De viaje de lujo a “prisión flotante”: así es el día a día de más de 2.000 pasajeros confinados en el crucero puesto en cuarentena cerca de Tokio

Por RT Internacional

Se han confirmado 61 casos de coronavirus en el crucero Diamond Princess, que se encuentra en cuarentena en el puerto de Yokohama.

Lo que iba a ser un viaje de placer en un crucero de lujo, ha acabado convertido en un confinamiento para los más de 2.000 pasajeros a bordo del Diamond Princess, que se encuentra en cuarentena en el puerto de Yokohama, cerca de Tokio. El barco lleva en aislamiento desde el lunes, luego que se descubriera que uno de los pasajeros estaba infectado con el coronavirus 2019-nCoV. De momento, se han confirmado 61 casos de infectados.

“Prisión flotante”

Confinados en sus camarotes, donde hacen frente a una mezcla de ansiedad y aburrimiento, algunos pasajeros publican en las redes actualizaciones sobre las condiciones a bordo del barco. “No va a ser un crucero de lujo, será como una prisión flotante”, aseguró el pasajero británico David Abel, que informa de la situación a través de Facebook.

“Ya no estamos en un crucero. Aquellos días se han ido”, indicó Abel, que emprendió ese viaje junto con su esposa Sally para celebrar su 50 aniversario de boda.

Con todo, Abel se considera afortunado de tener un camarote con balcón. “Las personas por las que siento lástima son aquellas con cabinas interiores que no tienen luz natural ni aire fresco“, explica, calificando la experiencia de “bastante sombría”.

in ventana y con una sola silla para cuatro personas

Este podría ser el caso del estadounidense Sawyer Smith, que se encuentra a bordo del crucero con su hermano y sus abuelos Clyde y Renee. “No tenemos ventana, somos cuatro y hay una sola silla”, contó Renee en una entrevista telefónica a Reuters.

Sawyer había conseguido boletos con descuento e invitó a su familia a lo que esperaba que fuera un viaje de lujo, pero ahora están pasando días enteros en su diminuta cabina. Clyde y Renee, ambos de 80 años, pasan el tiempo leyendo y viendo películas, mientras que Sawyer intenta mantenerse en forma haciendo abdominales en el habitáculo, de seis por nueve metros.

Pese a todo, la familia aprecia los esfuerzos de las autoridades por contener el virus y de la tripulación que los atiende. “No estamos realmente en el punto en que nos volvamos locos”, asegura el joven, de 25 años.

“Podría infectarme hoy o mañana”

Algunos pasajeros se muestran preocupados por la posibilidad de contraer la enfermedad. “Sigo escuchando toses dolorosas de un extranjero en una habitación cercana”, escribió en Twitter un pasajero que teme infectarse “hoy o mañana”, ya que los miembros de la tripulación entregan comidas “de una habitación a otra”.

Otros optan por celebrar pequeñas victorias, como menús ampliados o una mejor conexión a Internet. Asimismo, tuitean fotos de naipes, sudoku y otros rompecabezas que les entregan para que se entretengan.

Entretanto, el jueves los pasajeros recibieron una buena noticia: se les permitiría permanecer en la cubierta abierta durante 90 minutos bajo la supervisión de oficiales de cuarentena. Esto sí, deben estar separados por un metro y no mantener contacto físico ni formar grupos.

El barco llegó a estar bajo estricto escrutinio médico luego de que se diera a conocer que un hombre que desembarcó en Hong Kong el 25 de enero dio positivo al virus. A bordo del crucero había 3.711 personas: 2.666 pasajeros, la mitad de ellos japoneses, y 1.045 miembros de la tripulación. 

 

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