¿Preocupado por la demencia? Estos 7 consejos te ayudarán a prevenirla
La demencia y la pérdida de memoria siempre han estado vinculadas a nuestro proceso de envejecimiento, pero ya no tiene por qué ser así. Hoy es más evidente que nunca que un simple cambio de hábitos puede evitar la aparición de la demencia y prevenir el deterioro en nuestros cerebros.
Por eso, en esta ocasión te compartimos los hallazgos obtenidos por el equipo de investigación de la organización Us Against Alzheimers, para detener hasta el 40 % de los casos de demencia que están asociados con factores de riesgo en el estilo de vida.
Cuidar nuestro corazón para tener una mente sana
El corazón y el cerebro son los órganos más importantes del cuerpo, y como tal, se mantienen siempre vinculados para permitir el funcionamiento de nuestro cuerpo y mejorar nuestros procesos cerebrales.
En este sentido, una de las mejores prácticas para evitar la aparición de la demencia es reducir la presión arterial alta -cuando alcanza 130 pulsaciones por minuto-.
En la mayoría de los casos la hipertensión puede aparecer a consecuencia de una arritmia o un exceso de colesterol, y ser tratada con una dieta baja en grasas y un par de pastillas. Por tanto, es posible evitar obstrucciones en los vasos sanguíneos que puedan afectar a nuestro cerebro.
El cerebro necesita estar activo
Son muchos los estudios que afirman que el ejercicio físico rejuvenece nuestro cerebro y nos ayuda a mejorar nuestra memoria. Esto debido a que la actividad físico diaria reduce el deterioro de las neuronas y mejora las conexiones sinápticas.
Por tal motivo, los expertos recomiendan incorporar rutinas de ejercicio al menos cinco días a la semana. No tienen que ser planes de ejercicios extensos, ya que el objetivo es ejercitar la mente y no tonificar nuestro cuerpo; por lo que unos 30 minutos al día son más que suficientes para mejorar nuestro flujo neuronal.
Una buena rutina de sueño siempre es la mejor opción
El sueño es una actividad netamente cognitiva, y vital para que nuestras neuronas se regeneren cada día y puedan mantener el funcionamiento de todos sus procesos cognitivos. Sin embargo, estudios revelan que cada vez es más frecuente que las personas se salten sus horas de sueño y tomen siestas diurnas que no benefician a la mente.
En consecuencia, muchos expertos esperan que para 2030 se duplique el número de casos de demencia de 46 millones a 74 millones al año, únicamente a causa de los trastornos de sueño. Por tanto, es vital darle importancia al sueño en nuestro día a día para evitar la aparición de la demencia y prevenir los efectos causados por otras patologías severas como la diabetes.
No olvidemos la dieta
Durante mucho tiempo se pensó que la dieta era la única pieza clave para mantener el rompecabezas de nuestra mente intacto. Esto debido a que uno de los principales factores de riesgo de la demencia es la deficiencia de vitamina B en el cerebro, que nos ayuda a generar energía; pero que solo puede obtenerse mediante una dieta rica en legumbres y cereales integrales.
Si bien hoy existen muchos otros factores que deben tomarse en cuenta, la nutrición sigue siendo clave para prevenir el desarrollo de enfermedades cognitivas como la demencia. Por tanto, el grupo de investigadores recomienda guiarse por los modelos de dieta mediterránea o dieta MIND, que reportan los mejores resultados contrarrestando la deficiencia de nutrientes en el cerebro.
Huir de la soledad
La pandemia de coronavirus nos ha demostrado que las personas que viven en aislamiento social, son más infelices y tienden a sufrir depresión o ansiedad, ambos factores de riesgo importantes de la demencia.
Aunque puede que estos años el aislamiento no haya sido nuestra culpa, no debemos dejar que se vuelva un hábito. Por el contrario, intentemos interactuar regularmente con otras personas para reactivar ciertas funciones cognitivas que hemos dejado de lado, como el lenguaje, la cognición social y las habilidades espaciales.
Retemos a nuestro cerebro
El trabajo, las actividades escolares y los juegos mentales estimulan a nuestro cerebro casi de la misma forma que lo hace el ejercicio físico.
En este sentido, incluir actividades diarias que puedan activar a nuestro cerebro, como leer, jugar videojuegos o estudiar algún idioma, ayudaría a reducir el deterioro cognitivo causado por la demencia.
Empecemos ya a cuidarnos, no a partir de los 45 años
El Alzheimer es una enfermedad “silenciosa” que puede comenzar décadas antes de que lo notemos por eso es importante tomar en cuenta las señales que da nuestro cuerpo. Por eso, debemos tomar precauciones lo más pronto posible para evitar sufrir las consecuencias.
El escenario ideal es que todos vivamos hasta los 90 años, en buena forma física y funcionando, con nuestras capacidades cognitivas intactas. Pero para eso debemos escuchar a expertos y comenzar a hacer cambios en nuestro estilo de vida.