“No se ha ordenado que hagan la guerra”: AMLO reconoció que su principal apoyo está en Fuerzas Armadas
Por Infobae
El jefe del Ejecutivo acudió al Campo Marte para tomar protesta al general Eufemio Alberto Ibarra Flores, quien se desempeñará como el primer Comandante del Ejército
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reconoció que, por encima de cualquier otra dependencia, el principal sostén en su gobierno son las Fuerzas Armadas y volvió a rechazar que ello implique una militarización en el país, pues las obras encargadas a estas instituciones corresponden con su lealtad.
“Sostengo que el apoyo más importante que ha recibido el gobierno que encabezo es el que me han brindado la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina”, dijo el mandatario en la Revista de entrada del primer Comandante del Ejército.
López Obrador reiteró el papel de los castrenses durante la toma de protesta del general Eufemio Alberto Ibarra Flores, quien se desempeñará como titular en la comandancia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A través de este cargo se coordinaran los cuerpos de élite, la policía militar, aerotropas, infantería, defensas rurales, caballería, artillería y mandos territoriales.
AMLO reiteró que los soldados y marinos colaboran en una suma de obras durante este sexenio (2018-2024), porque con ello demuestran su cercanía al pueblo mexicano.
De esa manera, el presidente enlistó algunas de las 30 asignaciones hacia las Fuerzas Armadas y que Infobae México ha consignado como nuevas tareas en construcción de infraestructura, vigilancia y distribución de insumos, aunado a las actividades en Seguridad Pública.
Las acusaciones de que estamos militarizando al país, carecen de toda lógica y en su mayoría, de la más elemental buena fe
El jefe del Ejecutivo federal rechazó de nueva cuenta, como han criticado académicos y organizaciones, que México esté en un proceso donde los castrenses cada vez avanzan en roles que no les corresponden, pues su principal mandato es la Seguridad Nacional.
“No se ha ordenado a las Fuerzas Armadas que hagan la guerra, a nadie, no se les ha pedido que vigilen u opriman a la sociedad, que violen las leyes, que coarten las libertades, y mucho menos, que se involucren en acciones represivas o violatorias de los Derechos Humanos”, aseveró.
Contrario a esas disposiciones, recalcó que se vive una nueva etapa en la relación de las Fuerzas Armadas con la ciudadanía. Al participar activamente en acciones de desarrollo, bienestar y paz, refrendan su lealtad a las instituciones civiles, según justificó el presidente.
“Contribuye a dejar atrás la distancia y desconfianza entre civiles y militares que se generó por la decisiones erróneas y perversas de anteriores gobernantes”, acusó.
Y es que en dos años y medio de gobierno, Andrés Manuel López Obrador afianzó el proceso de militarización en México con más de 30 tareas asignadas al Ejército y otras misiones a la Secretaría de Marina, aunado a las funciones de Seguridad Pública que las Fuerzas Armadas comenzaron a operar desde 2006.
Actualmente, los militares están enfocados en la construcción de cuatro aeropuertos y tres tramos del Tren Maya; han remodelado hospitales, edifican bases de la Guardia Nacional y sucursales del Banco de Bienestar.
También han atendido el robo de combustibles; vendido cachitos para la rifa del avión presidencial; aportan árboles para el programa Sembrando Vida y, en la emergencia sanitaria, distribuyen la vacuna contra COVID-19.
Lo mismo reclutaron operadores de pipas que a personal médico o agentes de la Guardia Nacional; han vigilado la distribución de libros de texto gratuitos como la entrega de fertilizantes y de los programas sociales; además, mantienen el control de puertos y aduanas.
De acuerdo con analistas consultados por Infobae México, el gobierno de la llamada cuarta transformación ha expandido tareas civiles a manos de las Fuerzas Armadas y ello podría sentar las bases del militarismo en el país. Es decir, el empoderamiento de los castrenses para incidir en decisiones políticas. Cuando es la Seguridad Nacional la función primordial de estas dependencias, lejos de su participación progresiva en funciones gubernamentales.
Esto es riesgoso porque conduce a un control social a partir de valores militares, a una aculturación donde soldados y/o marinos pueden inscribirse cada vez más en ámbitos de la Administración Pública federal.
Además, la suma de misiones también implica gran cantidad de manejo de recursos, con autonomía presupuestaria cada vez mayor con ausencia de controles o evaluaciones claras. Esto, a su vez, causa que las Fuerzas Armadas se expongan a casos de corrupción. Sin embargo, López Obrador tiene tal confianza en “el pueblo uniformado” que solo resalta la eficacia y disciplina de los militares.
El presidente se ha amparado en la Ley Orgánica de la dependencia, misma que en su artículo primero, fracción IV, refiere como una de las funciones de la institución castrense: “realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país”.
Ese es el margen que ha reiterado desde principios de diciembre de 2020. Según esa visión, las Fuerzas Armadas deben colaborar al desarrollo de México y explotar su conocimiento profesional.