¿Por qué los bebés no deberían tomar leche de vaca en su primer año de vida?

Por generaciones, la humanidad ha usado la leche de vaca como un complemento en la alimentación de los bebés que no tienen acceso a la leche materna. Se les ha dado desde leche entera a versiones descremadas y fortificadas, pensando que estaban brindándoles la mejor protección. No obstante, el tipo de leche de vaca no es el problema aquí. Hay bebés que simplemente no deberían tomar leche de vaca tan pronto, como es el caso de los menores al año de vida.

El primer alimento es clave para el desarrollo del bebé

Fotos gratis de Gente
Vía Pixabay

Si bien todos los niños están en constante crecimiento, los bebés de 0 a 11 meses son los que experimentan mayores cambios biológicos. Su pequeño cuerpo aún necesita tiempo para madurar y desarrollar ciertas cualidades como extremidades resistentes, un sistema inmunitario fuerte y, sobre todo, un buen proceso digestivo. Con lo cual, y aunque suene desagradable, necesitan de bacterias y nutrientes humanos que le den forma a su flora intestinal.

La leche de vaca, lamentablemente, no tiene ni la mitad de los nutrientes que necesita el bebé durante su primer año de vida. Da igual si trata de la leche entera o sus versiones fortificadas “para bebés”, pues no tienen la misma composición biológica que la leche humana con la que se amamanta por naturaleza.

Diferencias entre la leche de vaca y la leche materna

Fotos gratis de Pun ¢ o
Vía Pixabay

Existe una razón por la que todas las especies de mamíferos producen leche para alimentar a sus crías, y es debido a que cada tipo de leche está adaptado a las necesidades nutricionales de cada bebé. 

Los bebés humanos suelen almacenar grasas en sus extremidades rechonchas, por lo que no necesitan tantos lípidos en su dieta. Lo que verdaderamente requieren es agua, vitaminas y minerales clave, como el hierro, que les ayuden a acelerar el desarrollo de tejidos y a crear un sistema inmunológico

Es por esto que la leche materna tiene un 87% de agua, en donde solo el 2,9% son grasas. En su mayoría, lo que predomina en esta mezcla son las proteínas, las hormonas y los linfocitos.

Por el contrario, los becerros que consumen leche de vaca necesitan ingerir muchos lípidos durante sus primeros 21 días de vida para alimentar su sistema digestivo rumiante. Es decir, sus cuatro bolsas estomacales que le ayudan a fermentar y digerir la comida. 

Razón por la cual la leche de vaca está compuesta por un 50% de lípidos, entre lipoproteínas y triglicéridos. Mientras que el lado de las vitaminas y minerales es mucho menor, siendo lo más resaltante la gran cantidad de calcio que posee.

En este sentido, darle a un bebé humano en desarrollo leche de vaca podría ser fatal. 

¿Cómo afecta la leche de vaca a los bebés menores a 12 meses?

Fotos gratis de Gente
Vía Pixabay
 

Al contener tantos lípidos y proteínas complejas, la leche de vaca resulta muy difícil de digerir para los bebés carentes de flora intestinal. En consecuencia, muchos órganos del bebé empiezan a fallar tras tomar leche de vaca. 

Por ejemplo, sus riñones inmaduros se calientan por el estrés de depurar la leche, lo que hace que el bebé sufra fiebres o mareos.

Asimismo, las proteínas de bovino son extrañas para su pequeño estómago, por lo que acaba reaccionando a manera de diarrea, vómito o gases.

Todo esto hablando solamente de los menores al año de vida que no tienen ninguna alergia. En los bebés intolerantes a la lactosa, la respuesta del cuerpo a la leche de vaca podría ser incluso peor, y ocasionar una tormenta inflamatoria o sangrado intestinal. Algo que ningún padre desea ver, así que procuremos evitar la leche de vaca y comprar en su lugar fórmulas de leche materna. Al menos hasta que el bebé supere los 12 meses.

¿Qué pasa después del primer año de vida del bebé?

Cuando un bebé alcanza el año de vida, ocurren dos cambios importantes. El primero es que su sistema inmunológico e intestinal ya están medianamente formados, por lo que puede digerir mucho mejor. Y el segundo, que ya no depende únicamente de la leche para sobrevivir, sino que obtiene nutrientes de otros lugares. 

Por tanto, si bien no es la mejor opción, los bebés a esa edad pueden empezar a consumir leche de vaca. Siempre y cuando se haga de manera ocasional, para evitar la obesidad infantil por el exceso de grasa. 

Los bebés generalmente superan las alergias o las intolerancias cuando alcanzan su primer año de edad, por lo que intentemos que la leche de vaca esté lejos de su alcance hasta ese día. Ya sobrarán momentos en su niñez y adolescencia para disfrutar de esta bebida básica en nuestra dieta. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *