¿Cómo disminuir los síntomas del trastorno afectivo estacional?
La estación invernal se acerca, y conforme llega el frío, los días se hacen más cortos, lo que reduce las horas de sol que podemos disfrutar. Esto, sumado a una amplia variedad de factores externos y emocionales, lleva a muchas personas a desarrollar lo que se conoce como trastorno afectivo estacional, un tipo de depresión que se puede tratar.
Lily Yan, profesora asociada en el departamento de psicología de la Universidad Estatal de Michigan y directora del laboratorio de Luz, Emoción y Cognición, explica cómo es que este desorden emocional llega a tantas personas a la vez. Además ofrece algunos consejos para disminuirlo.
¿Cómo identificar el trastorno afectivo estacional?
La mayoría de las personas que lo experimentan no llegan a sentirse realmente tristes. Sin embargo, se enfrentan a una crisis de falta de energía que los hace sentir cansados todo el tiempo. Esto, a su vez, los aparta de las actividades sociales, les causa insomnio, falta de interés y limita su capacidad para concentrarse.
El trastorno afectivo estacional es un tipo de depresión mayor caracterizada por un patrón estacional. Para diagnosticarlo como tal, es necesario que haya hecho presencia durante al menos dos años seguidos.
Y aunque se ubica en la clasificación de depresión, muchas personas llegan a experimentarlo sin cumplir de lleno con los criterios de diagnóstico. Algunas pueden padecer una forma más leve a la que se le conoce como “depresión invernal”. Otros lo experimentan después de año nuevo en el blue monday, conocido como el día más triste del año.
El papel de la luz en la “depresión invernal”
El trastorno afectivo estacional se conoce formalmente como tal desde hace décadas, pero aún hay vacíos que llenar para comprenderlo con mayor detalle. Hasta ahora, la luz parece jugar un papel clave tanto en su aparición como en su tratamiento, pero los científicos aún no tienen muy claro cómo es que esta afecta la salud mental de los humanos.
La teoría más aceptada es que la disponibilidad de luz natural está estrechamente relacionada con nuestros ritmos circadianos. Como sugieren muchos estudios, esta funciona como un interruptor para nuestro reloj interno y mantiene nuestro cuerpo sincronizado con las condiciones del entorno.
Se cree que la reducción de las horas de luz que caracteriza al invierno perturba el equilibrio de nuestro ritmo circadiano, lo que podría explicar los bajones de energía, patrones de sueño irregulares y el mal humor durante esta estación.
Otros estudios sugieren que la iluminación estacional también influye en la cantidad de neurotransmisores en el cerebro; entre ellos, dos muy populares como la serotonina y la dopamina. Quizás por ello durante los meses de verano pasa todo lo contrario: nos sentimos felices, muy alertas y motivados.
Esto también tiene bases estructurales, según la ciencia. Un estudio que incluyó a más de 400 humanos mostró que el hipocampo, la región cerebral encargada de funciones cognitivas como el aprendizaje y la memoria, se hace más pequeña durante el invierno.
¿Se puede tratar el trastorno afectivo estacional?
La connotación estacional puede hacer pensar que es válido simplemente esperar a que el trastorno afectivo estacional pase de forma espontánea con el cambio de estación y que no se puede tratar. Sin embargo, sí hay formas de disminuir los síntomas y no son muy diferentes de las recomendadas para otras formas de depresión.
Con base en lo explicado sobre la luz, Yan recomienda pasar más tiempo al aire libre. Durante el invierno es difícil lograrlo, en especial si las frías no son las temperaturas favoritas. Sin embargo, esto puede ayudar a reducir los síntomas, mejorar el niel de energía, la motivación y el estado de ánimo en general.
Y si bien es cierto que dentro de casa o espacios interiores también hay iluminación, la del exterior por lo general es mucho más intensa, incluso en días nublados. Cuando el clima no permita salir, los expertos también recomienda usar una caja de terapia de luz para hacer el interior de la casa más brillante.
Estos consejos podrían ser muy útiles para quienes desean sentirse más animados durante el invierno, e incluso para quienes padecen el trastorno. Pero Yan recuerda la importancia e acudir con un profesional para un diagnóstico certero y recomendaciones más adecuadas para cada persona.