MALINCHE, TRADUCTORA DE CORTÉS… Y MÁS
La primera gran protagonista femenina de la conquista de América no fue española. Su nombre era Malinche, una mujer náhuatl oriunda del actual estado mexicano de Veracruz.
Hija de los caciques de un pueblo, sufrió una infancia errante que, inesperadamente, acabaría por conferirle la gloria al jugar un papel clave junto a Hernán Cortés.
Los españoles la conocieron como Malinche, adaptación castellanizada de su nombre. Nacida como Malintzin o Malinalli, la muerte temprana de su padre llevó a su madre a desposar a un segundo marido, el nuevo cacique.
Convertida en una molestia para la nueva descendencia, sus padres se deshicieron de ella a una edad muy temprana: la vendieron a unos traficantes de esclavos (en el mercado de Xicalango) del sureste de México, lo que la llevó a acabar siendo regalada como tributo al cacique maya de Tabasco.
ENTREGADA A HERNÁN CORTÉS
Malinche, cuya lengua materna era el náhuatl (el idioma entre los mexicas), aprendió también muy pronto el maya. Cuando el ejército tabasqueño cayó ante Cortés en su primera batalla importante en territorio mexicano, uno de los presentes que los españoles recibieron del derrotado fue un grupo de 20 esclavas, entre ellas Malinche.
Su condición bilingüe resultó muy importante para el conquistador que, en cuanto lo supo, requirió de sus servicios. Dotada de gran inteligencia, enseguida empezó a hablar también el español, y su belleza hizo el resto: Cortés la convirtió en su amante, teniendo ella 15 años.
Como en ese tiempo era aceptado el concubinato (barraganía) pero solo con mujeres bautizadas, Malintzin recibió la purificación de la fe católica y el nombre de Marina.
Su papel iría mucho más allá de un rol secundario: fue consejera de Cortés y resultó decisiva para convencer al emperador Moctezuma de que no se opusiera a los españoles.
Tuvo un hijo con el conquistador, Martín Cortés, que sería declarado legítimo por bula papal: uno de los primeros mestizos conocidos del Nuevo Mundo.
MALINCHE ¿TRAIDORA?
El pueblo al que pertenecía la Malinche también era súbdito de los aztecas, cuyos gobernantes imponían duros tributos por los cuales no generaban simpatías, sino lo contrario.
Cortés supo de la enemistad de los pueblos indígenas y le sacó ventaja al buscar aliados locales para enfrentar a los aztecas, entre ellos los totonacas y los tlaxcaltecas.
A la Malinche se le atribuye haber usado su conocimiento de la lengua, cultura e idiosincrasia indígena para poner el tablero cargado a favor de los conquistadores.
En particular se le culpa de una de las más grandes masacres de la conquista en Cholula, de la que las crónicas españolas le atribuyeron el descubrimiento de una conspiración para matar a Cortés.
Unos seis mil cholutecas murieron a consecuencias de la venganza de los conquistadores. Y muchas muertes más hasta la caída del Imperio azteca son vinculadas a la Malinche, quien «traicionó» a su propia sangre.