¿Naufragios invisibles en el Mediterráneo? Las causas de la migración no han desaparecido

Por Radio Francia Internacional

Mientras la atención del mundo está acaparada por el nuevo coronavirus, el Mediterráneo sigue siendo el teatro de dramas humanos con embarcaciones de migrantes que intentan llegar a Europa a pesar del cierre de sus puertos y casi sin barcos humanitarios para rescatarlos.

 

“En la ruta hacia Libia, hemos visto una reducción de las llegadas a causa de las restricciones establecidas por los países por la Covid-19, sin embargo en el mar, vemos que los movimientos están superiores al mismo periodo el año pasado”, dijo a RFI Charlie Yaxley, vocero de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) para temas de Africa, Medio Oriente y del Méditerraneo.

Según dijo a la AFP el enviado especial para el Mediterráneo central de ACNUR, Vincent Cochetel, las salidas de las costas libias aumentaron un 290%, o sea 6.629 intentos entre enero y finales de abril, en comparación con el mismo período del año pasado, y un 156% desde Túnez.

En Libia, las razones son varias : la guerra que se intensifica, las permanentes violaciones a los derechos humanos, y por supuesto “el miedo de algunos que se preguntan qué les pasará si contraen la enfermedad y si tendrán aceso a la salud en ese país”, explica Yaxley.

“El 75% de los migrantes en Libia han perdido sus puestos de trabajo desde las medidas de confinamiento, lo cual puede provocar desesperación”, apunta Cochetel.

 

Menos llegadas a Europa

De lado de las llegadas a Europa, las cifras entregadas por Frontex, la agencia europea de guardacostas, señalan una reducción sustancial de los flujos de personas que intentan llegar por la vía marítima en el último mes y medio, indicó a RFI la experta en migraciones, Gemma Pinyol.

¿Qué pasa entonces con estas precarias embarcaciones en las que los migrantes intentan cruzar el mar ?

“Sabemos que esto no se ha paralizado, estamos viendo como países como Chipre y Malta por ejemplo, están devolviendo migrantes a Libia”, resalta la directora de políticas migratorias y diversidad en Instrategies e investigadora asociada de la Universidad Pompeu Fabra.

Naufragios sin testigo

Entonces “puede ser que estemos perdiendo personas que salen y que no llegan a las costas europeas, que no sepamos que les pasa y que se vengan a sumar a esta tragedia en la que se ha convertido el mar Mediterráneo”, afirma Pinyol.

Naufragios invisibles. Naufragios sin testigos o casi, ya que los países costeros han establecido restricciones a la navegación en el contexto actual de pandemia. Muchos barcos humanitarios de oenegés, que llevaban adelante operaciones de rescate, están actualmente bloqueados en los puertos.

“En España por ejemplo, el estado de alarma no impide la salida de los barcos de pesca que pueden eventualmente rescatar a otras embarcaciones en dificultad, pero sí limita la movilidad de los navíos que están destinados a circular para asegurarse de que no pasa nada”, detalla la experta desde Barcelona.

Sin embargo, “las causas que obligan a estas personas a huir de su territorio, es decir la violencia y la vulneración de sus derechos, no han cambiado, e incluso en algunos países la Covid-19 ha servido de excusa para endurecer los controles a la población”, destaca Pinyol.

 

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