París: La expulsión de usuarios de crack reabre la polémica sobre las salas de consumo de drogas
Por RFI
Un día después de que el Ayuntamiento de París llevara a cabo una operación para desalojar a los consumidores de crack reunidos en una plaza del noreste de la ciudad, se abre el debate sobre la apertura de más salas de consumo de drogas en la capital francesa.
Durante años, los consumidores de crack han sido trasladados de una parte a otra de la ciudad, en respuesta al descontento de los residentes.
En el último capítulo de esta situación en la zona que algunos denominan como “cracklandia”, en el noreste de París, la alcaldesa Anne Hidalgo -que había autorizado en mayo la apertura de una plaza por la noche para recibir a los usuarios- ordenó la retirada de decenas de ellos, para devolver el sitio a las familias que frecuentan la zona durante el día, con niños.
Por la noche, el lugar acabó convirtiéndose en una zona no sólo para el consumo de crack, sino cada vez para drogas más pesadas, como indican las jeringuillas usadas que se dejan esparcidas por el suelo.
“La semana pasada, llegamos a las 10 de la mañana y todavía había adictos desayunando en la zona de juegos infantiles. Si no se hace nada, pronto estarán jugando con jeringuillas”, dijo a la AFP John, un padre de familia que vive en el barrio.
“Esta decisión [de cerrar la plaza por la noche] me parece precipitada, al fin y al cabo, los consumidores no han desaparecido: ahora sólo rondan el parque”, señala José Matos, responsable del centro de acogida y vigilancia de consumidores de drogas de la asociación Gaïa, que gestiona la única sala de consumo de la capital, cerca de la estación Gare du Nord, en el este de la ciudad.
En una entrevista con RFI, Matos dijo que entiende el rechazo que este tipo de establecimiento puede causar entre los residentes y las fuerzas del orden. El asunto está provocando una disputa entre el ayuntamiento y el gobierno del presidente Emmanuel Macron: al igual que la alcaldesa Hidalgo, el ministro de Sanidad, Olivier Véran, está a favor de la medida, pero el ministro del Interior, Gérald Darmanin, del ala derecha del gobierno, cree que no hay que apoyar el consumo de drogas, sino combatirlo.
Para los profesionales que se ocupan del tema, la apertura de más salas es la única forma eficaz de abordar el problema. “No son una varita mágica que resolverá todos los problemas. Pero si queremos sacar el consumo de las calles, tenemos que ofrecer una opción, porque seguirá en algún sitio”, señala Matos.
Con AFP.