Marruecos choca con España al intentar extender sus fronteras marítimas
Por RT Internacional
Ambos países se disputan la soberanía de una zona, en cuyo fondo hay importantes reservas mineras de telurio y cobalto.
La Cámara de Diputados de Marruecos aprobó el miércoles dos proyectos de ley para la delimitación de sus fronteras marítimas con España y Mauritania, incluidas las aguas frente al Sáhara Occidental.
Tal como han proyectado esta reubicación de los límites, las aguas marroquíes se solapan con las aguas españolas que rodean al archipiélago de las Islas Canarias. Además, con esta resolución, Marruecos se apropia de facto de las aguas correspondientes del Sáhara Occidental, territorio que ocupa desde 1975, pero sobre el que no ostenta soberanía, ya que se trata de un territorio considerado por la ONU como “pendiente de descolonización”.
Así las cosas, el conflicto entre España y Marruecos queda abierto y promete un complejo contencioso, ya que el Derecho Internacional prevé que, en caso de un solapamiento como este, son los propios países implicados quienes deben negociar un acuerdo. Si no se llega a una postura común, el asunto podría acabar dirimiéndose en el Tribunal Internacional del Derecho del Mar o en el Tribunal Internacional de Justicia de la ONU, en La Haya.
Intereses contrapuestos
El núcleo de este conflicto es que tanto España como Marruecos quieren establecer lo que se conoce como zona económica exclusiva (ZEE), de 200 millas naúticas (algo más de 370 kilómetros) a partir de sus costas: la de las islas Canarias, en el caso español, y la costa occidental africana en el caso de Marruecos.
Hasta ahora, tanto Marruecos como España se habían acogido al principio de la “línea mediana” –que reparte al 50 % la delimitación de las aguas– y no había sido necesario ningún otro acuerdo formal.
Sin embargo, Rabat alega ahora que este principio no debe aplicarse más, y defiende que se adopte, en cambio, el principio de equidad, que se establece en base a la longitud de la costa, la superficie, y el volumen de población, con lo que el reparto beneficiaría a Marruecos.
En medio de esta situación, la ministra de Exteriores del Gobierno de España, Arancha González Laya, ha viajado este viernes a Marruecos. Su desplazamiento, planeado hace días como una visita cordial para resaltar el valor estratégico que España reconoce al país magrebí, ha cobrado a última hora un cariz distinto, y en la agenda de la ministra ha entrado la discusión sobre los límites marítimos.
La intención de la jefa de la diplomacia española en este sentido es aclarar a su homólogo marroquí, Nasser Burita, que en un asunto que debe hacerse de con acuerdo con la ONU no caben resoluciones unilaterales como la acordada en el Parlamento de Marruecos.
???? La ministra @AranchaGlezLaya es recibida por su homólogo Nasser Bourita, con quien se ha reunido en el marco de su visita oficial a #Marruecos.@EmbEspanaRabat @Emb_Marruecos @MarocDiplo_AR pic.twitter.com/GMfDRBVTRS
— Exteriores (@MAECgob) January 24, 2020
González Laya anunció también que visitará las Islas Canarias antes de regresar a Madrid, para trasladar a las autoridades locales el contenido de sus reuniones con la cancillería marroquí.
Potencial minero y recursos naturales
En el fondo de este contencioso se halla el gran potencial minero que presenta el lecho marino que rodea al archipiélago canario. Diversas prospecciones oceanográficas han revelado una accidentada orografía submarina que esconde ricos depósitos de telurio y cobalto.
Concretamente, el volcán Tropic, situado a unas 300 millas náuticas al sur de Canarias y frente a la costa del Sahara Occidental, es probablemente la mayor reserva mundial de telurio, un mineral imprescindible en la fabricación de baterías de coches eléctricos y paneles solares, lo que le otorga un valor considerable en la base de una industria cada vez más orientada hacia la sostenibilidad ecológica.
En todo caso, la posible explotación de este entorno submarino es aún incierta, ya que las técnicas necesarias están aún en fase de desarrollo y su impacto medioambiental debe ser calibrado.