LOS ÁRBOLES TIENEN EL PODER PARA REDUCIR EL CALOR EN LAS CIUDADES Y REFRESCAR LAS CALLES

El calor insoportable de las ciudades tiene una solución sencilla y ecológica: tapizar las calles de árboles.

El entrenamiento es de dos horas. Empieza temprano, en la mañana, para evitar los rayos insistentes del sol sobre el rostro. Conforme avanza el día, sin embargo, son inevitables: entre el sudor y la actividad física, el calor de la ciudad cada vez se siente más a flor de piel. Sobre el concreto, las suelas de los tenis arden. Las sombras ocasionales de los árboles traen algo de alivio: parece que el suelo debajo de las copas es incluso más frío. No es una ilusión.

A más árboles, más sombra

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Foto: Getty Images

Como consecuencia de la urbanización no planificada, las áreas verdes en las ciudades grandes se han sacrificado. De manera paralela, fenómenos como las islas de calor se han instaurado en las capitales del mundo, que no han seguido un modelo sustentable de crecimiento. En estos, ciertas zonas son más calientes que otras. Todas ellas coinciden en un mismo factor: no tienen árboles suficientes.

 
 

Un estudio reciente publicado en Environmental Research Letters asegura que un árbol es suficiente para modificar la temperatura del entorno. Los científicos que condujeron la investigación atribuyen este fenómeno a la sombra del dosel y al ‘sudor’ frío que liberan las hojas desde las copas.

Para determinar esto, los expertos analizaron la temperatura en diversas partes de Washington, D.C., en Estados Unidos. Se dieron cuenta de que, en las zonas más arboladas, el ambiente era más frío. En contraste, aquellas calles sin árboles eran más calientes. “Incluso un solo árbol podría crear un microclima más confortable“, escriben los autores para Science Alert.

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¿Uno solo es suficiente?

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Foto: Getty Images

Entre más concentraciones de especies locales existan, el descenso en la temperatura será mayor, ya que el aire no estará tan caliente en la atmósfera. Además de ofrecer más sombra y mantener la superficie más fría, los árboles en las ciudades permiten que el dióxido de carbono se purifique más rápidamente, señala el científico ambiental Michael Alonzo, de la American University:

“Hay muchas buenas razones para plantar árboles, pero nuestro estudio muestra que no debemos subestimar el papel que los árboles individuales pueden desempeñar para mitigar el calor en las áreas urbanas”, explica el experto. “Los urbanistas pueden aprovechar los pequeños espacios que abundan en las áreas urbanas para plantar árboles individuales”.

El suelo no es el único beneficiado. Por el contrario, la temperatura de los edificios también disminuye, lo que implicaría menos gastos en aire acondicionado al interior. Aunque la sombra es importante, lo que verdaderamente cambia la sensación en el ambiente local es la transpiración de las hojas en los días más calurosos.

En total, la temperatura puede bajar hasta 1.8ºC, según el estudio que lideró Alonzo. Esta cifra destaca de mediciones anteriores, que no suponían un descenso tan significativo. Si las áreas verdes se extendieran más, el beneficio sería inmediato y mucho más grande.

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