El nuevo escenario de la narcoguerra en Sonora tras la caída de Caro Quintero
Infobae
Desde hace años la zona se ha convertido en el escenario de guerra entre los cuatro hijos del Chapo Guzmán, que representan una de las facciones del Cártel de Sinaloa, y el Cártel de Caborca de Rafa Caro Quintero, que desde entonces ha repelido la intrusión de los primeros
La caída de Rafael Caro Quintero, el “narco de narcos”, habría desatado un incremento de la violencia en el estado de Sonora, probablemente motivada por el vacío de poder que dejó el capo.
De acuerdo con el conteo diario de víctimas de homicidio doloso del gobierno de México, entre el 15 y el 19 de julio se registraron, de manera oficial, 13 asesinatos en la entidad. Sin embargo, extraoficialmente se habló de más del doble de víctimas en dicho periodo, aproximadamente 28, según un reporte del diario El Universal.
Una parte considerable de la violencia se registró en los municipios de Guaymas-Empalme, Cajeme y Caborca. Enfrentamientos, secuestros y ataques armados contra fachas de inmuebles son el pan de cada día en esa región de Sonora que pasa por la capital, Hermosillo, y llega hasta la frontera estadounidense, además de dar fácil acceso al golfo de California.
Desde hace años la zona se ha convertido en el escenario de guerra entre los cuatro hijos del Chapo Guzmán, que representan una de las facciones del Cártel de Sinaloa, y el Cártel de Caborca de Rafa Caro Quintero, que desde entonces ha repelido la intrusión de los primeros.
Los Chapitos —encabezados por los hermanos Iván Archivaldo El Chapito y Jesús Alfredo, Alfredito, Guzmán Salazar, y sus también fraternos Ovidio El Ratón y Joaquín El Güero Moreno Guzmán López—, ocupan posiciones de alto rango de comando en el Cártel de Sinaloa.