TODO VA BIEN Y SOMOS FELICES.
El Presidente de la República Mexicana tendrá que modificar su narrativa en relación con la situación económica y de seguridad que vive el país.
No es cierto que México sea un país feliz, feliz. No es cierto que todo va bien, aunque el Presidente tenga otros datos. No es cierto que la estrategia contra la inseguridad va por buen camino aunque el Consejo Nacional de Seguridad realice reuniones diariamente a las 6 p.m.
Con las conferencias de prensa mañaneras se abren los asuntos de Política, de Administración Pública, de Salud, Educación, Corrupción y otros. Por ello, se abre toda una veta de exploración tanto para la crítica como para la defensa del titular del Ejecutivo. El estilo personal de gobierno del Presidente obliga a referir más hacia su persona que hacia el Régimen de nuevo tipo que dice encabezar.
El mes de octubre fue muy complicado para el Presidente y la 4T; la renuncia de reconocidos líderes sindicales con abierta afiliación priista puede esconder muchas negociaciones políticas por debajo de la mesa. Si han violado la ley pues que paguen ante la justicia; Carlos Romero Dechamps, líder petrolero con 26 años en el cargo renuncia el 16 de octubre. Joel Ayala renuncia a la FSTSE con 40 años de militancia en el PRI renuncia el 18 de octubre con el argumento de que va a formar un partido político. Arturo Zamora, Secretario General de la CNOP con 16 años de militancia en el PRI, renuncia el día 19 de octubre.
Son muchas renuncias en corto tiempo, lo que se presta al “sospechosismo” está bien que renuncien, pero que se aclare el fondo real de las renuncias. Si hay delitos que perseguir pues que vayan a la cárcel. ¿Bajo que presiones políticas del gobierno federal están renunciando?
El reconocido escritor peruano Mario Vargas Llosa también en octubre declara que con Andrés López Obrador “está resurgiendo el viejo PRI”. Y ello está relacionado con el hecho de reciclar a los dinosaurios sindicales del PRI.
Por otra parte, el jueves negro (17 de octubre) en Culiacán, Sinaloa. Nos ha dejado un torrente de verdades a medias o de mentiras completas; hipótesis de conspiraciones internacionales donde está involucrada la DEA, la posible insubordinación dentro de las filas del Ejército y la Guardia Nacional, la negociación con los capos del narcotráfico como algo saludable para la política. En fin, nada claro en el asunto de Culiacán.
Pero lo cierto, y debe señalarse; es que existen tremendas fallas en la estrategia para combatir a la delincuencia organizada y desorganizada.
Otro asunto del mes de octubre; la marcha de los presidentes municipales panistas a Palacio Nacional que fueron “gaseados” porque se presentaron muy bravos. Pero el que tiene oficio político los atiende y les dice que están en la ventanilla equivocada y si de paso les invitan un cafecito dentro de las oficinas gubernamentales, hasta los regresan contentos. Pero al parecer no hay oficio político desde la 4T. Y para que agregar los enfrentamientos armados en Aguililla Michoacán y en Guerrero, también en octubre. Qué nos espera o qué esperamos de la 4T, solo incertidumbre e inseguridad.
Pero todo va bien y además somos felices.