La acumulación compulsiva podría estar vinculada a una conexión cerebral
Muchas personas, por no decir todas, son acumuladoras. Vivimos en una sociedad tan abarrotada de posesiones materiales que nos hemos acostumbrado a simplemente almacenar cosas con la excusa de que “algún día las necesitaremos”. Pero la realidad es que ese día nunca llega.
Los psicólogos han considerado está tendencia a “acaparar” como una forma infantil de demostrar apego, y como tal, irrelevante para la ciencia. Sin embargo, los científicos no opinan de la misma forma, ya que recientemente han descubierto que la necesidad de acumulación surge a partir de ciertas conexiones cerebrales, y puede perjudicar gravemente la calidad de vida de la persona.
La acumulación y el cerebro ¿cómo se relacionan?
El trastorno de acumulación compulsiva se caracteriza por mostrar un apego excesivo hacia todas las pertenencias materiales, sin importar su valor monetario. Casi como si la persona estuviera “enamorada” de todo lo que tiene.
Según la investigadora Ruth Feldman, esta conducta surge por la acción de una hormona cerebral llamada oxitocina o “hormona del abrazo”. Esta hormona se encuentra en la corteza asociativa del cerebro y se activa desde nuestro nacimiento, para ayudarnos a establecer relaciones sentimentales profundas.
El detalle es que estas relaciones sentimentales no están limitadas solo a las “personas”, sino que se activan cuando vemos algo que nos llama la atención. Ya sea un animal, un programa de televisión o un objeto. Lo que explica por qué las personas con trastorno de acumulación sienten una conexión cerebral tan profunda hacia sus posesiones. Al punto que les resulta imposible deshacerse de ellas.
Ser acumulador es riesgoso para el cerebro
Si el mayor problema fuera la necesidad de acumular cosas en una habitación, los científicos no estarían tan preocupados por esta condición. Pero desafortunadamente la acumulación comulsiva no es así, ya que diversos estudios han demostrado que el trastorno de acumulación genera, entre muchas afecciones, depresión y cambios en las funciones cerebrales.
De hecho, un estudio reciente de la Universidad Anglia Ruskin asegura que la acumulación compulsiva puede ocasionar TDAH, es decir, déficit de atención severo. Esto debido a que los 88 acumuladores analizados durante la investigación informaron tener dificultades para concentrarse en sus tareas diarias y encontrar lo que guardaron tiempo atrás.
Una conducta que no suele presentarse en los pacientes de TDAH, ya que este trastorno se caracteriza por el desapego emocional y cognitivo. Lo opuesto al apego emocional que genera la oxitocina en el cerebro.
La acumulación compulsiva es un trastorno
Estos hallazgos advierten lo que los científicos más temían, que la acumulación compulsiva no es un estilo de vida sino un trastorno potencialmente peligroso, creado por las conexiones sensoriales del cerebro.
Por ello, sugieren que las personas con estas actitudes “acaparadoras” se hagan chequeos constantes, para detectar la aparición temprana de problemas de atención y corregirlos. Al menos mientras se investiga en profundidad la vinculación entre la atención cognitiva y la acumulación compulsiva.
Aún queda mucho por conocer antes de comprender cómo evolucionan las conductas de acumulación en el cerebro. Sin embargo, este punto de enfoque dado por los investigadores de la Universidad Anglia Ruskin puede ser un primer paso para el desarrollo de tratamientos contra esta tendencia del mundo moderno.