LA CONSTRUCCIÓN DE UN PARQUE DE DIVERSIONES AMENAZA Y SAQUEA TEOTIHUACAN
El Instituto Nacional de Antropología e Historia se pronunció enérgicamente en contra de las obras ilegales en la zona arqueológica de Teotihuacan.
Durante su esplendor, Teotihuacan fue el centro de poder más notable de toda Mesoamérica. En términos ceremoniales, políticos y económicos, se posicionó como una potencia continental. Las ruinas que quedan en el Estado de México apenas son una ventana al poderío militar y social que la ciudad representó en su momento.
Hoy, a varios siglos de su fundación como el ‘lugar donde los hombres se convierten en dioses‘, un grupo urbanístico saqueó el sitio en favor de sus construcciones particulares. Las obras no autorizadas fueron condenadas “enérgicamente” por el Instituto de Antropología e Historia (INAH), como un asalto directo al patrimonio arqueológico nacional.
Un asalto al patrimonio arqueológico de México
Las obras no autorizadas destruyeron parte de los Monumentos Arqueológicos en las Parcelas 23 y 19 de Oztoyahualco, en el Municipio de Teotihuacan. Los daños se dieron específicamente al interior del perímetro B, que fue decretado como área protegida en 1988 por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos.
Desde que se tuvo conocimiento de estos actos, según el comunicado oficial de prensa, se han llevado a cabalidad las acciones correspondientes para perseguir los delitos federales contra el patrimonio de la nación. El subsuelo, según la institución, alberga cerca de 25 estructuras arqueológicas, así como grutas con vestigios prehispánicos invaluables.
El 5 de marzo de 2021, las obras fueron detenidas bajo la inspección del INAH. Después de colocar los sellos correspondientes, se llevó a cabo una diligencia de suspensión para dar seguimiento a los procesos penales correspondientes. A pesar de eso, las obras continuaron con maquinaria pesada.
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Una conducta reiterada de soberbia
En medio de la pandemia por COVID-19, la suspensión de los sellos fue violada. El 20 de abril, sin embargo, en Texcoco se presentó denuncia penal ante el Ministerio Público Federal. No sólo eso: el revuelo fue de talla internacional.
El INAH reconoció la indignación de instituciones como la UNESCO y otras organizaciones de la sociedad civil, que reprobaron amargamente las acciones de construcción ilícita. Así pues, la institución mexicana se sumó al rechazo absoluto de la posible impunidad que la empresa privada podría conseguir por la construcción en las Parcelas 23 y 19 de Oztoyahualco. El comunicado de prensa señala que:
“nos enfrentamos a una conducta reiterada y soberbia por parte de quienes alientan esas obras irregulares, que afectan una zona rica en vestigios de los primeros asentamientos de la ciudad vieja de Teotihuacan”.
La Secretaría de Cultura y el INAH reiteraron categóricamente su compromiso por continuar con el proceso hasta las últimas consecuencias. Se apoyarán, según dicen, de las autoridades jurisdiccionales competentes, en los ámbitos federal y estatal, para asegurar la defensa y protección del patrimonio mexicano. Las acciones ilegales, por tanto, serán gravemente castigadas por atentar contra la nación mexicana.