Teoría Monetaria Moderna: ¿Son los gobiernos con problemas de liquidez cosa del pasado?
Por Deutsche Welle
Los Estados con una moneda propia nunca pueden quedarse sin dinero. Es uno de los aspectos centrales de la Teoría Monetaria Moderna, que llegó a Europa de EE. UU. El economista alemán Dirk Ehnts explica de qué se trata.
Los encargados de formular políticas en muchos países de todo el mundo, incluidos Estados Unidos y Gran Bretaña, han manifestado su intención de alejarse (más) de la rígida disciplina fiscal y dejar que el Estado gaste más para aumentar el empleo y apoyar la economía.
Los demócratas en Estados Unidos, por ejemplo, han mostrado su apoyo a que se lleve a cabo un mayor gasto público para hacer realidad el Nuevo Pacto Verde. Es decir, siguen las pautas de la Teoría Monetaria Moderna (MMT) que no ve nada negativo en aumentar el gasto estatal. Por el contrario, señala que, en las condiciones económicas actuales, es deseable y necesario.
DW: Usted apoya sin reservas la Teoría Monetaria Moderna y ofrece un nuevo enfoque para que los gobiernos manejen los recursos fiscales, pero ¿es realmente necesario?
Dirk Ehnts: En este momento, estamos atravesando una fase en la eurozona donde sigue habiendo un alto desempleo en algunos Estados miembros. Además, la próxima recesión seguramente llegará en algún momento. Es por eso que tenemos que pensar mucho sobre cómo impulsar el empleo y utilizar nuestros recursos de manera significativa, recursos que actualmente están inactivos. En este contexto pienso, sobre todo, en el empleo más que en los recursos naturales.
Entonces, ¿cuál es el enfoque básicamente nuevo de la TMM que le permitiría lograrlo ?
Esta nueva perspectiva es que vemos los gastos estatales en todas sus formas como créditos fiscales. Esto significa que la deuda pública no es más que la suma de los créditos fiscales de los hogares y las empresas privadas.
El Estado no está obligado a reducir su deuda a cero. Esa es una diferencia fundamental con respecto a la situación, por ejemplo, de un ama de casa. Lo que quiero decir es que no se debe comparar la lógica de un ama de casa, que tiene que financiar sus gastos a través de los ingresos, con un Estado que, como creador del dinero, siempre podrá gastar más, es decir, el dinero que pone en circulación por medio de su banco central.
De acuerdo, pero si el Estado en cuestión puede, al menos potencialmente, crear tanto dinero como quiera digitalmente, ¿no terminaría esto siendo una devastadora espiral de deuda? Al menos, eso es lo que temen los críticos.
Bueno, entiendo a las personas que temen que el Estado pueda gastar demasiado dinero, también en términos de conceder salarios mucho más altos a las personas que ya están empleadas, y esos salarios mejor remunerados podrían conducir a una inflación creciente.
Esas tasas de inflación mucho más altas no serían populares, sobre todo, entre ciudadanos y personas mayores, porque viven con pensiones fijas. Ellos votarían contra ese gobierno en las elecciones. Por lo tanto, hay poca motivación política para excederse cuando se trata del gasto estatal y dejar que la tasa de inflación explote.
El Banco Central Europeo (BCE) y otros bancos centrales ya han estado inundando los mercados con dinero durante años. Entonces, digamos que ya han actuado al menos en parte de acuerdo con los principios de la TMM. Sin embargo, los resultados de esta política de expansión pueden no ser lo que usted deseaba lograr. Entonces, ¿dónde está la diferencia?
El BCE ha estado comprando bonos estatales a los bancos. Los vendedores en cuestión reciben depósitos en sus cuentas en el BCE. El problema es que, contrariamente a la creencia popular, los bancos no pueden prestar este dinero a hogares y empresas directamente, ya que estas últimas no tienen cuentas en el BCE.
Como hemos podido ver, el verdadero problema ha sido la baja demanda de crédito. En una situación así, el Estado está llamado a crear más demanda a través de proyectos financiados por el Estado. Cuando el Estado gasta más dinero en dicho proyectos, se crea más empleo automáticamente, por ejemplo, al gastar más en proyectos ecológicos, ideados por el Nuevo Pacto Verde u otras iniciativas.
Esto a su vez significa más ingresos para los trabajadores involucrados: dinero que las personas pueden usar para comprar bienes. Y si hay más demanda de bienes, la producción en consecuencia aumentará.
¿Está usted de acuerdo en que la TMM no es aplicable a países sin moneda propia?
De hecho, los países sin moneda propia primero tendrían que pedir prestados dólares a los inversores internacionales, antes de poder gastar nada.
¿Qué posibilidades cree usted que tiene la TMM de reemplazar las políticas monetarias convencionales actuales? Después de todo, la gran cantidad de críticas hacia la MMT no se puede ignorar, ¿no?
En economía, generalmente se puede comprobar que una teoría tarda de 30 a 40 años en reemplazar a una antigua. La teoría neoliberal actual ha estado vigente desde los años setenta u ochenta. A lo largo de las décadas, ha quedado claro que hemos encontrado una serie de mitos. Hay que desenmascararlos de una vez por todas. Como, por ejemplo, que el mercado se regula a sí mismo. No creo que le tome mucho tiempo a la TMM ser ampliamente aceptada como norma.
Dirk Ehnts es asistente de investigación en la Cátedra de Economía Europea de la Universidad Técnica de Chemnitz. Además, fue catedrático invitado de economía, dinero y divisas en la Escuela de Economía y Derecho de Berlín y catedrático invitado en el Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín. Ehnts es el autor de “La teoría monetaria moderna y la macroeconomía europea”, publicada por la editorial Routledge.
(rmr/er)
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