Los optimistas viven más tiempo que los pesimistas según la ciencia. ¿Cómo lo hacen?
Los pensamientos positivos siempre han sido admirados dentro de la comunidad científica por su capacidad de “consolar” a los pacientes con enfermedades terminales y mitigar su dolor. Sin embargo, el optimismo es mucho más que medicina para el alma, es la clave para lograr vivir por cientos de años según un reciente estudio.
No podemos vivir sin optimismo
Los científicos de la Universidad de Boston descubrieron que las personas con pensamientos optimistas suelen experimentar muchas menos situaciones estresantes a lo largo de su vida, lo que les ayudaba a superar más fácilmente la brecha de los 85 años de edad.
Después de haber analizado a más de 233 personas entre 2002 y 2010, el equipo concluyó que esto se debe a que los optimistas son capaces de regular sus emociones para no ser dominados por el estrés. Algo que suena imposible para muchos pesimistas.
Se desconoce la razón exacta de esto, pero se estima que tiene que ver con la configuración de sus cerebros. Mientras que los pesimistas ven todo como un problema, los optimistas etiquetan menos cosas como “estresantes”. Esto les ayuda a recuperarse con facilidad de las discusiones intensas, las situaciones inoportunas o cualquier otro conflicto cotidiano.
“Los optimistas viven y equilibran sus emociones más rápidamente que los pesimistas después de un evento estresante, y al cabo de unos minutos vuelven a estar de buen humor. Por eso poseen niveles tan bajos de estado de ánimo negativo”.
Lewina Lee, psicóloga en la Universidad de Boston
Diversos estudios han demostrado que un mal control del estrés puede contribuir a un deterioro prematuro de la salud, e impulsar trastornos del sueño, enfermedades cardíacas y diabetes. Esto debido a que el cortisol ocasiona una inflamación general del cuerpo, impulsando el envejecimiento de las células.
Ser optimista o no serlo, ahí está el dilema
Sin embargo, las personas optimistas viven una vida mucho más compleja que los pesimistas.
Diversos estudios han comprobado que las personas con actitud optimista tienden a evaluar constantemente lo que les rodea para distinguir cuáles situaciones ameritan activar el cortisol y cuáles no. Algo que puede resultar extenuante para el cerebro, especialmente el de aquellas personas que a menudo reaccionan a las situaciones con pensamientos negativos.
Aún así, los científicos aseguran que la mentalidad optimista es la clave para tener una larga vida y un sistema inmunológico más resistente en la vejez. Por eso incentivan a los terapeutas a incorporar terapias positivistas en la que se les enseñe a las personas a manejar sus emociones.
¿Cómo empezar a ver el vaso medio lleno?
Cambiar la mentalidad pesimista por una optimista puede resultar difícil al inicio, ya que estas conductas suelen estar asociadas a nuestra personalidad. Pero, en comparación con otras prácticas, tener una visión optimista de la vida puede ser mucho más fácil de enseñar.
De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Texas A&M y la Universidad de Michigan, existen cuatro prácticas que pueden ayudarnos a ser más optimistas.
Rodearse de gente positiva y alegre
Para entender el optimismo, primero debemos ver cómo viven las personas con esta mentalidad. Estudios han demostrado que rodearse de personas que sonríen a diario pueden llevar a otras a sentirse alegres. Por tanto, es la mejor forma de iniciar un cambio de actitud.
Analiza tus pensamientos y date crédito cuando lo merezcas
El pesimismo suele ser un reflejo de una baja autoestima, por tanto, la mejor forma de combatirlo es darte cuenta de tus virtudes y fortalezas. Para lograr esto basta con pensar en todas las cosas buenas que te han pasado a lo largo del día y entender la manera directa o indirecta en la que contribuiste a que eso pasara.
Por ejemplo, si aprobaste un examen, no pienses en que tuviste suerte, sino en cómo tu inteligencia y dedicación jugaron un papel clave para lograrlo.
Piensa en tus metas y situaciones futuras
Por muy horrible que sea el mundo, siempre existen cosas que nos traen pensamientos optimistas a la mente y nos hacen querer vivir un poco más. Esto es a lo que muchos científicos llaman “tener un propósito” y que puede ser muy útil para cambiar nuestra actitud, ya que está ligado al optimismo.
Si creemos que algo bueno va a pasarnos a futuro, iremos tras él sin importar cuántos obstáculos enfrentemos en el camino. Por tanto, escribir en una libreta unos dos o tres objetivos a corto, mediano y largo plazo pueden ayudarnos a mejorar enormemente nuestra perspectiva sobre el mundo.
Se realista
Los optimistas no viven en un mundo de fantasía. De hecho son bastante conscientes de lo que ocurre a su alrededor, y justo por eso son capaces de pensar en el por qué detrás de una situación desfavorable para corregirlo.
Siguiendo el ejemplo anterior, si nos va mal en el examen en lugar de bien, lo más probable es que nos deprimamos. El pesimista seguro culpará a otros o a sí mismo en el proceso, mientras que el optimista analiza si estuvo muy ocupado la semana anterior u ocurrió algo durante el examen que pudiera perjudicar su inteligencia.
De esta manera se asegura de no cometer el mismo error otra vez y seguir avanzando. Por tanto, basta con ser un poco optimistas para empezar a disfrutar de una vida más larga y agradable.