Opinión: primer año AMLO: México no pierde la esperanza
Deutsche Welle
Este 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador cumple un año en la presidencia de México. A pesar de enormes problemas de seguridad y pocos avances económicos, buena parte de los mexicanos cree en él.
El primer año en funciones de Andrés Manuel López Obrador, conocido popularmente por sus iniciales AMLO, se encamina a ser el más violento desde que existe registro oficial, superando el triste récord de 33.743 asesinatos en 2018. Sus esfuerzos en materia de seguridad pública han sido un fracaso. En el campo de la economía, la mexicana crecerá solo un triste 0,2 por ciento este 2019.
Y aun así, AMLO concluye su primer año de gobierno con una aprobación por parte del electorado mucho mayor a la que registraran en su momento los últimos tres presidentes. Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón y Vicente Fox se morirían de envidia ante los pronósticos que señalan que si mañana hubiera elecciones, AMLO volvería a ganar, y no solo con el 58 por ciento, como sucedió en las urnas hace un año, sino incluso con poco más del 60 por ciento.
¿A qué se debe su respetable popularidad entre los mexicanos? ¿Es todo producto de su gran empatía, o es que debe estar haciendo algo bien?
El barómetro neoliberal
Cierto, la economía mexicana mantiene un nivel de crecimiento cercano al cero, pero tomando en cuenta el lento crecimiento a nivel internacional, México sigue, según las estadísticas publicadas por el Fondo Monetario Internacional, impávido en el puesto número 15, superado en el contexto latinoamericano solo por Brasil. Para los que veían desmoronarse a México con la llegada de AMLO: en este ranking en constante transformación sigue siendo una de las mayores economías del mundo.
Los esfuerzos en materia de seguridad pública no han mostrado efecto, pero la violencia rampante no ha espantado la inversión extranjera y la gran fuga de capitales no se produjo. El tipo de cambio y la inflación muestran buen desempeño. Por lo visto, los mercados y los inversionistas extranjeros le han reiterado el beneficio de la duda.
NO existen los milagros
El gobierno de AMLO recibió un país con una profunda crisis en materia de derechos humanos. En palabras del mismo AMLO: “36 años de calamidades no se van a revertir en 11 meses”. El pueblo mexicano, tan dado a pedir milagros, muestra madurez. Todos saben que el monstruo del narcotráfico y el tsunami migratorio no se pueden enfrentar ni en un año ni sin esfuerzo internacional.
En lo nacional, la mayoría considera que se está haciendo lo correcto en materia económica y también aplaude los esfuerzos en el combate contra la corrupción. Los programas sociales y la asistencia a grupos vulnerables no han pasado desapercibidos. El programa Jóvenes Construyendo el Futuro, el Tren Maya, cuentan con buena aceptación. Incluso sus conferencias matutinas parecen generar optimismo. Un recurso que parece nimio, pero que promueve algo inexistente en México: la transparencia.
Cierto, el polémico aeropuerto de Lucía, la liberación de Ovidio Guzmán tras los eventos de Culiacán, el ofrecimiento de asilo político a Evo Morales, el expresidente de Bolivia, no han sido aplaudidos por los mexicanos, pero, a pesar de esto, dos tercios de la población mexicana dan un espaldarazo al mandatario.
¿Un buen hombre?
También en el escenario internacional, ha sabido maniobrar por aguas turbulentas. A pesar de las grandes tensiones con el vecino del Norte, López Obrador ha logrado que las relaciones con Estados Unidos no se vuelvan más tóxicas. Ha guardado la calma y el formato.
El mismo Donald Trump, que no tiene ningún empacho en tirar con ladrillos de muro cada vez que se siente acorralado en casa, ha dicho de AMLO: “Me gusta mucho el presidente, me llevo bien con este presidente, mucho mucho mejor que con el anterior, y en teoría este presidente tiene tendencias socialistas, pero creo que es un buen hombre”.
Ironías: Trump ve a AMLO, si creemos en las encuestas, como muchos mexicanos que piensan que es honesto y tiene buen liderazgo. Por cierto, en tablas de aprobación, AMLO ocupa un lugar puntero en su primer aniversario.
Su presidencia termina el 1 de diciembre de 2024. Cinco años: ¿podrá México reinventar su futuro bajo el mando de este carismático izquierdista? A las frases predilectas del presidente, como “abrazos y no balazos” o “el fuego no se combate con fuego”, queremos sumar una muy usada en Alemania: “Donde hay voluntad, hay un camino”. O para AMLO y México: “El que quiere, puede”.(rrr)