Orinar por si acaso: ¿por qué no debería hacerse un hábito?

Los humanos estamos diseñados para descargar fluidos de nuestro cuerpo cada cierto tiempo una vez que cumplan su función en su interior. Conscientes de ello, cuando sabemos que pasaremos un tiempo sin acceso a un baño o a un sitio similar a ello, tomamos precauciones. Por ejemplo, orinar por si acaso antes de salir de casa, antes de entrar al cine, antes de entrar a una reunión, etc.

Definitivamente es una medida cautelar efectiva y saludable, sobre todo si consideramos las consecuencias de no hacerlo con regularidad. De hecho, es algo que los padres suelen aplicar con los niños pequeños para evitar accidentes en la calle; cuando no resulta, quizás exponerlos al sonido de un chorro de agua los pueda estimular. No obstante, esto no significa que debamos hacerlo un hábito; hacerlo así podría ser contraproducente y te explicamos por qué.

La vejiga urinaria humana puede almacenar mucho líquido

Aunque parezca que no, la vejiga urinaria humana puede almacenar mucho líquido sin colapsar. Por ejemplo, aquellos con una vejiga normalmpueden almacenar entre 400 y 600 ml. Con base en ello, en teoría, el agua que bebe tardaría unas dos horas en llegar a la vejiga.

Por lo tanto, si una persona bebe 600 ml de agua, probablemente no tendría que ir al baño en un par de horas. Sin embargo, existen sus excepciones, lo que lleva a muchos a orinar por si acaso para evitarse el malestar de aguantar las ganas.

En general, hacerlo con demasiada frecuencia puede cambiar la dinámica de trabajo de la vejiga al punto de afectar incluso la calidad de vida. Algunos podrían verse inmersos en un círculo vicioso en el que no sería posible salir con seguridad de que el órgano aguantará aunque no haya llegado a su límite.

El funcionamiento de la vejiga urinaria

Para comprender lo mejor, adentrémonos en lo que ocurre cuando descargamos orine. El músculo de la vejiga debe contraerse mientras que los que se encuentran alrededor de la uretra y suelo pélvico deben relajarse. De este modo, el líquido puede fluir sin hacer esfuerzos. Esto es lo que pasa cuando realmente es momento de orinar.

Cuando no tenemos ganas, pero igual vamos al baño, rompemos con esta dinámica. La vejiga experimenta espasmos y contracciones más agresivas para sacar el líquido aunque no sea suficiente como para descargarlo. En efecto, lo logramos, pero los músculos de la zona no trabajan normalmente de esa zona.

 

Si bien es útil en ciertas ocasiones, si se hace de forma frecuente, ese hábito de orinar por si acaso acostumbrará a la vejiga a retener pocas cantidades de orine. Por ende, la persona empezará a sentir ganas de ir al baño con mayor frecuencia.

Orinar por si acaso es aceptable en caso de vejiga hiperactiva e irritable

Urinarios dentro de un baño público.

Volvemos a donde empezamos. Si bien ya expusimos razones por las que acostumbrarnos a orinar por si acaso no es buena idea, también está el otro lado de la moneda: algunas personas no pueden controlar el vaciado de la vejiga bajo la dinámica descrita.

De hecho, cerca del 30 por ciento de los adultos y un gran número de niños no tienen una vejiga normal. En cambio, tienen una vejiga hiperactiva o irritable, lo que puede hacer que su necesidad de ir al baño sea más frecuente que la de otros. Orinar por si acaso se vuelve un hábito fundamental para ellos porque, si esperan demasiado, podrían experimentar fugas involuntarias.

¿Cómo dejar de orinar antes de tiempo?

En estos casos, lo mejor es buscar apoyo de profesionales, como fisioterapeuta especializado o un médico especialista en incontinencia. Quizás sea necesario volver a entrenar las vejigas e incluso tomar medicamentos para controlarlas. Sin embargo, quienes no padezcan estas afecciones definitivamente pueden prescindir de ello.

Baños portátiles en espacio abierto para orinar por si acaso se estará muy ocupado o en un lugar de difícil salida.

Lo bueno es que la mayoría con una vejiga normal puede desprogramar este hábito de su cuerpo. Para ello, el primer paso es empezar a diferenciar los pequeños impulsos de la necesidad real de orinar. Cuando se trate de estos últimos, hay que intentar resistirlo y ver qué sucede. De este modo, puede volverse paulatinamente a la normalidad.

Y aunque es realmente útil salir de casa sabiendo que su niño descargó su vejiga, la recomendación actual es dejarlos ir según sus necesidades. Esto no solo debería aplicar para salidas con padres, sino también en las escuelas, donde aún se les insta a ir al baño durante el recreo.

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