¿Qué países hablan de golpe de Estado contra Morales y cuáles consideran que hubo “fraude” en Bolivia?
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Los pronunciamientos van desde la “ruptura del hilo constitucional” hasta la solicitud de repetición de los comicios, el autogolpe y el “robo de elecciones”.
La calificación de golpe de Estado en Bolivia no ha sido unánime en la región. Si bien algunos gobiernos han manifestado su apoyo irrestricto al dimitido presidente Evo Morales, otros han sorteado el tema llamando a “elecciones libres” o directamente acusándolo cometer “fraude”.
Entre los países que han condenado la ruptura del orden constitucional, en medio de un clima de protestas, represión de los cuerpos de seguridad del Estado y de la autojuramentación de la senadora, Janine Áñez, se encuentran México, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Uruguay y Argentina, por parte del presidente electo de ese país, Alberto Fernández.
Del lado de quienes acusan a Morales de haber ganado las elecciones de una manera poco transparente, están EE.UU., y un grupo de países que forman parte de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Por su parte, la Unión Europea (UE) ha pedido llamar a nuevos comicios y la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha enviado un encargado al país suramericano.
Si bien las declaraciones han colmado la agenda de los medios, los silencios también. Tal es el caso de la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, quien aún no se ha pronunciado sobre la violencia que han generado grupos de choque opositores, así como la acción de las Fuerzas Armadas y la Policía en contra de campesinos e indígenas, cuando se registran por lo menos 10 muertes.
México pide respeto a la Constitución
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, manifestó un día después que se había producido un golpe de Estado porque “el Ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional en ese país”.
Por ello, explicó, “la postura que México ha definido es de reivindicar y demandar el respeto al orden constitucional y a la democracia en Bolivia”.
De igual manera, propuso que se realizara una “reunión urgente” de la OEA para pronunciarse y “para ejercer lo que la carta de la Organización señala: proteger las libertades y la democracia en los países miembros”
“Deber político y moral”
El mandatario de ese país, Andrés Manuel López Obrador, dijo que su Gobierno cumplió con un “deber político y moral” al otorgar asilo político a Morales.
López Obrador explicó que su administración evaluará los acontecimientos que ocurren en Bolivia antes de fijar una postura sobre el reconocimiento a la senadora Janine Áñez, quien se ha autoproclamado “presidenta interina” sin que esa figura se encuentre en la Constitución.
Uruguay solo reconoce elecciones
El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, aseveró que su país solo reconoce “a presidentes surgidos de elecciones“.
La Cancillería uruguaya emitió el pasado 11 de noviembre un comunicado en el que expresó consternación “por el quiebre del estado de derecho” en Bolivia, luego de la dimisión forzada del presidente Morales.
Los trámites de Argentina
El presidente electo argentino, Alberto Fernández, publicó en su cuenta de Twitter, el 10 de noviembre, que en el país andino se había consumado un “golpe de Estado producto del accionar conjunto de civiles violentos, el personal policial autoacuartelado y la pasividad del Ejército”.
Fernández escribió en un serie de tuits que defendería “firmemente la democracia en toda América Latina” y que “después de este quiebre institucional, Bolivia debe volver cuanto antes al sendero de la democracia a través del voto popular y sin proscripciones”. Esos trinos eran un llamado a los jefes de Estado de otros países a velar por la integridad física del presidente depuesto, explicó posteriormente.
En una entrevista televisiva relató que había mantenido una conversación con el actual mandatario, Mauricio Macri, en la que le manifestó que la vida de Morales corría peligro, a lo que este le contestó que “lo veía como una dificultad” porque era una “transición” y “sería complejo” involucrarse en el asunto, recoge Perfil. La misma negativa la obtuvo del actual canciller, Jorge Faurie.
Asimismo, sostuvo charlas telefónicas con los mandatarios Pedro Sánchez, de España; Emmanuel Macron, de Francia; y con López Obrador, así como con el fundador del Grupo de Puebla, Marco Enríquez-Ominami, para que se comunicara a su vez con Bachelet, según afirmó.
Fernández explicó que igualmente llamó al presidente de Paraguay, Mario Abdó, para permitir que la aeronave que llevaría a Morales a su asilo en México hiciera escala en ese país.
Venezuela: “Fue una emboscada de Washington”
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, también ha manifestado su respaldo al depuesto mandatario y ha afirmado que la ruptura del orden constitucional en Bolivia fue una “emboscada” de Washington.
De igual manera, pidió que se respetara al pueblo boliviano y manifestó que el fundador del Movimiento al Socialismo (MAS) sigue siendo el mandatario debido a que la Asamblea Legislativa no ha podido debatir si acepta o no su carta de renuncia.
En su opinión, Morales “es el único que puede garantizar la paz” en el país andino, donde ha habido protestas desde el pasado 20 de octubre, cuando se llevaron a cabo las elecciones.
Nicaragua condena las “prácticas fascistas”
El Gobierno de Nicaragua manifestó su “condena enérgica” del golpe de Estado contra Morales y expresó su repudio de las “prácticas fascistas que ignoran la Constitución, leyes e institucionalidad que rigen la vida democrática de los pueblos”.
En el texto se afirma que ese país apoya solidariamente a Bolivia y que exige “respeto a su libertad, integridad y vida“.
En Nicaragua se lleva a cabo este jueves una reunión política de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) para analizar la situación del país andino y rechazar el golpe de Estado.
Cuba: Un “violento y cobarde golpe”
El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, escribió en su cuenta de Twitter que “la derecha, con violento y cobarde golpe de Estado, atenta contra la democracia en Bolivia”.
De igual modo, en un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país afirmó que “sectores de la oposición boliviana, con el apoyo y conducción de los EE.UU. y de oligarquías regionales” han desconocido las instituciones electorales y el “mandato popular expresado en las urnas”.
El texto del 9 de noviembre recoge que “la estrategia golpista opositora ha desatado intensas jornadas de violencia”.
EE.UU. y la “fuerte señal” para otros países
EE.UU. es el país sobre el que han recaído más señalamientos de haber metido las manos en golpe de Estado en contra de Morales. Su presidente, Donald Trump, catalogó como “un momento significante para la democracia en el hemisferio occidental” la renuncia del mandatario boliviano.
En su opinión, “estos acontecimientos mandan una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad de la gente siempre prevalecerá”.
En la misma línea se ha pronunciado en las redes el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien ha reconocido a la senadora autojuramentada “presidenta interina”, tal como lo hizo en enero pasado con el diputado venezolano Juan Guaidó, a pesar de que ambas actuaciones son inconstitucionales.
Estas afirmaciones ocurren en el contexto de una escalada de sanciones en contra de Venezuela y de amenazas a los gobiernos de la región que sostienen relaciones de cooperación con el país suramericano para que desconozcan la presidencia de Maduro, tal como lo han hecho los miembros del Grupo de Lima, cónclave surgido en el seno de la OEA con la venia del secretario de esa organización, Luis Almagro, que reconoce a Guaidó, como “presidente encargado”.
Colombia propone otro Gobierno
El país suramericano expresó, a través de un comunicado, “su plena disposición a trabajar” con la finalidad de “asegurar que los ciudadanos bolivianos se puedan expresar libremente en las urnas y elegir a un nuevo gobierno con plenas garantías para su participación”. Después de esas declaraciones, solicitó una sesión del Consejo Permanente, que se llevó a cabo el pasado martes, para “buscar soluciones”.
OEA: golpe y autogolpe
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha estado en el centro de la crisis en Bolivia tanto por sus señalamientos de supuestas irregularidades en el proceso comicial como por las acusaciones de estar detrás de la ruptura del orden constitucional en ese país.
En la sesión de Consejo Permanente que se celebró el pasado martes, su secretario afirmó que el depuesto presidente boliviano quería “perpetuarse en el poder” con su triunfo en la primera vuelta, a través del Tribunal Supremo Electoral.
Acusó al mandatario de haberse “robado la elección” y catalogó lo ocurrido como “una forma de autogolpe” dado por el órgano electoral.
En la reunión, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, EE.UU., Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú se pidieron nuevas elecciones.
¿Qué pasó previamente?
La tensión se inició tras la publicación de un informe preliminar de su Misión de Observación Electoral (MOE) donde se sugería la realización de una segunda vuelta electoral en Bolivia, a pesar de que el conteo no había finalizado.
En las calles, grupos opositores llevaban a cabo actos violentos en contra de seguidores de Morales y de sedes departamentales del poder electoral. Además, hubo llamado a paros y bloqueos de la vías ante el “fraude”.
Tras la recomendación de la OEA, el Gobierno boliviano la invitó a hacer una auditoría del cómputo de las elecciones, que se llevó a cabo y que culminó antes de lo previsto, como señaló el canciller boliviano, Diego Pary.
La conclusión de los expertos es que debían convocarse nuevos comicios, a pesar de que la cantidad de actas analizadas no eran representativas: de 333 actas cuestionadas, un total de 78 “presentaba irregularidades desde el punto de vista pericial”. Según el cómputo oficial se transmitieron 34.555 actas, por lo que la muestra de la OEA correspondió a 0,22 del total de la data.
Tanto Morales como Pary han responsabilizado a la OEA, y a Almagro, de haber participado en el golpe de Estado y de estar al “servicio de EE.UU.”.
La “lección” de Brasil
El jefe de Estado, Jair Bolsonaro, compartió un trino donde opinó que “las denuncias de fraude electoral resultaron en la renuncia del presidente Evo Morales” y que “la lección” era la necesidad, “en nombre de la democracia y la transparencia, de contar los votos que se pueden auditar”.
La Unión Europea pide elecciones
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, manifestó que la Unión Europea (UE) “apoya una solución institucional que permita que haya un gobierno interino que prepare nuevas elecciones y evite un vacío de poder que puede tener consecuencias para todo el país”.
La ONU ofrece su apoyo
El secretario general de la ONU, António Guterres, manifestó que “sigue profundamente preocupado” la situación en Bolivia e informó que Jean Arnaud será su enviado personal al país andino para que “ofrezca el apoyo de las Naciones Unidas en los esfuerzos por encontrar una solución pacífica a la crisis”, incluso mediante la celebración de elecciones “transparentes, inclusivas y creíbles”.
Nathali Gómez
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