Sin Espinosa ni Sánchez, México buscará mantener el brillo dorado en los clavados
Por RFI
No hay ninguna disciplina que haya dado más medallas a México en los Juegos Olímpicos: los clavados vuelven a estar entre las esperanzas de éxito para el país en Tokyo 2020, en una edición sin dos protagonistas de ediciones anteriores, Paola Espinosa y Germán Sánchez, ambos dobles medallistas en el evento.
De los 69 metales olímpicos cosechados por las delegaciones mexicanas, 14 han sido en clavados, más que en boxeo (13) o atletismo (11). En las tres últimas citas de los Juegos (Pekín-2008, Londres-2012, Rio-2016), el país estuvo en el medallero en esa disciplina.
Todos los datos dan esperanzas de éxito, aunque en los Juegos de Tokio el relevo generacional y las circunstancias particulares de la preparación por la pandemia del covid-19 disparan las incertidumbres.
Para empezar, la polémica acompañó el anuncio de la lista definitiva del país para el evento, al quedar fuera de la misma Paola Espinosa, gloria nacional que aspiraba a disputar sus quintos Juegos Olímpicos.
Plata en Londres-2012 y bronce en Pekín-2008 en las pruebas sincronizada desde plataforma de 10 metros y campeona mundial en Roma-2009, Espinosa (34 años) consiguió un bronce en el Mundial de Gwangju-2019 en trampolín sincronizado desde 3 metros, junto a Melany Hernández.
Daba por hecha su presencia en Tokio, pero finalmente quedó fuera de la lista olímpica tras las evaluaciones de Control Técnico que la Federación Mexicana de Natación (FMN) realizó en junio para analizar la forma física de los saltadores.
Muy decepcionada, Espinosa denunció públicamente que se sentía víctima de una represalia ya que la plaza directa para México en la prueba de trampolín sincronizado desde 3 meses se logró gracias a su bronce de 2019 y que el país no lograba plaza ahí desde Atenas-2004.
“Yo me gané ese lugar, yo me gané ir a los Juegos Olímpicos de Tokio en esa prueba”, se quejó Espinosa en un vídeo. En diversas entrevistas fue explicando su disgusto y dijo sentirse víctima de una represalia por diferencias con directivos de las autoridades deportivas.
La responsable de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), la exatleta Ana Guevara, negó que se tratara de un castigo y dijo que la decisión se tomó únicamente por “méritos deportivos”.
Menos convulso ha sido el caso de Germán Sánchez, ganador de dos platas (trampolín 10 metros en Londres-2012, trampolín 10 metros sincronizados en Rio-2016), que puso fin a su sueño olímpico japonés por una lesión de rodilla.
“Me hubiera encantado contar otra historia. Se termina mi proceso a Juegos Olímpicos #Tokio2020. Pero estoy tranquilo, sabiendo que lo di todo y un poco más. Creo que me espera un futuro increíble dentro y fuera del deporte. Gracias a todos los que siempre me han apoyado. Continuaré esforzándome y dando lo mejor”, escribió en redes sociales en junio.
Rommel Pacheco, abanderado
Sin ambas figuras, México acude a Tokio-2020 con quince clavadistas, para ocho pruebas (trampolín 3 metros individual y sincronizado, plataforma 10 metros individual y sincronizado).
El domingo 25 arrancarán las pruebas de clavados con el trampolín 3 metros sincronizado, donde Carolina Mendoza y Dolores Hernández defenderán los colores del país azteca.
Ambas han disfrutado en los últimos días de su sueño olímpico, posando en redes sociales con imágenes de los emblemáticos cinco aros y haciendo una cuenta atrás para el inicio de los Juegos.
Entre los clavadistas mexicanos en estos Juegos, dos tienen experiencia en subir a un podio olímpico: Iván García (plataforma 10 m individual) y Alejandra Orozco (plataforma 10 m individual y sincronizado) fueron plata en Londres-2012, haciendo pareja con Germán Sánchez y Paola Espinosa, respectivamente.
El primer protagonista de los clavados mexicanos en la capital nipona será Rommel Pacheco (36 años), elegido como abanderado y que disputará sus cuartos Juegos Olímpicos, en su caso en trampolín individual desde 3 metros.
En cualquier caso, China, la gran potencia de los clavados, no pondrá fácil a los representantes mexicanos poder conseguir un título en la piscina del Centro Acuático de Tokio, para poder emular la hazaña de Joaquín Capilla, que en Melbourne-1956 logró el único oro olímpico mexicano en este deporte.
Con AFP