¿Cuál es el origen de los respiradores artificiales?
Actualmente los respiradores artificiales son dispositivos indispensables para la salud, y más aún con la crisis mundial causada por el coronavirus. Pero, ¿te habías preguntado cuál es la historia de su creación? Porque quizás te sorprendería saber que su origen se remonta al siglo XVI.
El primero en experimentar con la ventilación mecánica fue el médico belga Andrés Vesalio, quien en 1543 probó insuflar aire en los pulmones de un animal vivo para estudiar sus órganos. Sin embargo, la técnica era demasiado adelantada para la época, y no hubo un verdadero avance sino hasta dos siglos más tarde.
Luego en 1887, George Edward Fell, cirujano e inventor estadounidense, ventiló a un paciente utilizando una manguera conectada a un fuelle para salvarlo de una intoxicación por morfina. Al año siguiente, el pediatra neoyorkino Joseph O’Dwyer hizo algo similar, pero a diferencia de Fell, este logró un método para evitar hacer traqueotomías para llevar a cabo el procedimiento. El dispositivo nuevo fue llamado “aparato Fell-O’Dwyer”.
Para el año 1907, la empresa alemana Dräger diseñó un ventilador mecánico que funcionaba a presión positiva con un cilindro de oxígeno. Este recibió el nombre de Pulmotor, y permitía que el paciente recibiera el gas mediante una mascarilla naso-bucal. Aunque funcionaba bastante bien, este fue utilizado solo como método de reanimación entre bomberos y policías, pero no fue incorporado en los hospitales.
Sin embargo, el siguiente invento de 1928 sería el que representaría un verdadero avance. Fue llamado pulmón de acero, y el mismo se trataba de un dispositivo de ventilación no invasiva con presión negativa. Fue muy útil durante la epidemia de la polio y ayudó a salvar muchas vidas.
En 1949 el inventor autodidacta John Emerson colaboró con el departamento de anestesiología en la Universidad de Harvard para desarrollar un ventilador mecánico destinado a los cuidados intensivos. Como la demanda luego de la poliomielitis fue cada vez mayor, este último invento de Emerson se convertiría en el precursor de los respiradores médicos.
Los ventiladores mecánicos desarrollados hasta ese momento significaban un riesgo, pues un error de los motores eléctricos podría conllevar a una explosión debido a la presencia de anestésicos inflamables, tales como éter y ciclopropano. Pero esto fue resuelto en 1952, cuando Roger Manley, del Hospital Westminster de Londres, desarrolló un ventilador que funcionaba por medio de gas comprimido, por lo que su presencia no era peligrosa.
En 1955 Forrest Aves lanzó el “Bird Universal Medical Respirator” en Estados Unidos, un dispositivo neumático mucho más pequeño que se volvió un elemento fundamental dentro del equipo médico porque no requería de energía eléctrica para operar.
Ya dos décadas después, en 1971, se introdujo el ventilador SERVO 900, el cual además de eléctrico y pequeño, también era silencioso y funcionaba con un sistema de retroalimentación. Ocho años después se desarrolló el respirador EV-A de Dräger capaz de controlar el flujo de gas respiratorio.
Ya en 1991 se lanzó el ventilador SERVO 300, el cual era novedoso porque podía ser utilizado en cualquier paciente, desde neonatos a adultos. Luego de este, se lanzó el SERVO-i que permitía aún mayor adaptabilidad. A partir de entonces, los nuevos modelos de respiradores artificiales que surgieron se actualizaron más y más, pero mantuvieron el mismo mecanismo.
Sin embargo, la pandemia por el COVID-19 generó una grave escasez de respiradores artificiales, con lo cual se tuvieron que desarrollar varias iniciativas nuevas de dispositivos que pudieran cubrir la demanda. En vista de esto, se empezaron a desarrollar ventiladores incluso con la ayuda de impresoras 3D para agilizar el proceso.
Así, surgieron los nuevos ventiladores de código abierto, un tipo de respirador artificial de situación de desastre que está hecho con diseño y licencia libre, además de componentes y piezas gratuitas, de forma que pudiera ser armado y utilizado de la forma más rápida posible.
Aunque algunos prototipos surgieron antes de la pandemia del coronavirus, como el Ventilador Pandemic creado en el 2008 con el resurgimiento de la influenza aviar H5N1, la mayoría de este tipo de respiradores se desarrollaron en los últimos años para cubrir la crisis sanitaria.
Actualmente el New England Complex Systems Institute (NECSI) mantiene una lista de diseños de respiradores artificiales de código abierto disponibles, tomando en consideración las necesidades globales relacionadas a esto, de forma que estos dispositivos sean cada vez más accesibles en momentos de emergencia.