resultados que servirían para orientar a los distintos esquemas de vacunación (una vez
desarrollada y aprobada la vacuna) en los distintos rubros poblacionales al ser dirigida hacia los
grupos de mayor riesgo.
Es importante mencionar que el servicio referido, se brindará a finales del mes en el Campus UAZ
Siglo XXI, en el Laboratorio de Inmunotoxicología y Terapéutica Experimental en conjunto con el
Laboratorio de Biomarcadores de la Maestría en Ciencia y Tecnología de la Unidad Académica de
Ciencias Químicas, la cual dirige el también docente investigador Jorge Luis Ayala Luján.
Asimismo, en días consecutivos se anunciará la forma en que se convocará a la gente para la
realización de la prueba. Para mayores informes escribir a los correos sgodina@uaz.edu.mx;
irmacuriel@uaz.edu.mx; monicaimdeldamtza@uaz.edu.mx y a dr.albertocervantes@uaz.edu.mx