Cómo las leyes contra el aborto en EE.UU. están dejando en el limbo los embarazos con complicaciones
BBC Mundo
Momentos después de presentar un proyecto de ley que prohibiría todos los abortos en Estados Unidos a las 15 semanas de gestación, el senador estadounidense Lindsey Graham fue interrumpido por una madre con una historia devastadora.
“Hice todo bien y a las 16 semanas descubrimos que nuestro hijo probablemente no viviría”, contó Ashbey Beasley ante una sala llena de gente. “Cuando él nació, durante ocho días sangró por todos los orificios de su cuerpo”, dijo.
Pero, agregó, al menos pudo elegir cómo manejar su difícil embarazo, mientras que la ley de Graham le hubiera quitado esa opción.
“¿Qué le dices a alguien como yo?”
Graham no es el único legislador al que se le han hecho preguntas difíciles por su postura sobre el aborto y cómo esta podría afectar a las mujeres con embarazos complicados o peligrosos.
Desde que la Corte Suprema anuló Roe vs Wade el pasado junio, varios estados de EE.UU. decidieron impulsar la prohibición del aborto o restringir severamente el procedimiento.
Con la entrada en vigor de tales leyes, han surgido consecuencias no deseadas.
Los médicos y las pacientes dicen que las normas confusas y el lenguaje vago de estas leyes han tenido un efecto escalofriante en el campo médico en los estados antiaborto, dejando a su paso tanto tragedias presentes como tragedias futuras.
“No podemos ayudarte, buena suerte”
Los abortos por razones médicas son raros y constituyeron menos del 4% de todos estos procedimientos en EE.UU. en 2004, según el Instituto Guttmacher.
Pero, para ciertas complicaciones del embarazo, son un procedimiento aceptado y común para salvar vidas.
La modelo Chrissy Teigen, por ejemplo, dijo el pasado viernes que se le sometió a un aborto para salvar su vida cuando tenía 20 semanas de un embarazo que era inviable.
Pero hoy, en estados con límites estrictos al aborto, esa opción se vuelve cada vez más complicada.
Durante el último año, Amanda Horton, una doctora de Texas que se especializa en embarazos de alto riesgo, ha tenido problemas para atender a pacientes con complicaciones en el embarazo.
A veces, la doctora Horton debe informar a las familias de que a sus bebés se les ha diagnosticado una anomalía fetal mortal.
Estos trastornos son raros y es probable que conduzcan a la muerte del feto en el útero o poco después del nacimiento.
Pero bajo una estricta prohibición del aborto en Texas, la doctora tiene las manos atadas.
“Lo que podemos decir es: ‘Si está interesada en la interrupción del embarazo, esa es siempre una opción. Pero no es una opción para usted en Texas’. Y ahí es realmente donde comienza y termina el asesoramiento”, afirma.
“Estas son personas que aman a su bebé nonato y a las que, sin tener la culpa, se les está desafiando de una manera que nunca esperaron“, asegura.
Y debido a que el estado donde viven prohíbe todos los abortos excepto en circunstancias que pongan en peligro la vida, agrega, “ahora, la respuesta es: ‘No podemos ayudarte, buena suerte'”.
Definición de emergencia
Texas tiene una de las prohibiciones de aborto más restrictivas del país. Pero como todas las prohibiciones aprobadas este año, el estado permite una excepción cuando un embarazo pone en riesgo la vida de la madre.
De hecho, todos los estados que prohíben el aborto incluyen excepciones similares cuando la vida de la madre está amenazada.
Alrededor de una docena de leyes estatales incluyen lenguaje que permite abortos en casos de “emergencia médica”, y tres incluyen específicamente una excepción para anomalías fetales.
Virginia Occidental, que acaba de aprobar una prohibición del aborto, veta el procedimiento “excepto en una emergencia médica o un feto no viable médicamente”.
La propuesta de Graham para una ley nacional vendría con exenciones redactadas en términos generales para una mujer “cuya vida está en peligro”.
Sin embargo, los críticos dicen que, en la práctica, estas leyes brindan poca orientación sobre términos amplios como “potencialmente mortal” o lo que constituye una emergencia médica que permitiría un aborto.
Eso deja un amplio espacio para el debate sobre cuándo debe actuar un médico y, en algunos casos, incluso ha alterado las opciones que habrían sido consideradas como estándar de atención médica.
En julio, una mujer de Texas, identificada solo como Amanda, le dijo a The New York Times que pasó 48 horas en agonía, sentada en una bañera mientras el agua se ponía “roja oscura” al tiempo que esperaba que su cuerpo expulsara el feto después de sufrir un aborto espontáneo.
Anteriormente, cuando tuvo un aborto espontáneo, los médicos la sometieron a un procedimiento de dilatación y curetaje, en el que se extirpa tejido del útero.
Pero en el momento de su segundo aborto espontáneo, Texas había implementado una prohibición que permitía a los ciudadanos demandar a cualquier persona que ayudara a realizar un aborto después de seis semanas de embarazo.
Amanda no fue sometida al procedimiento.
“Era tan diferente de mi primera experiencia en la que fueron tan amables y tranquilizadores, ahora me sentía sola y aterrorizada”, indicó.
Tales casos han puesto de manifiesto la brecha entre las políticas escritas sobre los límites del aborto y la realidad médica, y eso preocupa a los médicos.
“Es muy peligroso cuando los legisladores que no tienen experiencia en el área de la medicina legislan sobre cómo podemos practicar la medicina y nos prohíben brindar la atención requerida”, señala Daniel Grossman, obstetra de la Universidad de California en San Francisco.
“Juicio médico razonable”
Muchas de las prohibiciones siguen el modelo de un proyecto de ley propuesto por National Right to Life (NRL), la organización antiaborto más antigua del país.
Su legislación modelo permite abortos cuando la vida de la madre está en peligro.
“El lenguaje de nuestra ley modelo dice ‘juicio médico razonable’ del doctor responsable, que es el caso habitual en todas las situaciones médicas, no solo en los abortos”, le dijo NRL a BBC News en un comunicado.
“No tenemos conocimiento de ninguna legislación provida, incluida nuestra ley modelo, que impida el tratamiento médico adecuado en cualquiera de estos casos”.
Pero para las personas que enfrentan embarazos difíciles, estas leyes, en la práctica, pueden obstaculizar la atención médica.
En Luisiana, la historia de Nancy Davis llegó a los titulares nacionales después de que ella informó que los médicos no interrumpirían su embarazo no viable.
En una conferencia de prensa, Davis les dijo a los periodistas que su bebé tenía acrania, un trastorno que provoca que un feto se desarrolle sin cráneo y es incompatible con la vida.
“Básicamente, dijeron que tenía que seguir el embarazo, enterrar a mi bebé”, afirma, y agrega que los médicos “parecían confundidos acerca de la ley y temerosos de lo que les sucedería si realizaban un ‘aborto criminal’ de acuerdo con la ley”.
“Quiero que se imaginen cómo ha sido continuar con este embarazo durante otras seis semanas después de este diagnóstico”, declaró. “Esto no es justo para mí, y no debería pasarle a ninguna otra mujer”.
En Carolina del Sur, un senador estatal republicano, Neal Collins, se volvió viral por confesar que lamentaba haber votado a favor de la prohibición del aborto de seis semanas, después de que un obstetra y ginecólogo local le contara la historia de una joven de 19 años que enfrentó un aborto espontáneo angustioso pero se le negó la atención médica.
“Durante toda la semana no dormí”, afirmó Collins en un discurso ante el comité judicial del estado.
Dijo que hizo un seguimiento y, dos semanas después, la sala de emergencias pudo “extraer” el feto, pero solo después de que este hubiera muerto.
Medicina por exención
Días después de expresar su arrepentimiento, Collins votó a favor de una prohibición casi total del aborto que incluye una lista de una docena de situaciones que califican como excepciones.
Y el mes pasado, después de que Davis abortara, el Departamento de Salud de Luisiana emitió una lista de trastornos que harían que un embarazo fuera “médicamente inútil” y calificarían para una excepción a la prohibición casi total del aborto en el estado.
Pero el doctor Grossman indica que es imposible hacer una lista de ls trastornos que cumplen con la excepción de “emergencia médica”.
“No funciona de esa manera. En medicina hay muchas áreas grises e incertidumbre”, dice.
“Si hay un 20% de riesgo de muerte en el siguiente mes si se continúa con el embarazo, ese es un riesgo tremendamente alto. La atención médica que se requeriría sería ofrecer la interrupción del embarazo a esa paciente”.