Todo lo que debes saber sobre la oxitocina, la “hormona del abrazo”

La oxitocina, conocida como la “hormona del abrazo” o la “hormona del amor”, es una sustancia que liberamos cuando las nos acurrucamos con otros o en situaciones de unión social. Esta es responsable, en parte, de nuestro sentido de pertenencia y cercanía con otras personas, como nuestros padres, hijos y pareja, por lo que tiene una gran importancia en las interacciones humanas.

Sin embargo, sus efectos no siempre son totalmente positivos. Su presencia también puede cegarnos ante realidades muy malas asociadas a nuestros seres queridos. Además, puede hacernos reacios a aceptar a otras personas en nuestra vida e incluso mediar el rechazo hacia los extranjeros. Entonces, ¿es una hormona buena o mala? ¿Qué papel juega en nuestra vida?

 
 

El papel de la oxitocina en las mujeres

Si bien la oxitocina es una hormona con gran influencia en la vida de ambos sexos, está presente en situaciones muy trascendentales en la vida de las mujeres. Uno de ellos es el momento del parto.

La hormona del amor aumenta la fuerza y la frecuencia de las contracciones uterinas durante el trabajo de parto, lo que favorece el nacimiento del bebé. Asimismo, un capítulo del libro “Fármacos durante el embarazo y la lactancia” sugiere que esta ayuda a que se recoja el útero después de ello.

También está presente durante la lactancia, un proceso fundamental para el vínculo entre la madre y su descendencia. El cuerpo de una madre empieza a producir oxitocina a medida que su bebé succiona leche materna de su pecho. Esto no solo favorece el vínculo entre ambos, sino que también media la respuesta corporal durante la lactancia; la hormona del abrazo estimula el cuerpo de la madre para que siga proporcionando el alimento vital a su cría.

La hormona del abrazo es responsable del vínculo entre madre e hijo

Como ya mencionamos, la oxitocina también media el vínculo temprano entre la madre y el hijo. Una investigación de la Asociación de Ciencias Psicológicas reveló que mientras más altos eran los niveles de oxitocina de una mujer durante su primer trimestre de embarazo, era más probable que tuviera comportamientos vinculantes hacia su cría, como cantarle o bañarla.

Lactancia, momento en el que el cuerpo de la madre y el bebé producen la hormona oxitocina.

A menudo se habla de esto como instinto maternal, pero como indicamos previamente, hay dudas respecto a la existencia real de este. Y es que, como bien hemos visto, muchas mujeres humanas logran adoptar bebés y cuidarlos a pesar de no haber atravesado el proceso de parto.

A pesar de ello, los científicos estiman que la hormona del abrazo juega papel en la motivación y los sentimientos de conexión. Y es que el simple hecho de interactuar con un bebé hace que aumenten los niveles de oxitocina en este mismo.

¿Qué causa la oxitocina en los hombres?

Hombre durmiendo con un bebé como concepto de un vínculo potenciado por la hormona del abrazo.

Las hembras humanas no son las únicas que pueden producir oxitocina; también los varones, y en ellos el impacto es más o menos el mismo: media la sensación de unión con otras personas, incluidos los hijos.

 

Algunos estudios han demostrado que los padres que los padres que recibieron una dosis de oxitocina a través de un aerosol nasal fueron más propensos a jugar con sus bebés de 5 meses que los que no la recibieron.

La hormona del amor también influye alrevés, es decir, en la forma en que percibimos el afecto de nuestros seres queridos. Por ejemplo, un estudio publicado en PNAS consistió en administrar una dosis de oxitocina a participantes hombres; luego tuvieron que recordar a sus madres.

Aquellos que tenían buena relación con sus madres, las describieron como preocupadas por ellos después de recibir la dosis. Pero aquellos con relaciones problemáticas las recordaron menos cariñosas antes de recibir oxitocina.

El papel de la hormona oxitocina en los vínculos sociales

La oxitocina es una hormona que también influye en la forma en que percibimos a quienes no son oriundos de nuestro mismo país. Un estudio publicado en PNAS en 2011 presentó evidencia de ello.

Manos con diferentes tonos de piel en referencia a los vínculos sociales mediados por la oxitocina.

Los investigadores descubrieron que los estudiantes holandeses que inhalaron oxitocina se volvieron más positivos hacia personajes holandeces ficticios; sin embargo, fueron menos adeptos a los personajes con nombres árabes o alemanes.

Pero el significado de este hallazgo es aún más profundo. Nos demuestra que la oxitocina interviene en los vínculos sociales, y que puede hacer a las personas más propensas a aceptar a aquellos con los que se sienten más identificados.

“Mi opinión de lo que hace la oxitocina en el cerebro está haciendo que la información social sea más destacada”, dijo Larry Young, neurocientífico del comportamiento de la Universidad Emory en Atlanta, Georgia.

“Conecta las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento de la información social, ya sean imágenes, rostros, sonidos u olores, y ayuda a vincular esas áreas con el sistema de recompensa del cerebro”.

Por último, también se han detectado vínculos entre la oxitocina y la ansiedad, pero dependerá de la parte del cuerpo en que se produzca. Por ejemplo, cuando se produce en el “núcleo del lecho de la estría terminal”, una parte del cerebro que interviene en nuestra respuesta al estrés.

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