Todo lo que las mujeres pueden ganar con la legalización del aborto

Existen muchas posturas en torno al aborto y a cómo este forma parte de uno de los períodos más delicados en la vida de una mujer, el embarazo. Sin embargo, vemos con tristeza que la mayoría de los debates científicos y filosóficos sobre el aborto se alejan de la perspectiva de las mujeres embarazadas, para ahondar cada vez más en las polémicas y los estigmas sociales que implica esta situación. 

No creemos que esa visión sea justa para las mujeres que están pasando por este evento traumático y necesitan de nuestro apoyo. Por eso nosotros queremos mostrar la otra cara de la moneda que no se ve en estos casos de embarazo: la de la mujer que desea abortar, con todo lo que eso implica para su salud biológica y emocional. 

 

De tal manera que se entienda por qué estas mujeres necesitan vivir en un mundo en el que el aborto sea legal.

La otra cara del aborto, la mujer embarazada

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El embarazo no es cualquier cosa. Cada año ocurren cerca de 180 millones de embarazos en el mundo, de los cuales una cuarta parte se resuelve por medio de un aborto. No precisamente por capricho, sino porque la gestación lleva la salud de la mujer al límite, produciendo migrañas, hinchazón corporal, náuseas y constantes cambios hormonales que para algunas mujeres pueden ser mortales. 

Bien sea porque tienen problemas congénitos, carencias nutricionales o simplemente porque aún son muy jóvenes, ninguna mujer está exenta de experimentar problemas durante la gestación. Por tanto, podrían desarrollar deficiencias renales que solo se resuelvan con el aborto, como en el caso de Susan Bekerly. O condición médicas como la hiperémesis gravídica, que agrava las náuseas matutinas y las vuelve incontrolables. 

Estamos seguros que cada uno de nosotros conoce al menos a una mujer con problemas durante el embarazo que busca ayuda profesional. Sin embargo, tendemos a responder automáticamente cosas como “aguanta” o “es normal, eso pasará”, sin pensar un poco más en su estado de salud.

Algo que no tendría porqué seguir siendo una costumbre si el aborto fuera legal. Entonces muchas mujeres podrían evitar las consecuencias arraigadas a los embarazos no deseados que conducen al aborto, y que rara vez se mencionan.

Las mujeres embarazadas tendrían un sitio seguro al que acudir en estos casos

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Por tanto, no tendrían que acudir a lugares de aborto clandestinos que hoy constituyen la tercera causa de mortalidad materna en el mundo, con más de 93 mil víctimas a sus espaldas cada año. Esto debido a que estos sitios carecen de los medicamentos y utensilios quirúrgicos necesarios para llevar a una operación tan delicada como es el aborto que, médicamente, es igual a una cesárea.

Al contrario, si los hospitales fueran los que realizaran estos abortos, las mujeres tendrían la seguridad de estar siendo atendidas por profesionales médicos que llevan años realizando partos controlados. 

Esto supondría, según el último informe de la Comisión Médica del Guttmacher-Lancet, una reducción significativa en el riesgo de muertes accidentales durante el embarazo. Concretamente, un 80% menos de probabilidad de que las mujeres en gestación mueran a causa de infecciones, lesiones en la vagina o hemorragias. 

Por tanto, el aborto legal podría salvar teóricamente a más de 100 millones de mujeres cada año, alejándolas de las personas carentes de capacitación médica.

Las mujeres contarían con un plan accesible para costear sus problemas de gestación

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El análisis de Seguros Médicos realizado en Argentina, uno de los pocos países en donde el aborto es legal, estima que el costo medio de los tratamientos por complicaciones en el embarazo está entre los 600 y los 2100 dólares. Esto incluye tanto la operación como los medicamentos que inducen el aborto.

Una suma que puede hasta duplicarse en países en donde el aborto se da de forma clandestina. Particularmente porque se aprovechan de esta supuesta condición “delictiva” para pedirle a las mujeres compensaciones millonarias que son imposibles de pagar. 

En consecuencia, muchas mujeres que no se sienten bien con su embarazo se ven obligadas, además, a buscar soluciones más económicas para terminar con él. En su mayoría, métodos caseros que encuentran en Internet.

Les ponemos un ejemplo. El caso de dos mujeres en Burkina Faso que estuvieron en urgencias por varias tras intoxicarse con una mezcla de café, anticonceptivos y valeriana. 

Este seguramente es uno de los pocos casos que se han dado a conocer en la prensa, porque tuvo un final feliz. Pero suponemos que son más las mujeres que mueren por esta clase de medidas desesperadas que no tendrían por qué existir.

Después de todo, en países donde el aborto es legal, esta clase de procedimiento traumático es tratado como lo que es: una cirugía similar al del embarazo. Por tanto, una buena parte está cubierta por el seguro médico de la mujer. Lo que facilita que, independientemente de la condición socioeconómica, cualquier mujer pueda terminar su embarazo si así lo desea.

Las mujeres tendrían más oportunidades de evitar embarazos no deseados

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Creemos firmemente en el poder de la educación y el conocimiento para tratar temas tan complejos como el aborto. Pero lamentablemente sabemos que, debido al estigma delictivo que pesa sobre él, es muy poco probable que se hable del aborto en las escuelas o en las campañas de prevención sexual. 

De hecho, un estudio de prensa escrita determinó que en muchos países existen incluso leyes que limitan el acceso a esta información, para evitar manifestaciones y sindicatos de educadores “pro aborto”. 

Esto nos parece horroso, ya que lejos de ayudar a minimizar el trauma que representa un aborto indeseado en la mujer, limitan la posibilidad de que esta pueda prevenirlo. Lo que, a la larga, empeora su condición de salud y hace más frecuentes los abortos clandestinos.

No solo lo decímos nosotros, sino también la BBC, que asegura que los países con pensamientos retrógrados hacia el aborto tienden a tener una incidencia de un 61% de embarazos no planeados, de los cuales 37% terminan en aborto. Por el contrario, los países en donde el aborto es legal son también aquellos en donde se realizan menos operaciones para terminar con el embarazo.   

Estos porcentajes no necesariamente están vinculados con una mejor educación sexual en los países en donde el aborto es legal. Pero sí creemos que refleja cuán importante es legalizar el aborto para impedir que este se dé en condiciones inseguras que atenten contra la mujer.

Si bien para ninguna mujer es fácil pasar por un aborto, tampoco es ligero soportar un embarazo no deseado por las razones que sea.

Las mujeres que desean abortar dejarían de ser tratadas como “criminales”

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Quizás nunca hayamos escuchado a un político llamar “delincuentes” a las mujeres que no se sienten cómodas con su embarazo y desean abortar.

Sin embargo, las leyes de muchos países describen claramente al aborto como “un delito penal”, similar al robo o al homicidio. Con lo cual, aunque no nos guste admitirlo, estas mujeres son estigmatizadas como delincuentes durante la peor etapa de su vida. 

En consecuencia, se les prohíbe practicar el aborto, adquirir medicamentos para el aborto o calmantes de otra índole, y así miles de restricciones más. De hecho, existe una ley en Honduras que directamente impide que se hable sobre el aborto.

Todas ellas, son medidas catalogadas como “infracciones graves”. Lo que quiere decir que, de incumplirse, pueden llevarlas a prisión por al menos un año en países en donde el aborto es considerado ilegal. 

 

Pongámonos un momento en su posición: ¿Qué sentiríamos nosotros si los demás nos vieran como criminales? Imaginen sobrellevar un embarazo complicado y doloroso, tanto física como emocionalmente, y que además se les tilde de criminales por anteponer nuestra salud y bienestar por encima de todo. De seguro no sería una situación que ayude en lo más mínimo al superar el dolor.

La Universidad Panamericana denomina a esta situación como “síndrome de las mujeres silenciadas”. Caracterizado por una profunda tristeza parecida a la depresión, ansiedad, inseguridad y una autoestima devaluada, por la falta de comprensión social. Y nosotros estamos completamente de acuerdo con que ninguna mujer debería ser infravalorada por decidir qué quiere hacer con su salud o con su cuerpo.

¿Por qué las mujeres deberían poder decidir cuándo abortar legalmente?

Créditos: France24

El embarazo es un período muy delicado para la mujer. Si bien en la mayoría de las ocasiones se celebra por exaltar el amor y la sensación de protección en las mujeres, también impone una gran responsabilidad sobre sus hombros.

Actualmente se piensa que la maternidad es algo inherente en todas las mujeres, por lo que se le considera un “deber” más que un “derecho”. Pero la realidad es completamente diferente.

No todas las mujeres quieren ser madres

Cada uno tiene personalidades diferentes y metas diferentes, que no siempre están vinculadas al hogar. Por eso todas las mujeres deberían tener al menos la posibilidad de elegir si quieren o no tener un hijo. Así como cuándo quieren tenerlo, ya que muchas veces estas no pueden evitar que se dé un embarazo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de las peticiones de aborto vienen de mujeres que sufrieron violaciones o abuso sexual en sus hogares. Una situación que se escapa del control de la mujer y de los métodos anticonceptivos. 

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No es justo que estas mujeres, y todas aquellas que quieran abortar de forma legal y segura por otras razones, se vean obligadas a pasar por todas las complicaciones que hemos mencionado, solo porque una ley dicta que “debe ser así”. 

Por esta razón es tan crucial mostrar la otra cara del aborto y ver lo importante que es para quienes lo desean o necesitan. Más allá de las condiciones físicas, la decisión de continuar o no con un embarazo es una manera de reivindicar sus derechos sexuales y reproductivos en la sociedad. Ambos vitales para el progreso económico de un país, según la Comisión Médica Guttmacher-Lancet.

La legalización del aborto es importante

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Existe un derecho humano básico tanto para hombres como para mujeres: el derecho al disfrute de la sexualidad. Sin embargo, en el caso de las mujeres este se ve mermado cada vez que un gobierno con idearios retrógados promulga una nueva ley innecesaria contra el aborto. 

Algo que estos líderes de masas tachan como una “estrategia preventiva”, cuando en realidad es solo otra manera de ignorar el problema y hacer más polémica. 

El simple hecho de volver al aborto un procedimiento legal, no implica que sea obligatorio. Las mujeres embarazadas que quieran tener hijos, seguirán teniéndolos.

La única diferencia significativa es que las mujeres que no quieran tenerlos podrán hacerlo de manera segura y accesible. Lo que las ayudaría, al menos, a sentirse respetadas por la sociedad y dueñas de su vida. 

El Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz considera que el aborto legal podría incluso contribuir a la construcción de mejores sociedades a largo plazo. Esto debido a que las mujeres podrían planificar su situación familiar, lo que aminoraría la orfandad, la indigencia de niños y el tráfico infantil. Tres problemáticas sociales que sabemos que se originan cuando una mujer queda embarazada y no tiene los ingresos económicos suficientes como para criar a un niño.

En conclusión…

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Nosotros inclinamos la balanza en favor del aborto legal y de la creación de leyes internacionales que velen por la salud de las mujeres. Esto porque sabemos que cada año mueren cerca de 46 millones de mujeres por culpa de prácticas clandestinas o problemas psicológigos arraigados al aborto como delito. 

Con este artículo esperamos haber mostrado una realidad que existe y que a menudo se ve silenciada por la presión social, cultural y religiosa de cada país. Las mujeres que no quieren continuar con un embarazo no deseado tienen derecho a elegir abortar de la manera más segura y saludable posible.

El aborto es tan delicado como el embarazo, por lo que cada quien debería tener el poder de decidir cómo llevarlo a cabo, eso sí, de manera responsable y con madurez. Dejemos atrás el estigma de que las personas quieran tomar las riendas de su vida.

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