Loujain al-Hathloul, la historia de una pesadilla que duró mil y un días
La liberación de Loujain al-Hathloul es una victoria relativa pues pesa sobre ella la prohibición de salir del reino durante cinco años. Los prisioneros son usados por el régimen como “moneda de cambio”, afirma Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Mediterráneo y Mundo Árabe del Real Instituto Elcano de Madrid, entrevistado por RFI.
Delitos fabricados
Loujain fue condenada a 5 años y 8 meses de prisión luego de su detención en mayo del 2018 acusada de delitos de terrorismo y traición, “con una campaña mediática dentro del país para asociarla a esos delitos y justificar su detención y su procesamiento como condenada”, recuerda Amirah Fernández.
Los “delitos” en que incurrió la joven fueron conducir un automóvil y pedir que las mujeres saudíes pudieran hacerlo igual que los hombres, así como oponerse a la tutela masculina de la que son objetos las mujeres saudíes.
El papel de Estados Unidos
La liberación de Loujain al-Hathloul se produce menos de un mes después que Joe Biden asumiera su cargo como 46 presidente de los Estados Unidos, quien ha sido muy crítico de MBS.
El régimen saudí ha contado con “una impunidad prácticamente total durante la presidencia de Donald Trump. Prueba de ello son el asesinato y descuartizamiento del periodista crítico Jamal Khashoggi, en 2018, así como la guerra en Yemen, origen de la peor crisis humanitaria de nuestros días según la ONU”.
La impunidad ha consistido en no poner presión por Washington por ese tipo de abusos que permiten reprimir a voces pacíficas, como es el caso de al-Hathloul, observa el especialista del Instituto Elcano. “Encima es un error muy grande por parte del poder saudí, y es que la han convertido en un personaje de relevancia internacional, con un impacto muy grande por su historia y el sufrimiento que se le ha provocado durante estos mil y un días sobre bases inexistentes”, añade Haizam Amirah Fernández.
Tanto o más importante, el régimen saudí mantiene indebidamente detenidos a decenas de hombres y mujeres a quienes utiliza con frecuencia como “moneda de cambio en sus relaciones con el exterior”.