Las máscaras japonesas: ¿cuál es el origen de este icono asiático?
Vamos a admitirlo: los japoneses adoran las máscaras, aunque la verdad es que este amor hacia ellas no es algo que se ha construido recientemente, ni siquiera en los últimos 2000 años. Sin embargo, más allá de un mero accesorio estético, la verdad es que las máscaras japonesas traen consigo un trasfondo mucho más amplio.
Si bien empezaron siendo un elemento religioso importante en la cultura, posteriormente su significado y presencia fue mutando a ambientes más artísticos y teatrales. A pesar de esto, su simbología continúa siendo muy profunda y, aunque se utilicen con el motivo de entretener, aún son altamente respetadas.
El origen de las máscaras japonesas se remonta al 10.000 a. C., e inicialmente eran utilizadas en rituales religiosos durante el período Jomon, es decir, hasta aproximadamente el 300 a.C. Eran utilizadas para celebrar a los antiguos dioses, conocidos como “kami” o, como su nombre más largo lo indica, los “Yaoyorozu no Kami”, lo que se traduce como “los ocho millones de dioses”. Sin embargo, el término no significa que realmente existiera esa cantidad de dioses, sino que este es utilizado como sinónimo de “muchos” o “incontables”.
Posteriormente, las máscaras, que inicialmente eran elaboradas con conchas y cerámica con un diseño bastante simple, evolucionaron a máscaras japonesas con caras más elaboradas durante el período Kofun, desde el siglo IV al VI. Luego de que el budismo y la influencia coreana llegara al país, las máscaras comenzaron a ser utilizadas con motivos seculares.
Luego del siglo VI, las máscaras japonesas pasaron a formar parte de ámbitos artísticos, teatrales o musicales, pero sin perder su sentido religioso original. Un buen ejemplo de ello es la danza Kagura, en la cual los intérpretes bailan, cantan y hablan con el objetivo de acercar el mundo de los inmortales hasta el mundo de los mortales. Esta danza aún continúa formando parte activamente de la cultura japonesa.
Existen muchos tipos de máscaras japonesas y cada una representa algún demonio o dios diferente. Acá vamos a reseñar algunas de las más famosas.
Kitsune
En Japón, la palabra “Kitsune” significa “zorro”, sin embargo, un kitsune en Japón es un kami, es decir, un dios zorro. Esta es una de las deidades más apreciadas en el país, pues es capaz de tomar la forma de los humanos, en su mayoría mujeres hermosas u hombres ancianos, y crear ilusiones para engañar a otros humanos.
Estas máscaras se utilizan durante el festival Kitsune no yomeiri gyôretsu en la prefectura de Niigata con el objetivo de celebrar a la deidad.
Oni
Estas máscaras representan a los Oni, criaturas similares a ogros o demonios que existen para atormentar a los humanos. Su piel puede ser roja o azul y podríamos decir que son el equivalente a los demonios de occidente.
Sin embargo, puede ocurrir que estas máscaras, lejos de ser aterradoras, luzcan graciosas, pues suelen ser utilizadas durante el festival Setsubun, en donde los padres persiguen a los niños para asustarlos, mientras estos los ahuyentan lanzándoles frijoles.
Tengu
Los Tengu también son demonios que aterrorizan a los humanos vanidosos y benefician a los humildes. Estos son asociados con los rituales Shigendo, los cuales buscan enfatizar la relación de los hombres y la naturaleza, pues para los japoneses, los Tengu son deidades que suelen vivir en los bosques.
Estos demonios solían lucir como aves de rapiña y poseían tanto alas como un largo pico. Sin embargo, con el paso de los años, su forma fue evolucionando para parecerse más a la de los humanos, pero con una larga nariz.
Samurai
Las máscaras samurai son unas de las más importantes de Japón y también de las que más simbología poseen. Existen tres tipos, las somen, que cubren toda la cara; las hanbo, que cubren parte del cuello y la barbilla; y la mempo, que cubre la mitad de la cara, desde la barbilla a la nariz.
Surgieron con el objetivo de asustar a los otros samurai cuando se enfrentaban en batalla, pues las mismas representaban demonios aterradores con colmillos.
Hyottoko
Las máscaras de Hyottoko representan a un niño con cara graciosa que, según la leyenda, tenía el poder de producir oro desde su ombligo. En otras versiones del mito, Hyottoko es un espíritu de la suerte que posee una cara muy peculiar. También se dice que posee un bambú que tiene la capacidad de arrojar fuego.
Suele ser utilizada también durante los festivales y quien la utiliza suele acompañarla con un pañuelo que rodea su cabeza.
Actualmente las máscaras japonesas aparecen constantemente en el ámbito del entretenimiento y destacan tanto en mangas como en series de anime. Afortunadamente se trata de un icono tradicional que ha mutado en la cultura para mantenerse vivo por milenios.