¿La pobreza afecta el desarrollo cerebral de los niños? La ciencia dice que sí
Se sabe que las condiciones socioeconómicas varían de una persona a otra. En ese sentido, una investigación reciente señala que la pobreza afecta el desarrollo cerebral de los niños, aumentando las probabilidades de que presenten dificultades cognitivas, en comparación con chicos que llevan mejor calidad de vida.
Para dar con esos hallazgos, investigadores de la Universidad de Washington en St. Louis llevaron a cabo un estudio que evaluaba el desarrollo cerebral de 216 niños desde la edad de preescolar hasta entrar en la edad adulta.
La pobreza inhibe el crecimiento del hipocampo
Durante 17 años, los científicos evaluaron de cerca la relación entre la pobreza y el desarrollo del cerebro de los participantes, usando como medio de apoyo escáneres cerebrales.
Como parte del estudio, los investigadores realizaban entrevistas anuales y una vez que los chicos alcanzaban los 16 años se sometían a pruebas de función cognitiva, trastornos psiquiátricos, comportamiento, educación y rasgos sociales. Así pues, determinaron que la malnutrición, estrés y el poco acceso a atención médica afectan el desarrollo cerebral su desarrollo cerebral.
Específicamente, que los chicos de edad preescolar en condiciones de pobreza presentaban estructuras subcorticales del cerebro mucho más pequeñas. Incluso, que registraban un menor crecimiento de estas regiones cerebrales: hipocampo, el caudado, el putamen y el tálamo, a lo largo del tiempo. Se tratan de zonas responsables del proceso de aprendizaje, cognición, memoria y conducta, evidentemente áreas cerebrales claves en el desarrollo social y cognitivo de una persona.
En condiciones de pobreza, la materia gris del cerebro se desarrolla peor
En correspondencia con eso, otro artículo publicado en JAMA Pedriatics señala que la materia gris del cerebro de los niños se desarrolla peor durante una infancia llenas de carencias, impactando negativamente en su proceso de aprendizaje. Con base en ello, los autores indican que el bajo rendimiento escolar (por lo menos en un 20%) de un niño de bajo nivel económico responde a condiciones de pobreza.
Por otro lado, la profesora de psicología en la Universidad de Washington, Katie McLaughlin, comenta que la pobreza puede afectar las conexiones neuronales del cerebro. Específicamente, las redes neuronales responsables de procesar el afecto y el estímulo del entorno que reciben los chicos. En concreto, señala que si esos circuitos y conexiones neuronales no se utilizan, simplemente desaparecen.
Aunque los resultados son alarmantes, la presidenta y profesora del departamento de ciencias psicológicas y cerebrales de la Universidad de Washington en St. Louis, Deanna Barch, destaca:
Muchos niños tienen resultados maravillosos a pesar de crecer en la pobreza. A menudo, eso se debe a que han tenido apoyo y recursos adicionales”.
Por lo tanto, estiman que futuras investigaciones ayuden a esclarecer un poco más la relación entre la pobreza y el desarrollo mental de los niños. No obstante, los estudios dejan un mensaje bastante claro: si se puede prevenir la pobreza, podemos evitar algunos efectos negativos en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños.