Aunque Murillo Karam defiende la “verdad histórica” que entregó el gobierno de Peña Nieto, Alejandro Encinas no desaprovechó la oportunidad de desacreditarla, indicando que ésta se construyó con base en “omisiones, en simulación e incluso en actos indebidos de la autoridad que han llevado a esta situación donde no solamente está acreditando que hubo omisiones o incluso la práctica de la tortura, sino que hubo sembrado de pruebas” (tssssss, Tomasito Zerón, ahí te hablan).