ISLANDIA PRUEBA UNA JORNADA LABORAL DE 4 DÍAS A LA SEMANA CON RESULTADOS SORPRENDENTES
Con la implementación de la jornada laboral de 4 días en Islandia, 8 de cada 10 personas han reducido su nivel de estrés y agotamiento a nivel nacional.
En medio de las controversias con respecto a la nueva normalidad, Islandia tomó una decisión práctica. La fuerza laboral de su país puede realizar el trabajo desde casa en muchas ocasiones. Más aún, la pandemia les ofreció una probada de lo que significa un balance más adecuado entre las actividades profesionales que desempeñan y su vida. Por esta razón, el país implementó una jornada laboral de 4 días solamente, que parece haber inaugurado una nueva era dorada para los trabajadores.
Un esquema de trabajo más flexible
Antes de la pandemia, particularmente en las ciudades más densamente pobladas, malabarear entre la vida personal y las obligaciones laborales era un reto. Los días empezaban antes y terminaban mucho después. Entre el tráfico, las malas formas de los compañeros en el trabajo y la necesidad de atender cuestiones familiares, el espacio para el ocio y el autocuidado se reducía a un lujo al que muy pocos tenían acceso.
El planteamiento de una jornada laboral de 4 días en Islandia, por tanto, no parece una locura. Inicialmente inadmisible en el modelo neoliberal, este esquema admite que no es necesario estar encerrado en un edificio de oficinas durante (al menos) 8 horas al día, cinco días a la semana. De acuerdo con Forbes, esta posibilidad se ensancha cada vez más debido a los sistemas de trabajo híbridos.
Con la capacidad de conectarse a trabajar todos los días, la fuerza laboral islandesa —así como muchos otros trabajadores en el mundo— puede cumplir a cabalidad sus obligaciones desde donde sea. Preferiblemente desde casa, la vida se vuelve más barata y notablemente menos padecible para quienes pueden resolver el trabajo con una computadora y acceso a internet estable.
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Muerte al horario 9-5
A diferencia de otros países, Islandia sí ofrece seguridad social sólida a sus trabajadores. La transición a una jornada laboral de 4 días, por tanto, no fue tan atropellada. Considerando, además, que su población supera apenas los 350 mil habitantes, era un reto fácilmente sobrellevable. Sin embargo, a diferencia de Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia, registra más horas de trabajo anualmente.
Tomando esto en consideración, sigue siendo sorprendente que el 85 % de los trabajadores en el país ahora trabaja menos horas, y tiene derecho a acortarlas si le parece conveniente. La productividad y la prestación de servicios se mantuvieron al mismo nivel que antes, y en algunos casos, incluso mejoraron. Proporcionalmente, el bienestar general de los trabajadores aumentó en diversos factores.
El estrés, el agotamiento y la salud fueron algunos de los indicadores considerados por el estudio nacional. La percepción general, hasta ahora, es que estos tres puntos se vieron favorecidos con este nuevo esquema de trabajo más flexible y amigable con las necesidades personales de la población. Con estos resultados, los horarios de 9 a 5 pierden mucho del sentido que tenían antes de la pandemia.
El éxito fue tal, que otros países en el mundo —como España y Japón— piensan dar los siguientes pasos para equilibrar el espacio entre el desarrollo laboral y la vida personal.
Aquel orgullo rancio por quedarse horas extras frente al mismo escritorio gris, cada vez más, pierde validez entre las generaciones de trabajadores activos. Hoy en día, el futuro está en generar horarios más flexibles en esquemas híbridos o remotos, que no comprometan el bienestar de las personas.