Organizaciones benéficas o afectados ¿cuál es más confiable al momento de recaudar fondos?

Todos poseemos una tendencia natural a apoyar al prójimo, ya que queremos crear un mundo mejor en el que vivir. Por desgracia, muchas veces nuestro altruismo se ve limitado por quién nos pide ayuda para recaudar esos fondos.

Un estudio reciente afirma que tendemos a confiar más en las personas que inician recaudaciones propias que en las organizaciones benéficas que inician campañas de recaudación para esas personas. 

¿Por qué rechazamos a las organizaciones benéficas que recaudan fondos?

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Según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia y la Universidad de las Artes de Londres, ninguna organización benéfica no genera confianza. Esto no necesariamente se debe a que todas realicen fraudes con sus campañas, como muchos creen. Más bien, es porque a menudo estas organizaciones utilizan imágenes y mensajes polémicos para llamar nuestra atención.

Desde niños comiendo basura, hasta padres revolcándose en la tierra para recoger billetes. Todas reflejan una visión grotesca de la realidad de esas personas, que más que impulsar el altruismo, causan traumas severos en cada uno de nosotros. 

Si bien recientemente muchas ONG y ONL han hecho cambios en sus campañas para ofrecer una narración responsable y ética, aún existe un desagrado general hacia su labor.

Los afectados son los más confiables recaudadores

En cambio, el estudio reveló que las personas responden mejor a las recaudaciones de fondos iniciadas directamente por los afectados, ya sea en redes sociales, en televisión o en una comunidad. 

¿Por qué? sencillamente porque, a diferencia de las organizaciones, sus historias de pobreza son mucho más convincentes y sus imágenes son un reflejo de la realidad.  

Nuestro cerebro ama las historias, ya que son la mejor manera de aprender y empatizar con otros. Por eso somos tan exigentes con el tipo de historia que dejamos que impacte nuestros sentidos. A tal punto que los investigadores identificaron dos aspectos clave que tenemos en cuenta al momento de contribuir en una recaudación de fondos:

Nos gusta escuchar las historias en primera persona

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Estamos acostumbrados a hablar de los problemas cara a cara, ya que nadie sabe mejor que necesita que el “sujeto” en cuestión. Por tal motivo preferimos que una persona nos cuente en la intimidad lo que le ocurre y cuánto necesita recaudar, en vez de que hagan una representación de todo el conflicto. A fin de cuentas, no siempre una imagen vale más que mil palabras. 

Conocidos por encima de los desconocidos

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Asimismo, tendemos a ser más altruistas con personas cercanas a nosotros, aunque por “cercanas” no necesariamente nos referimos a familiares o amigos. Pueden incluso ser personas que no conocemos, pero que están de alguna manera vinculadas con nuestra vida. Ya sea porque pertenecen a la misma comunidad geográfica o comparten los mismos intereses. 

Sin embargo, esto no implica que no podamos desarrollar un vínculo emocional con aquellas personas ajenas a nosotros que recaudan fondos. Todo depende de la manera en la que nos presenten la situación. 

De las recaudaciones de fondos al crowdfunding

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Si hubiéramos analizado este mismo aspecto unos 50 años atrás es posible que los resultados fueran completamente diferentes. Sobre todo porque no existían redes sociales o páginas web que se pudieran utilizar para recaudar fondos por cuenta propia. Por tanto, los afectados debían esperar a que las organizaciones benéficas les ayudaran.

Afortunadamente, hoy se ha popularizado la idea del crowdfunding en la que cada persona puede donar lo que desee directamente a los afectados, y este dinero estará disponible a los pocos segundos. 

“Es bueno ver que el viejo modelo paternalista de donación caritativa da paso a la comprensión de que los africanos son capaces de tomar sus propias decisiones sobre cómo ayudar a su comunidad”.

David Girling, investigador de la Escuela de Desarrollo Internacional de la UEA

Esperamos que el proyecto no solo sirva para reconocer la fuerza que tienen actualmente las recaudaciones personales, sino para inspirar a las organizaciones a mejorar su imagen.

Después de todo, no queremos que sigan limitando nuestro altruismo humano nunca más. 

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