Niños descubren fósil de pingüino gigante y la ciencia lo identifica como una nueva especie
El descubrimiento de fósiles y de nuevas especies por lo general va de la mano de los científicos, pero en 2006, un grupo de niños hizo un aporte invaluable a la ciencia. Durante un viaje de campo del Hamilton Junior Naturalist Club (JUNATS) en Kawhia Harbour, los niños hallaron el fósil de un antiguo pingüino gigante en Nueva Zelanda.
Como muchos saben, este país fue y es hogar una cantidad impresionante de aves, muchas de las cuales son particularmente grandes. Como ejemplo, el loro más grande documentado hasta ahora en la Tierra (Heracles inexpectatus), los moa no voladores de dos metros de altura y su depredador, el águila de Haast (Hieraaetus moorei), que medía unos tres metros.
Ahora este pingüino gigante se añade a la lista de especies exóticas gigantescas que vivieron allí. En su artículo en Journal of Vertebrate Paleontology, los investigadores de la Universidad de Massey lo describen como una nueva especies ya extinta.
El hallazgo de un fósil de pingüino gigante de hace 30 millones de años
Lo que en algún momento fue limolita fangosa, desde hace tiempo es una especie de capa solidificada de aspecto rocoso en el puerto de Kawhia en la Isla Norte de Nueva Zelanda. Los niños encontraron dentro de ella los restos fosilizados de los huesos del torso, la pierna y el brazo del pingüino. En 2017, los restos fueron donados al Museo de Waikato en 2017.
Años después de su descubrimiento, los investigadores procedieron a estudiarlo para describirlo. El estudio reveló que el fósil del pingüino gigante data de hace 27,3 y 34,6 millones de años. Para entonces, gran parte de Waikato se encontraba sumergida en el agua.
El zoólogo Daniel Thomas dice que esta especie es similar a los pingüinos gigantes Kairuku descritos por primera vez en Otago. Pero, a diferencia de estos, sus patas son mucho más largas, por lo que lo llamaron waewaeroa – Te reo Māori.
Una nueva especie de patas largas
Con sus patas largas, el pingüino también tuvo una altura mayor que los Kairuku, estimada en alrededor de 1,4 metros de altura. Además, estas pudieron haberlo ayudado a desplazarse con mayor rapidez, nadar y sumergirse a profundidades considerables.
Ahora bien, Nueva Zelanda, hogar de numerosas especies a lo largo de su historia, alojó al menos 10 pingüinos gigantes antiguos. Entre ellos, Crossvallia waiparensis, que vivió hace 60 millones de años y medía unos 1,6 metros de altura, y el Kairuku waitaki, de hace 30 millones de años. Pero, ¿qué hay detrás del gran tamaño de estas criaturas que hoy en día son mucho más pequeñas?
La ausencia de depredadores promovió cuerpos grandes
Es probable que después de haber sobrevivido a la extinción masiva en la que sucumbieron los dinosaurios no aviares, la región se convirtiera en un lugar libre de depredadores. Sin amenazas alrededor, los pingüinos pudieron aprovechar más los recursos, lo que pudo haber propiciado el desarrollo de cuerpos más grandes así como su expansión a otros ecosistemas. Un estudio reciente reveló algo similar para las serpientes que también sobrevivieron este fatídico evento.
“Kairuku waewaeroa es emblemático por muchas razones”, explicó Thomas. “El pingüino fósil nos recuerda que compartimos Zealandia con linajes de animales increíbles que se remontan a lo más profundo del tiempo”.
Usando escaneos 3D y datos digitalizados de huesos de todo el mundo, no solo pudieron aprender sobre su anatomía y hábitos en vida, sino también generar una réplica impresa en 3D para los naturalistas del Hamilton Junior.
El obsequio es más que necesario. La forma en que los niños descubrieron el fósil de pingüino gigante es una prueba de la importancia de alentar a la juventud y las generaciones futuras a interesarse por el estudio y cuidado de la vida animal.