Qué se sabe del ‘barco de la muerte’ saudí que atracó en España y por qué ha provocado indignación

Tampoco se sabe qué ha descargado el barco en España procedente de EE.UU., el país desde el que ha navegado hasta las costas mediterráneas.

Los ocho contenedores que ha cargado tenían la etiqueta de ‘mercancías peligrosas’, un epígrafe que incluye un amplio abanico, pero dentro del cual se encontrarían las bombas o materiales explosivos. A pesar de que se desconoce el contenido que transporta, se sospecha que su cargamento podría ser letal, debido a su historial.

El Bahri Abha visitó varios puertos en la costa este de EE.UU., justo antes de anunciar repentinamente el pasado 26 de noviembre un cambio de ruta hacia el puerto español.

¿Por qué Sagunto?

Se desconoce el motivo concreto de la elección de este puerto valenciano, pero se ha producido en contra del criterio de las autoridades locales.

El Consistorio de la ciudad de Sagunto, en manos de Partido Socialista (PSPV), Compromís y Esquerra Unida del País Valencià (EUPV), reclamó el lunes al ministerio de Defensa que impidiera que el buque atracara si se confirmaba que contenía un cargamento armamentístico: “La paz y la vida de otros seres humanos no puede depender de nuestro interés para obtener un beneficio económico”, proclamaba la corporación municipal.

Por su parte, Mónica Oltra, vicepresidenta de la Comunidad Valenciana –región a la que pertenece la ciudad de Sagunto– se ha mostrado “en contra de la masacre que se está produciendo en Yemen”. “No es conveniente colaborar con aquellos que masacran la vida humana, y que masacran a niños, mujeres, hombres y ancianos de una manera tan brutal como está pasando en Yemen”, ha afirmado, recordando que la gestión de los puertos no es competencia del Gobierno valenciano, sino del Estado.

¿Qué reclaman los activistas?

Los antimilitaristas que esperaban en el puerto tenían una reivindicación: “Nos negamos a ser cómplices”. Uno de los colectivos que ha liderado la protesta ha sido el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) de Valencia, que ha difundido imágenes de siete activistas que trataban de acercarse al buque cuando han sido retenidos e identificados. Otro grupo se ha concentrado en los accesos al puerto con carteles que decían: ‘La guerra empieza aquí’, ‘Stop War’ o ‘Sagunto por la paz’.

No eran los únicos. Miembros de Amnistía Internacional intentaron grabar la llegada del barco desde otra embarcación, aunque la Guardia Civil se lo ha impedido.

Lo cierto es que más de sesenta colectivos sociales se han unido a la campaña lanzada por MOC para pedir que los responsables políticos competentes y las autoridades portuarias no permitiesen la entrada del buque saudí Bahri Abha a ningún puerto español. Además pidieron a los responsables políticos que se posicionen abiertamente en “contra del uso de estas infraestructuras civiles para el transporte de material armamentístico” y a los trabajadores del puerto que ejerzan la “objeción de conciencia por la paz” para no colaborar con el tráfico de armas que alimenta un conflicto que ya ha costado miles de víctimas civiles.

Desde Amnistía Internacional (AI) recuerdan que si la embarcación está transportando armas que puedan ser usadas para cometer violaciones del derecho internacional humanitario en Yemen “su tránsito por territorio español es ilegal según el derecho internacional”, según ha declarado Alberto Estévez, portavoz de la campaña Armas Bajo Control, que reúne a entidades como AI, FundiPau, Greenpeace y Oxfam Intermón. Asimismo, el vocero ha reiterado la reclamación al Gobierno español para que “suspenda las exportaciones de armas a la coalición internacional encabezada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos que interviene en Yemen”.

Respaldados por el Derecho Internacional

Las reivindicaciones de ONGs y activistas se encuentran respaldadas por el Derecho Internacional. El Tratado sobre Comercio de Armas, ratificado por España en 2014, establece en su artículo 6 que los Estados no autorizarán la transferencia de armas convencionales y municiones si tiene conocimiento de que podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949, ataques dirigidos contra bienes de carácter civil o personas civiles protegidas como tales, u otros crímenes de guerra.

Asimismo, el artículo 9 del mismo Tratado especifica que los Estados partes “tomarán medidas apropiadas” para regular el tránsito/transbordo de armas convencionales a través de su territorio “siempre que proceda y sea factible” y “de conformidad con el derecho internacional aplicable”.

El conflicto de Yemen

Según un informe difundido por la Comisión Europea en diciembre de 2018, en esas fechas se estimaba que eran alrededor de 60.000 las víctimas mortales de un conflicto armado iniciado en marzo de 2015. Según Naciones Unidas, a finales de 2019, más de 233.000 yemeníes habrán muerto debido a los combates o a la crisis humanitaria, más de 14 millones están en riesgo de hambruna y 24 millones, de una población de 29 millones, necesitan ayuda humanitaria para sobrevivir.

Lo que en un principio fue un conflicto interno desatado tras un golpe de Estado, se complicó con la intervención extranjera de la coalición de Estados Árabes, liderada por Arabia Saudí y EAU, en la denominada Operación Tormenta Decisiva.

Durante todo este tiempo se han reiterado las acusaciones de graves violaciones de los derechos humanos por todas las partes del conflicto, algunas de las cuales podrían ser consideradas crímenes de guerra. Además, la crisis humanitaria también está atravesada por la hambruna, y, según Amnistía Internacional, aproximadamente 14 millones de personas sufren inseguridad alimentaria en el país.

En 2018 diferentes países, como Países Bajos, Bélgica, Grecia y Alemania suspendieron total o parcialmente la venta de armas a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y otros países miembros de la coalición de Estados Árabes. Posteriormente, tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, otros Estados anunciaron la suspensión de la venta de armas a Arabia Saudí, como Noruega, Finlandia y Dinamarca.

Nuria López

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