Estas anguilas del vinagre trabajan en colectivo para mover objetos superiores a su tamaño
Los Turbatrix aceti o anguilas del vinagre son un tipo de gusano curioso, que ha despertado el interés de muchos científicos y apicultores. Esto debido a que son aparentemente inofensivos, pero capaces de saciar a toda una legión de peces pequeños si se lo proponen.
Un día, un grupo de investigadores de la Universidad de Rochester pensaron cuántas anguilas del vinagre podrían cultivarse en una gota de agua, y al hacerlo, se dieron cuenta de que estos pequeños gusanos son mucho más que solo “comida para peces”.
Más que solo gusanos que se alimentan del vinagre
Los gusanos del vinagre que, como su nombre indica, nacen en los envases de vinagre, parecen tener una consciencia social. En lugar de nadar aleatoriamente, buscan a sus contrapartes nemátodos para que los ayuden a afrontar las dificultades que superan sus 2 milímetros de tamaño.
El equipo notó esto durante su experimento con la gota de agua, ya que los gusanos del vinagre comenzaron a moverse hacia los bordes en conjunto, formando “tsunami microscópico”.
“Esperábamos que cada anguila intentará salir de la membrana por su cuenta, pero no fue así. Los gusanos exhibieron varios comportamientos sorprendentes de coordinación social, similares a los de una multitud haciendo la ola en un evento deportivo”.
Alice Quillen, profesora en la Universidad de Rochester
El primer movimiento ondulante del reino microscópico
Nunca antes se había visto un movimiento cooperativo de microorganismos. Principalmente porque este tipo de criaturas unicelulares carecen de conexiones neuronales, por lo que no deberían ser capaces de “pensar en colectivo” como lo hacemos nosotros.
Pero si nos remitimos a las pruebas, es evidente que sí pueden, y con una sincronización envidiable.
En el vídeo grabado por el equipo de Rochester podemos apreciar como parte de ellas oscilan en los bordes, mientras que la otra parte ondula desde el centro de la gota para aumentar la fuerza de la ola.
Esto ha llevado a los investigadores a considerar que, quizás, los bancos de peces y las bandadas de pájaros no son las únicas comunidades en el reino animal que siguen un patrón de movimiento colectivo.
Hasta un gusano puede tener fuerza sobrehumana con un poco de trabajo en equipo
Si este es el comportamiento natural de todas las anguilas del vinagre, entonces nos sentimos mal por los peces que serán alimentados con ellos, ya que seguramente sufrirán de gastritis.
Después de todo, los ensayos demostraron que estas pequeñas criaturas son capaces de agitar sin esfuerzo una gota de agua cien veces más grande que su propio cuerpo. Por tanto, son perfectamente capaces de mover los jugos gástricos y crear nuevos canales de fluidos. Algo que ningún científico consideró posible y que seguramente debe ser muy desagradable.
Así que, si vemos algún gusano nadando dentro de nuestro vinagre de manzana, lo mejor es que lo dejemos nadar tranquilo y compremos otra botella.